lunes, julio 25, 2011

Reflexiones en el Día del Periodista

Por Guillermo Mejía

El 31 de julio celebramos el Día del Periodista, ocasión que permite hacer algunas consideraciones en torno a las condiciones en que se desarrolla la comunicación social y el papel de los profesionales del periodismo nacional. Conformes nunca podremos estar, sobre todo en una labor que exige aplicación cotidiana, apertura al cambio y reflexión constante.

Creo que con el paso del tiempo, pongámosle comienzo con la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992, se ha confirmado que el espejismo publicitado de que la prensa había llegado a su mayoría de edad fue tan solo eso. Muchos vicios del pasado, condicionantes que imposibilitan el trabajo periodístico y la falta de asunción de responsabilidades en los medios siguen vigentes.

La presencia de poderes fácticos, de carácter económico o ideológico, continúa mancillando el derecho a la información y a la comunicación de la ciudadanía, con el agravante que existe analfabetismo mediático y esa ciudadanía -con excepciones, por supuesto- consume muchos productos mediáticos tóxicos al igual que comida chatarra.

En pleno Siglo XXI, aún se confunden los avances tecnológicos de los medios de comunicación con la democratización de esos espacios que ética y moralmente deben estar al servicio de la sociedad en general no de esos grupos fácticos que, además del negocio, mantienen a los ciudadanos en el anonimato y sin ofrecerles formas adecuadas para comprender la realidad.

Desde las autoridades de turno, es lamentable que persista la visión de gobiernos anteriores de manejar las relaciones con los medios a partir de conveniencias mutuas, en especial con la bolsa publicitaria, de ahí que muchos espacios informativos y opinativos nunca lograron acceder a ese “privilegio”; claro, privilegio con los fondos públicos, algo inaceptable.

El otro punto preocupante, que viene a sellar con broche de oro la situación planteada, es la forma vergonzante y humillante en que muchos colegas de los medios se ven sometidos por “políticas informativas” o “políticas editoriales” que menosprecian y ensucian la profesión periodística a partir de deseos corporativos o ideológicos.

Tal es el atraso que se experimenta en ese campo que cualquier “comisario” enviado por los jefes, de cualquier signo mercantil o ideológico, lesiona la dignidad de los periodistas, trastoca la función social que desempeñan y confunde el tratamiento informativo con campañas de publicidad o propaganda. Lean diarios, vean tele, oigan radios, accedan a páginas web y se darán cuenta.

La función del periodista es sumamente delicada. No se trata de un trabajo que se venda al mejor postor en busca del negocio redondo o la ganancia política a ultranza. En ese sentido, cobra fuera la necesidad de la responsabilidad de quienes participan en el proceso informativo de cara a la ciudadanía como dueña de la información.

A la vez, cobra fuerza la necesidad que desde los periodistas se asuma esa realidad tan incómoda y se cambie de actitud frente a la urgencia de establecer acciones organizativas y gremiales donde se reflexione, aclare y se tomen las medidas pertinentes para dignificar la profesión periodística. Al final, es un asunto social.

La otra pata de la mesa, obviamente, lo representa el carácter crítico y contestatario que deben tener los ciudadanos como dueños de la información y en consonancia con su derecho a la información y a la comunicación exigir una producción periodística honesta, democrática y respetuosa de la dignidad de la persona.

La sociedad amerita que periodistas, empresarios mediáticos, políticos, gobernantes de turno, etc., le demos a la comunicación social el lugar que le corresponde. Y, en especial, a periodistas y ciudadanos en general, el compromiso con la lucha por la conquista de un periodismo que privilegie a la gente.

De mi parte, colegas, les deseo un feliz Día del Periodista. La lucha persiste.










martes, julio 19, 2011

Las trampas de la publicidad

Por Guillermo Mejía

El anuncio en televisión que nos sugiere que hay que rebuscarse para poder estar con los amigos y disfrutar de unas cervezas parece insignificante, más de alguna persona incluso encontrará gracia en el ingenio del empleado que con su café caliente dispara la alarma contra incendios a fin de liberarse de su trabajo cotidiano.

Por un par de bebidas embriagantes, pues, vale la pena hacer trampa. Al menos, esa idea puede que nos quede en la memoria al exponernos a ese spot publicitario. Desde la comunicación, empero, es buena ocasión para reflexionar sobre los posibilidades y los límites que tiene la publicidad como una forma de comunicación que moralmente debe respetar reglas.

El profesor español Alfonso Méndiz, de la Universidad de Málaga, nos recuerda al respecto que hablar de publicidad y valores “supone situar el fenómeno publicitario en la esfera de lo social, de la comunicación pública” y, aunque no se puede obviar la esfera del marketing, “la primera dimensión a la que afecta es necesariamente la esfera del imaginario social”.

En otras palabras, ese lugar donde se forjan los símbolos y las ideas que acabarán convirtiéndose en la cultura de un país.

Según el académico español, el problema estriba en que mucho se ha discutido y legalizado en torno a la responsabilidad de la publicidad en el ámbito de lo comercial, pero casi nada se ha procurado en cuanto a la responsabilidad de esa comunicación especializada en la configuración de valores y estilos de vida.

“Tan sólo han merecido cierta atención –y más en los códigos éticos que en los jurídicos- las cuestiones relativas a los estereotipos (principalmente, el tratamiento e imagen de la mujer) y las que se refieren a determinados públicos (infancia y juventud)”, afirma Méndiz. En la proliferación de enfermedades como la anorexia se ha tocado el punto como respuesta a la alarma social.

En el caso de la televisión, que dio pie para estas líneas, es de notar que es el medio por excelencia para la publicidad: “La televisión, merced a su enorme caudal de recursos (música, imagen, sonidos, movimiento, etc.), ha consolidado una publicidad cada vez más emotiva y espectacular en detrimento de otra más informativa y racional”, asegura el profesor español.

¿Qué valores nos “vende” la publicidad actual?, es la interrogante obligada. Méndiz nos recuerda que desde siempre son tres factores a considerar:

En primer lugar, la orientación “psicologista” de una parte de la investigación sobre el consumidor. Suponen que cada grupo social tiene unas necesidades emocionales profundamente arraigadas. El marketing busca aislar e identificar los problemas psicológicos que afectan a cada sector de la sociedad, de ahí que las propuestas se vuelven medicina para la frustración de la audiencia.

En segundo lugar, la desorientación cultural en torno a los valores y las creencias. Hoy en día, en que el mundo contemporáneo parece sumergido en una crisis de identidad que afecta el sentido ético y a las creencias, la publicidad ha asumido el papel de ofrecer valores firmes, seguros, incuestionables y pacíficamente aceptados por la mayoría.

En tercer lugar, la importancia creciente de la televisión, o sea la mediatización incontrolada de nuestra experiencia por los mass media es una de las principales causas de preocupación. Preocupa la televisión por ocupar el lugar privilegiado en la creación del universo visual que nos rodea y que nos introyecta nuestra concepción del mundo y de nosotros mismos.

Méndiz estima que “los anuncios televisivos –merced a elementos recurrentes como la música pegadiza, el eslogan o el juego de palabras- se recuerdan y se asimilan mucho más que el resto de nuestras experiencias cotidianas”. Es la fuerte carga visual y emocional de los spots lo que hace de la publicidad en televisión un vehículo eficaz para la transmisión de actitudes y estilos de vida.

Es menester que, en nuestro caso, se haga reflexión y se tome conciencia sobra la necesidad de la eticidad en la publicidad. No es cierto que los publicistas y los medios de comunicación contemplen como debería ser los cánones en la formulación y proyección de los recursos publicitarios, aunque digan lo contrario y satanicen el papel regulador que debería jugar el Estado.

Al menos, en fechas recientes la publicidad sobre la pastilla que “asegura” un comportamiento sexual de primer orden al macho salvadoreño le tuvieron que agregar la frase “consulte a su médico”, tras los señalamientos que hiciera el diputado Guillermo Mata, del partido Fmln, sobre el riesgo que a ese macho se le pare el corazón en el derroche emocional. Exijamos responsabilidad.










lunes, julio 11, 2011

La necesidad de un modelo ético en Internet

Por Guillermo Mejía

Con la llegada de las nuevas tecnologías y la revolución de Internet no pocos especialistas han insistido en la necesidad de armar un modelo ético de cara al libertinaje que representa para muchos el acceso y difusión en la red de redes. Los planteamientos éticos se enfrentan al desafío de la velocidad de los cambios que muestra la plataforma digital.

Sin embargo, el maestro Juan Pedro Ortuño, de la Facultad de Teología San Dámaso, de Madrid, advierte que “más que un ente dinámico, la ética es un modelo (o modelos) permanente de referencia. Independientemente del progreso o avances tecnológicos, la persona sigue siendo ser trascendente y sujeto de dignidad en sí mismo considerado”.

En ese sentido, el catedrático español da una serie retos éticos que plantea Internet, entre otros:

Primero, la “brecha digital” o gran desigualdad respecto a la implantación de Internet en diferentes áreas del planeta. Se entiende por brecha digital el progresivo distanciamiento entre los países ricos y los países pobres. Se deriva de la desigual distribución de la riqueza en el mundo.

Segundo, el colonialismo cultural, que es un problema que afecta fundamentalmente a los gobiernos y centros de decisión de poder. Va unido a otro problema no exclusivo de Internet, que es la cada vez mayor concentración de medios en pocas manos.

Tercero, la difusión inmediata de noticias sin estar debidamente contrastadas. Este hecho que venía dándose ya en todo el periodismo conforme mejoraban las tecnologías, ahora se ve acentuado. Internet supone un flujo constante de información, mucha de ella con errores.

Cuarto, la difusión de pornografía y la apología del racismo. El problema de controlar los contenidos. De hecho, en Internet es posible encontrar prácticamente de todo. Unido a este hecho, está que Internet se ha convertido en un mercado para adquirir cualquier cosa.

Quinto, el problema de la privacidad y el anonimato. Una parte de este problema está claro por su carácter delictivo. El tratamiento ético debería ser el mismo que el que se daría a quien interviniera un teléfono.

Sexto, la realidad virtual. Internet está siendo objeto de experimentación de simulaciones de la realidad. La realidad virtual puede sumergir a la persona en una ilusión funcional de lo real –a diferencia de las representaciones clásicas, que sólo adoptan la forma de su modelo.

“Internet es una buena herramienta. Y más que plantear nuevos retos éticos, o una ‘contemporización’ de la ética a las nuevas tecnologías, de lo que se trata es de la práctica de una mayor responsabilidad por parte del usuario. El uso de Internet está modificando a la sociedad”, señala el profesor Ortuño.

“Hay problemas que empiezan a vislumbrarse de forma dramática, como puede ser la progresiva analfabetización de la población, la denigración en el uso del lenguaje, la pérdida de contenidos culturales sólidos, y una cada vez mayor cultura del juego o ‘cultura espectáculo’ (…) Internet sirve para trabajar con mayor eficiencia, pero también para perder multitud de horas en navegaciones absurdas”, agrega el catedrático español.

Ortuño nos orienta sobre cómo podemos actuar con responsabilidad frente a la red de redes:

Así, llama a estar atentos a las verdaderas necesidades que puedan surgir en nuestro entorno vital como usuarios de Internet. A la vez, detectar y organizar contenidos, personalmente o en común con otros usuarios, con transparencia. Y analizar y discernir algunas de las realidades presentes en Internet, desde una visión constructiva de la sociedad y del bien común.

También, colaborar con la tarea educativa y formativa, existente ya desde plataformas universitarias u otro tipo de escuelas, y que garantizan el desarrollo integral de la persona. Discernir con claridad si los contenidos divulgados en Internet son acertados en conformidad al bien común social y crear grupos de noticias y foros para el conjunto de contenidos en Internet.

“Los grandes principios éticos universales pueden ser aplicados a Internet, sin necesidad de inventar una ética de carácter ‘virtual’; es decir, inexistente, o sujeta al libre capricho de los que ostentan el poder económico o político coyunturalmente”, sentencia el maestro Ortuño sobre la base del respeto a la dignidad de la persona.










lunes, julio 04, 2011

El sujeto como base del paradigma comunicativo

Por Guillermo Mejía

El sujeto ha pasado a ser el centro de atención del paradigma comunicativo en la sociedad contemporánea y junto al de la participación han abierto nuevas posibilidades, para avanzar en la democratización de las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales. Si bien la ilustración nos heredó el paradigma del progreso, en la actualidad lo ocupa la comunicación.

El catedrático español José Francisco Serrano Oceja, de la Universidad San Pablo-CEU, de Madrid, nos dice al respecto: “Una comunicación que presupone la existencia de seres libres para los cuales la libertad de comunicación y de información supone el eje de las relaciones sociales y políticas”, pero que tome en cuenta la libertad individual además de la igualdad de todos.

Sin embargo, esa libertad tiene que ser resguardada de las tentaciones del poder político, que en general son vistas desde las esferas del Estado, así como del peligro de la “economización de la información pública” por parte de entidades privadas que hacen usufructo del derecho a la comunicación y la información.

Serrano Oceja hace un acercamiento al fenómeno de la comunicación y sus medios a partir de tres elementos: en primer lugar, la comunicación es una experiencia antropológica básica, porque comunicar consiste en realizar un intercambio entre un sujeto y otro. Lo característico de toda experiencia personal es definir las reglas de la comunicación.

En segundo lugar, la comunicación es, también, un conjunto de técnicas que nacieron de una respuesta a la necesidad de transmisión y transposición directa, y hoy se desarrollan en la comunicación a distancia. Los progresos han sido tan inmensos y los resultados tan evidentes que nos encontramos en la denominada “aldea global”.

En tercer lugar, la comunicación se ha convertido en una necesidad funcional de las economías interdependientes. El modelo es el de la apertura, que se traduce en permanente interacción, tanto para el comercio como para las relaciones internacionales. De esa forma los sistemas técnicos son una necesidad funcional sin relación a un modelo de comunicación normativo.

El catedrático español hace una clasificación de la comunicación, tanto personal como de masas, para arribar a la conclusión de que: “En la actualidad vivimos más que en un mundo de comunicaciones globalizadas, de borrachera de comunicación, en una atmósfera de comunicación borrosa” como consecuencia de la “objetivitis” periodística y la mercantilización de la información.

“Nuestro tiempo es el del triunfo de la comunicación, pero fundamentalmente del concepto instrumentalista, que no humanista, de la comunicación. La ideología utilitaria ha permeabilizado la razón tecnológica, que es aquí razón instrumental, como plataforma de esa generalizada identificación entre conocimiento y poder, saber-información y poder”, afirma Serrano Oceja.

Por eso, urge tomar en cuenta ciertos puntos críticos para no confundir el rol de la comunicación:

-El objetivo de la comunicación no es tecnológico, sino que concierne a la comprensión de las relaciones entre los individuos (modelo cultural) y entre éstos y la sociedad (proyección social). Es la elección entre socializar y humanizar la tecnología o tecnificar la comunicación. La productividad de las tecnologías no puede sustituir a la lentitud y las imperfecciones humanas.

-Hay que apartarse de la ideología tecnológica que reduce la comunicación a la tecnología. La comunicación tiene pretensiones de ocupación de los lugares de los sistemas que han pugnado por ser generadores de valores de la sociedad: suplantada la religión, la ciencia y la política.

-Debemos desarrollar los conocimientos para relativizar la ideología tecnológica. El progreso no se sitúa al lado de la lógica de la demanda que se realiza en las nuevas tecnologías. Acabar con la fascinación por las posibilidades exponenciales de una aplicación omnipresente a base de pensamiento, de humanismo. Y si no que se lo digan a los programadores de televisión.

-No hay racionalidad común a las tres lógicas del emisor, del mensaje y del receptor.

Serrano Oceja pone de ejemplo al fenómeno de Internet. La red de redes es parte de una revolución tecnológica, en la que coinciden dos elementos: las aspiraciones del momento y una ruptura. La aspiración fundamental es la libertad, y la ruptura es con la generación de nuestros padres, del televisor.

“En Internet cristalizan tres ideologías: la del mercado como una finalidad en sí misma; la de la tecnología como superrendimiento y a de la modernidad-post, nacida de la crisis de las grandes utopías. Es la crisis de las referencias externas, solo cuentan las referencias internas, asumidas y vehiculadas por la propia red. Es la crisis del tiempo, absolutizando el tiempo presente…”, explica.

El catedrático español culmina su exposición con lo que denomina “nuestra oferta” de cara a esa comunicación borrosa y crisis del periodismo, y que debe estar centrada en el sujeto y la sociedad. Los medios de comunicación deben estar al servicio de las personas y de las culturas; del diálogo con el mundo actual; de la comunidad humana y del progreso social, entre otros.

“La necesidad de una evaluación crítica; la solidaridad y el desarrollo integral; transformación de las políticas y de las estructuras; y la defensa del derecho a la información y a las comunicaciones”, son algunos de los retos que se presentan en la sociedad contemporánea, concluye el catedrático Serrano Oceja.










martes, junio 28, 2011

El poder ausente

Por Guillermo Mejía

Conforme se profundiza la crisis política en el país, a raíz de la aprobación del decreto 743, es notable la ausencia de un poder que en toda sociedad debe ser central: el de la ciudadanía consecuente, crítica y rectora de su destino, como eje del ejercicio de la institucionalidad que sigue secuestrada por la partidocracia.

Aún hace falta recorrer camino en la sociedad salvadoreña, para que de forma solidaria y con visión política se haga sentir la indignación popular. Es obvio que desde posturas conservadoras nunca se posibilitará este tipo de acción política, pero resulta más que decepcionante el comportamiento de la izquierda que ha sacado la peor parte de la crisis.

El partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), tomando en cuenta las declaraciones de sus dirigentes, se ha enredado en una postura que desdice de lo que supuestamente debe ser su credo político, el derecho de los ciudadanos para hacerse valer y sentir en las cuestiones relacionadas con la cosa pública.

Por eso es lamentable ese poder ausente, aunque es comprensible ante la falta de democracia que nos ha acompañado en el devenir histórico como producto de un ejercicio de poder despótico. Como lamentable resulta también la oportunidad perdida en el marco de la firma de la paz, en 1992, ocasión que bien pudo ser aprovechada para enrumbar al país.

El hecho de que haya llegado el Presidente Mauricio Funes, con el partido FMLN, resultó para mucha gente una esperanza que por una serie de razones, de todos conocidas, se ha ido desfigurando al grado que existe decepción, máxime con la sanción del mandatario al nefasto y antidemocrático decreto 743.

Nos hace falta mucha cultura política, nos hace falta mucha educación cívica en la sociedad. Tanto así que es palpable el desentendimiento ciudadano por los temas que debería de importarle, anomalía que se profundiza a partir de la oferta, sujeta a la espectacularidad y el sensacionalismo, que impera en los medios de comunicación.

La condición posmoderna que vivimos a nuestra manera, también es otra de las limitantes que notamos para ese empoderamiento ciudadano. Con individuos privatizados, individualizados, insolidarios y hedonistas, nos dirigimos cuesta arriba hacia la construcción de otra sociedad que sea participativa, democrática, donde se establezca la justicia y la verdad.

Vamos a ver hasta dónde aguanta la pita. Qué bueno que diéramos un salto con ese necesario despertar de la ciudadanía que nos condujera a esa otra manera de vivenciar la política y que contáramos desde nuestra profesión periodística con instrumentos que posibilitaran el encuentro de los salvadoreños a partir del diálogo social.

Por cierto, como el 28 de junio se cumplieron dos años del fatídico golpe de Estado que depuso al Presidente Manuel Zelaya Rosales, en Honduras, es preciso remembrar las jornadas populares y cívicas que sirvieron para denunciar y condenar la maniobra golpista que pretendió socavar la propuesta en dirección a conquistar espacios de democracia participativa.

No importaron los atentados y asesinatos contra los miembros de la resistencia contra el golpe, tampoco la forma en que se comportó, y se comporta, el coro mediático hondureño ante la urgencia de construir una nueva Honduras donde instaure una sociedad de nuevo tipo que también se necesita en El Salvador.

Ojala despierte ese poder ausente.










martes, junio 21, 2011

Los medios públicos como herramientas para la construcción de ciudadanía

Por Guillermo Mejía

El anuncio oficial de que han iniciado el proceso, para la creación de un sistema de medios públicos, con Canal 10, Radio Nacional y una agencia de noticias, ha sacado a luz ciertos pruritos añejos en el ambiente periodístico donde, en especial, editores de El Diario de Hoy han advertido que existe el riesgo de caer en la tentación de copiar el modelo cubano.

Así de extremo. El punto a valorar, entonces, es la comprensión que tienen en el sistema estatal de medios y desde dónde se hacen las críticas de los editores en mención. El Secretario de Comunicaciones, David Rivas, recién acaba de celebrar un foro de medios públicos, democracia y ciudadanía, con su equipo de trabajo y un grupo de disertantes extranjeros.

En ese encuentro, los expositores trajeron a cuenta la forma en que se está trabajando la idea de medios públicos de cara a los derechos y deberes de la ciudadanía en los inicios del presente siglo, sobre todo a partir de la consideración de la información como derecho y no como poder, y la urgente necesidad de promover la participación ciudadana.

El colega Ricardo Chacón, editor jefe de El Diario de Hoy, criticó en su columna semanal la serie de spots donde aparece el Presidente Mauricio Funes, que titula “caminantes”, que busca generar opinión favorable para el mandatario en una tarea comunicativa que va más allá de la información y pasa a la publicidad y la propaganda.

“Afirman que se quiere fomentar medios públicos, despartidizados, que no sirvan a los intereses particulares del gobierno, sin embargo lo único que ofrecen es la visión creada por el gabinete ‘estratégico de comunicación’, de casa presidencial, que no refleja el contenido de las diferentes voces de la sociedad actual. Basta ver lo que se hace ahora en el Canal 10 y Radio Nacional para visualizar lo que se pretende hacer”, advierte Chacón.

“El extremo de estas visiones, el de la información gubernamental centralizada, es el caso de Cuba, con su agencia de prensa y, por supuesto, con los medios de difusión del partido y de los gremios que sólo dan a conocer lo que a la cúpula comunista interesa. En nuestro medio ya están operando algunos especialistas de este tipo. ¡Ojo! ¡Cuidado!”, agrega.

Por su parte, el periodista Eduardo Torres, director editorial de El Diario de Hoy, centra la atención en el anuncio de la creación de la agencia: “Lo primero que cabe preguntarle al gobierno es, ¿para qué una ‘agencia’ de noticias? ¿No le es suficiente la pauta publicitaria gubernamental, la afinidad que se tiene con algunos miembros de los medios y la cobertura noticiosa que se le da a las actividades que realizan? ¿Será una agencia de noticias tipo Notimex o intentará ser bajo el modelo de la soviética TASS, desaparecida tras el colapso del ‘socialismo real’? Bueno, más cerca que TASS y aún viva, está Prensa Latina”.

El colega Torres advierte en su columna semanal: “Si el prisma es para el caso de que llegue un pura sangre en el 2014, lo de la agencia de noticias sería caricatura porque lo que se pretendería montar sería una vertiente de la desaparecida TASS o de Prensa Latina, es decir, una estructura de propaganda e ideología política, centralizadora y controladora, muy a lo chavista”.

Como se palpa, el escozor es evidente en el medio periodístico. El gabinete de comunicaciones del gobierno se entiende que tiene delineado su proyecto y con el montaje del foro sobre medios públicos, democracia y ciudadanía aclararon los términos en cuanto a la manera en que se está concibiendo el traslado de lo estatal a lo público en la comunicación.

Para abonar al debate, creo oportuno establecer algunos criterios para dejar constancia sobre esa forma de concebir ese tránsito hacia lo público.

En primer lugar, el especialista Marc Raboy recuerda tres acontecimientos que han configurado una nueva realidad de los medios de comunicación: “a. La explosión en capacidad de canales y la desaparición de las fronteras audiovisuales hechas realidad por las nuevas tecnologías; b. La desintegración del modelo estatal de radiotelevisión de servicio público, ocurrido tras el colapso del bloque socialista y la tendencia hacia la democratización en varios puntos del planeta; c. El rápido crecimiento en el mercado de los medios de comunicación y la aparición de sistemas mixtos en aquellos países donde existían monopolios estatales”.

En segundo lugar, La UNESCO ha definido con claridad el significado de la Radiotelevisión de Servicio Público (RSP), que conocemos como medios públicos, a partir de su rol en la sociedad: “Es la organización de difusión pública; se dirige a todos como a un ciudadano. Los difusores públicos estimulan el acceso y la participación en la vida pública”. A la vez, “la difusión pública se define como un punto de encuentro donde todos los ciudadanos son bienvenidos y considerados en un plano de igualdad. Constituye un herramienta de información y educación, accesible y dirigida a todos sin excepción, sin importar su condición social o económica”.

En tercer lugar, la ciudadanía tiene el derecho de verificar si los medios públicos están cumpliendo con su función social a partir de los siguientes factores: 1. Universalidad: La difusión pública debe estar al alcance de todos los ciudadanos a través de todo el país. 2. Diversidad: Los servicios ofrecidos por la difusión pública deberían diversificarse en al menos tres direcciones: los géneros de programas ofrecidos; las audiencias determinadas; y los temas discutidos. 3. Independencia: La difusión pública es un foro donde las ideas deben expresarse libremente, donde puedan circular la información, opiniones y críticas. 4. Diferenciación: El servicio ofrecido por la difusión pública debe distinguirse del que entregan otros servicios de difusión.

Pasar a medios públicos es un proceso intensivo, lleno de creatividad y compromiso social, es un proceso de largo plazo donde se pone en situación qué estamos entendiendo sobre información y comunicación en la sociedad contemporánea, y la necesaria asunción de responsabilidades de cara a la construcción de ciudadanía. La idea es oportuna, la gente tiene ese derecho. No se vale que pretendamos asustar con “el petate del muerto”.










lunes, junio 13, 2011

Las reflexiones de un líder pandillero sobre el reclutamiento militar

Por Guillermo Mejía

La propuesta de reclutar a unos 5.000 jóvenes, en edades entre 16 y 18 años, para evitar que se enrolen en las conocidas “maras” la vendió el presidente Mauricio Funes como una alternativa frente a la violencia social, pero los pandilleros la consideran como un error garrafal que podría alimentar sus filas y el crimen organizado.

Uno de los líderes de la Mara Salvatrucha (MS), conocido como “El Blue”, comentó a periodistas que “yo pienso que la idea del gobierno, de reclutar bichos, le va a traer un beneficio a la pandilla, porque los bichos, cuando retornen al barrio de donde son, donde viven en champas, van a ser más disciplinados, más obedientes, con un carácter más sólido y más decididos”.

Según el anuncio del mandatario, en el segundo aniversario de su gestión, los jóvenes que serán reclutados servirán en defensa civil y recibirán entrenamiento por seis meses, aunque no con armas. Se pretende que esa formación sirva para disciplinarlos, prepararlos para situaciones de riesgo y desastre, y quitarles futuros miembros a las “maras”.

Pero “El Blue”, que habló desde su dominio en la zona marginal Las Victorias, en San Salvador, aseguró que “los otros grandes que también andan en lo ilícito, como los narcotraficantes, Los Zetas, van a pensar en empezar a reclutar a estos bichos, así que la idea del reclutamiento pueda que esté bien, pero si no le dan seguimiento entonces todo es una mentira”.

Menudo problema. Una de las situaciones críticas que vuelven inviable a la sociedad salvadoreña precisamente es la inseguridad, potenciada por la impunidad reinante, la infiltración del crimen organizado y el narcotráfico en las esferas del Estado, que en cifras significa el asesinato de al menos 12 personas cada día.

El líder pandillero estimó que los jóvenes recibirán entrenamiento gratis y “lo único que tenemos que hacer nosotros es ‘escueliarlos’ bien, para que no se olviden de donde son”. Y, si bien las autoridades dicen que no recibirán armas, “les van a dar una disciplina militar con habilidades, esa oportunidad pues nosotros la vamos a aprovechar”.

“El Blue” explicó que a los jóvenes de su barrio les dirán: “Aquí van a venir los soldados y se los van a llevar obligadamente (…) les vamos a decir que no se ahueven, que mejor se vayan conscientemente, porque van a ir a aprender cosas que luego les van a servir”. Al final, resulta una mentira que luego los seguirán atendiendo, “porque el sistema no valora el trabajo de la gente”.

“Estos, del gobierno, mejor que lean El Poema Pedagógico, de Antón Makárenko, para que aprendan cómo sacar al lumpen de la miseria… si el sistema quisiera ayudar de verdad se deberían meter en los barrios para hablar con las directivas de las comunidades para preguntarles cómo pueden ayudar a los jóvenes”, agregó el jefe de la MS.

Antón Makárenko, pedagogo ruso (1888-1939), fue un especialista en el trabajo educativo con niños y jóvenes. Dirigió una colonia de huérfanos de guerra, llamada Gorki, experiencia que sirvió para que escribiera El Poema Pedagógico, obra de renombre que ha servido de fuente de consulta obligada para los educadores.

El líder pandillero desacreditó la idea de que con el entrenamiento los jóvenes serán arrebatados de la influencia de las “maras”, porque retornarán a sus comunidades donde “van a querer ayudar a sus familias, y para ayudar a sus familias van a necesitar dinero” y, ante la ausencia de planes del gobierno, “se van a incorporar a la pandilla para llevarle el sustento a la familia”.

“El Blue” estimó que con esa propuesta el gobierno estará propiciando una sociedad fascista, porque “van a generar una milicia en las comunidades. Imagínese que algunos de estos jóvenes salgan de los cuarteles con una mentalidad de combatirnos a nosotros, pero (saldrán) otros que se nos incorporen, entonces lo que vamos a tener son guerras en las comunidades”.

Jeannette Aguilar, directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la UCA, dijo sobre el reclutamiento que “es una medida que no ha sido discutida en el Gabinete de Seguridad, es una medida que se la han sacado de manera improvisada, justamente para dar la idea de que se está avanzando en iniciativas novedosas y creativas en materia de seguridad”.

Aclaró la académica que en el gobierno desconocen la dinámica actual de las pandillas, porque en estos momentos “los jóvenes que están en riesgo de ingresar a las pandillas, ya no son jóvenes de 16 a 18 años. En la última década, la edad de ingreso a las pandillas ha venido bajando (…) al grado que ahora el ingreso se da en edades de 8, 9, 10 años”.

A ese desconocimiento se agrega, de acuerdo con Aguilar, el hecho de que son jóvenes con conductas pre-delictivas y se les dará instrucción militar, aunque sin armas, lo cual “puede ser contraproducente en la medida en que muchos de estos jóvenes pueden estar vinculados a pandillas o a otro tipo de estructuras delincuenciales”.

En ese sentido, “lo que se va a estar haciendo es propiciar una mayor profesionalización de estos jóvenes que luego pueden salir a servir al crimen organizado o a las estructuras con las que ya están vinculados. Adicionalmente, ni en el pasado, ni en el presente, los cuarteles son los mejores lugares para educar a los jóvenes”.

En el corolario, surgen las interrogantes sobre la medida propuesta por el gobierno. Los pandilleros están más que claros en torno a lo que viene, el crimen organizado y el narcotráfico también están haciendo su trabajo, mientras existe preocupación en organismos no gubernamentales sobre los temores a una mayor militarización de la sociedad. El círculo vicioso no se rompe.











lunes, junio 06, 2011

La perversión de la política en el “gobierno del cambio”

Por Guillermo Mejía

El aval del presidente Mauricio Funes al decreto nefasto concebido por la derecha legislativa, por medio del cual se pretende amarrar a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, no tiene nombre. Históricamente, las aspiraciones democráticas de los salvadoreños han sido truncadas por golpes de Estado, fraudes, crímenes, etc., sólo faltaba una puñalada trapera.

De poco, o nada, sirve que venga ahora el mandatario salvadoreño a decir: “Aquí no se ha sepultado la democracia, ni tampoco se le ha dado un duro golpe a la democracia, ni se ha ejercido el poder de forma autoritaria”, ya que “en ningún momento le estamos impidiendo que la Sala resuelva”. Qué consuelo, hermanos.

Ha sido coincidencia general en la sociedad salvadoreña que el trabajo de los cuatro magistrados ha dejado muchos frutos, sus resoluciones en torno a los partidos políticos, procesos electorales, libertad de expresión, entre otras, garantizan esa aspiración ciudadana de vivenciar la democracia, máxime que fue una de las promesas de ventas del actual gobierno.

Pero con la actuación presidencial, en la oscuridad y en tiempo récord, todo se vino por la borda. Hemos de esperar que vengan nuevos amparos y demandas de inconstitucionalidad que dormirán el sueño de los justos, quedarán entrampados porque la Sala de lo Constitucional solamente podrá resolver con el voto de los cinco magistrados y ya no sólo con los cuatro.

Según Funes, al contrario, se estará garantizando democracia, porque resultará mejor un acuerdo por unanimidad que por mayoría. Empero, uno de los magistrados tendrá la sartén por el mango, y el mango también, aunque no piense en el derecho ciudadano a una pronta y cumplida justicia, sino en los intereses y caprichos de los que siempre han perseguido privilegios.

Qué bueno para la sociedad salvadoreña que diferentes voces, políticas, partidarias, ciudadanas, intelectuales, entre muchas, han denunciado este fraude oficial y se han manifestado, por medio de infinidad de recursos, incluidas las nuevas tecnologías, para decir un basta ya a esta forma espuria de hacer política.

No le causó escozor al presidente Funes que la patraña de los partidos Gana, Arena, PDC y PCN, sea el símbolo del pasado nefasto de tiempos de dictadura militar y corruptelas. No le causó sonrojo al mandatario salvadoreño que una de las peores cuchillas para su gobierno, el partido Arena, aún lo acusa cotidianamente que acaba de cumplir dos años de fracaso.

Una decisión de esta naturaleza, con todo y sus implicaciones, no puede ser tomada a la ligera. Una serie de interrogantes obligadas salen de inmediato al tablero, a partir de que cualquiera puede inferir qué tipo de acuerdos, qué tipo de negocios, qué tipo de prebendas, pueden haberse sellado o ya existían para lanzarse al vacío.

Algunos dirigentes del partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) han salido a darse golpes de pecho, porque no dieron sus votos, pero ante esa forma espuria de hacer política cabe la duda pedagógica. Según la diputada Norma Guevara, es demasiado que solamente se le pidan cuentas a su partido y porqué no a la derecha. Qué consuelo, hermanos.

El secretario general del FMLN, Medardo González, dijo sobre la resolución que obliga a presentar la lista completa de los candidatos: “(…) voy a decir algo por primera vez públicamente en este tema porque acabamos de recibir la sentencia: Nosotros no compartimos el hecho de que la Sala de lo Constitucional esté previniendo, esté metiéndose en el terreno de la legislación, la legislación corresponde hacerla a los 84 diputados”. Qué más…

El desencanto de los mismos dirigentes del FMLN con la Sala de lo Constitucional es obvio. Y es el mismo desencanto de los partidos de derecha que aprobaron el decreto, porque nunca aceptaron el borrón de los partidos PDC y PCN, mucho menos iban a soportar la resolución que vendría a desconocer el sistema de residuos por medio del cual se reparten los diputados al mejor postor.

Hay tantas cosas que decir, hay tantas cuestiones que están a la cola, pero una cosa es cierta: el obsoleto y antidemocrático sistema de partidos está moribundo, solamente es cuestión de tiempo y que la ciudadanía despierte del letargo y apueste por otra forma de hacer política desde la realidad de las comunidades, con la participación de las comunidades en la construcción de su destino.










lunes, mayo 30, 2011

El Salvador-Honduras: El camino de la reivindicación ciudadana

Por Guillermo Mejía

En El Salvador se cumplen dos años del arribo de la izquierda al gobierno por primera vez en la historia contemporánea, mientras en Honduras se concluye que con el regreso del ex presidente Manuel Zelaya Rosales, tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, y el reintegro de esa nación a la OEA se posibilita el fortalecimiento de opciones políticas ciudadanas.

El Presidente Mauricio Funes publicitó ante la sociedad que, como nunca antes en la vida republicana salvadoreña, se ha priorizado en la agenda social a partir de la asistencia a los más pobres mediante entrega de estipendios, útiles escolares, uniformes, asistencia en salud, entre otras medidas, que han venido a paliar la crisis económica.

Sin embargo, los sondeos de opinión pública establecen que los salvadoreños resienten esa crisis económica, que tiene raíces estructurales y se profundizó por la crisis financiera internacional, además de la inseguridad ciudadana que arrastra al menos 10 muertes violentas diarias en una danza macabra que, por cierto, tampoco se puede decir que es de dos años para acá.

Dimes y diretes han ocupado la plataforma mediática en el marco del segundo aniversario del autodenominado “gobierno del cambio” que, sin que uno se pase de vivo, vale la pena que desde una postura autocrítica el gobierno como el partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), asuman los errores cometidos así como las deudas frente a la nación.

Eso sí, es tiempo que la sociedad salvadoreña reivindique su condición ciudadana y haga efectiva su demanda por lo que justamente le corresponde frente a los que ejercen el poder y de cara a las elites empresariales que se niegan a poner la cuota que les corresponde, para afianzar un Estado social de derecho cuyo centro de acción tiene que ser ese sujeto social.

Las resoluciones emanadas de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia referidas a ámbitos como partidos políticos, elecciones, libertad de expresión, entre otras, tienen que reconocerse como coadyuvante de primer orden a las luchas reivindicativas ciudadanas, a la par de las posturas críticas y propositivas de amplios sectores de la sociedad civil.

Por otro lado, es de destacar el retorno del ex presidente hondureño Manuel Zelaya Rosales, el “comandante vaquero”, tras casi dos años de exilio después que fue sacado en pijamas por la elite empresarial y los militares en una acción repudiada a nivel mundial y bochornosamente conocida como el “golpe de Estado del Siglo XXI”, que se creía impensable en nuestra región.

Ahora, con su reintegro como parte del Acuerdo de Cartagena, es de estar vigilantes en cuanto al compromiso adquirido por el gobierno de Porfirio Lobo frente a Zelaya Rosales y como testigos los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y de Colombia, Juan Manuel Santos, y el hecho de que Honduras regresa a la OEA de donde fue expulsada luego del golpe militar.

El acuerdo establece la vigilancia al respeto a los derechos humanos que han sido violentados sistemáticamente con el asesinato y la persecución de la oposición contra el golpe, la prensa crítica, y diversos sectores sociales y políticos que se han agrupado en torno al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

El quid del asunto es que ahora el Frente Nacional de Resistencia Popular puede decidirse por convertirse en partido político y participar en las próximas elecciones, situación que tiene que ser repensada de cara a los riesgos de que un frente amplio asuma esa opción que podría encorsetar al movimiento que es expresión de la oposición de izquierda, intelectual y gremial.

Como bien señalan los críticos del Acuerdo de Cartagena, una de las deudas que quedan es la impunidad de los responsables intelectuales y materiales del golpe de Estado, entre ellos el ex gobernante de facto Roberto Micheletti, que aún amenaza con que están listos para actuar si consideran que con Zelaya Rosales de regreso se sienten amenazados.

También en el caso de Honduras hay que valorar los retos que a partir de la nueva coyuntura política la sociedad y el Frente Nacional de Resistencia Popular, como instrumento legítimo de lucha, asumen de cara a la construcción de ciudadanía en los diversos campos, entre ellos la reforma constitucional a fin de que se abra el camino a la democracia participativa.











martes, mayo 24, 2011

De sabotaje y pérdida de tiempo

Por Guillermo Mejía

El presidente Mauricio Funes y el titular de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), Marco Antonio Fortín, calificaron como sabotaje el corte de la cañería madre que de la zona norte transporta agua potable hacia el Gran San Salvador. El gobierno pronto cumplirá dos años de ejercicio y, por eso, los señalamientos son graves.

El uno de junio entrante, el primer gobierno de izquierda –aunque al partido oficial no le gusta el nombre- tendrá otro aniversario con los respectivos señalamientos de que ha impulsado el cambio, tan complejo a partir de los veinte años de administraciones areneras, mientras la oposición asegura que son un fracaso.

De comprobarse la existencia de un sabotaje a la red de agua potable resultaría un hecho político lamentable, son cantidades de familias que han sufrido por casi una semana y sin deber nada. La derecha salió al paso de las denuncias cuando el ex presidente Alfredo Cristiani dijo con ironía: “Al rato no va a llover y va a decir (Funes) que Arena está saboteando a San Pedro (…)”.

El choque entre el gobierno y los areneros persiste, algo lógico, pero también una pérdida de tiempo sagrado, ya que la sociedad salvadoreña no encuentra el rumbo. El crimen organizado y el narcotráfico se hacen los bigotes, a la par de la inseguridad manifiesta con la existencia de la impunidad de las pandillas y los crímenes a la orden del día.

De hecho, el anuncio de un sacrificio fiscal por parte de los grandes empresarios no ha caído en suelo fértil. La verdad es que las elites empresariales no quieren poner su cuota de sacrificio, porque –como ellos mismos dicen- se la desquitarán con los consumidores. Vaya país que tenemos.

Los entendimientos sociales, económicos y políticos, aunque sean mínimos, se ve que no son posibles, pues cada quien jala por su lado. El legado de los Acuerdos de Paz, firmados en enero de 1992, cayó en saco roto desperdiciándose una oportunidad para un cambio social y crear un nuevo Estado, más orientado al bienestar.

El soñado cambio que prometió Funes y su partido todavía arrastra deudas, porque somos una nación periférica cuyas elites empresariales nunca entendieron su necesaria función social, además de los errores de la presente administración en cuestiones claves como, por ejemplo, la política sobre los combustibles.

El gobierno de turno enfatizó desde su inicio que los sectores privilegiados serían los marginados, en especial los de las comunidades que subsisten en la pobreza extrema; sin embargo, con eso demostró que no hizo mayor cambio a la política neo liberal traída por los gobiernos precedentes, sino que se puso a administrar un modelo fracasado y excluyente.

De ahí la cantaleta del partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de que para otra ocasión serán originales con su propuesta de gobierno y que alguien de hueso duro será quien dirija el Ejecutivo. Por tanto, la gente tiene que seguir esperando el cambio en medio de los golpes de la crisis.

El dicho popular es que “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran”, más si, como es nuestro caso, no hay sentimientos de solidaridad en esta sociedad maltrecha que sigue exportando a su gente, a la vez que mantiene en claro abandono la productividad. El colmo es que ahora hasta los frijoles hay que acarrearlos desde China Continental y Etiopía. Siga esperando, compadre.

lunes, mayo 16, 2011

Otra forma de hacer política para la sociedad

Por Guillermo Mejía

Una serie de símbolos se han mostrado en la sociedad salvadoreña que anticipan que poco a poco va calando el derecho ciudadano de contar con otra forma de hacer política. Las resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y la permeabilidad del discurso sobre la importancia de la ética y la transparencia en la cosa pública son signos elocuentes.

Hay consenso en diversos sectores sobre el giro que han dando los magistrados de la Sala de lo Constitucional con sentencias en torno a la partida secreta, la libertad de expresión, las candidaturas independientes, el voto por personas no por banderas, la desautorización del PCN y PDC, y la nulidad de la elección de algunos magistrados en el Tribunal Supremo Electoral.

La misma sorpresa y consideración han tenido la promulgación de la Ley de Acceso a la Información Pública, además del impulso de las prácticas éticas y la transparencia del manejo de los fondos en la administración pública, que se convierten en herramientas para ejercer ciudadanía, aunque a algunos instrumentos les hagan falta colmillos.

La cosa es que –y es muy importante- llegaron ciertos discursos que han tenido, y van teniendo, cabida en la mentalidad de la ciudadanía, tal como sucedió con la creación de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos o la Defensoría del Consumidor, y la necesidad de contar con un verdadero ente fiscalizador frente a la caricatura de Corte de Cuentas del la República.

La vergonzante existencia, por ejemplo, del PCN, partido surgido en las entrañas de la dictadura militar, o del PDC, entidad prostituida por seres ajenos a la ideología creada a la luz de la doctrina social de la iglesia, por componendas de los politiqueros secuestradores de los poderes del Estado por fin tendrá su punto y aparte.

Son buenos indicios en el panorama político a fin de ir construyendo esa otra forma de hacer política que vaya, a la vez, encarnando en la conciencia colectiva, porque la sociedad tiene que entrar en la dinámica de la participación ciudadana, heredera de la construcción de un futuro sobre las bases de la justicia social, la libertad y la paz.

De esa manera, también esa sociedad tiene que ir forzando la consolidación de un nuevo Estado, que se pretendió en alguna medida construir con los Acuerdos de Paz, firmados en 1992, pero que recibieron el torpedeo de sectores de poder que, aún ahora, siguen esgrimiendo los mismos argumentos con el fin de garantizar sus privilegios.

Sin embargo, el entusiasmo tampoco puede ser desmedido, todavía falta mucho por hacer.

En primer lugar, desde el gobierno de turno y el partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln) debe existir coherencia entre lo hablado en su oferta electoral y lo que están haciendo, en muchos casos por ningún lado, en su período donde en temas cruciales no trascienden a los ejercicios presidenciales anteriores.

En segundo lugar, la consolidación de una estrategia para contrarrestar de manera urgente la crisis que abate a las familias salvadoreñas, tanto en lo económico como lo social, dada la ausencia de empleos, la carestía y la delincuencia que ha sobrepasado los esfuerzos estatales en su prevención y combate. Criminalidad que se torna la piedra en el zapato del gobierno.

En conclusión: buenos aires están llegando y las pruebas son fehacientes con el proceder de eximios ciudadanos como los magistrados de la Sala de lo Constitucional, el interés de muchos funcionarios de mostrar otra forma de administrar la cosa pública y los pasos de ciudadanos que exigen lo que les corresponde. Ojala construyamos Patria.

lunes, mayo 09, 2011

Un festivo Día de la Madre


Por Guillermo Mejía

Soy desnanado le comenté a la periodista Patricia Rivera, de la Radio Mayavisión, también alumna de Periodismo de la Universidad Nacional y quien me ha confiado ser su asesor de tesina. Ni modo, cuando a la madrecita de uno ya no se encuentra en lo terrenal, pues, siempre perdurará en el corazón. Qué dicha para vos que tenés la fortuna de contar con ella.

La realidad es que el 10 de mayo, no lo tomo con tristeza ni desconsuelo, sino con alegría. Cuando escribo esto muy al contrario, se me viene a la mente el carácter de mi mamá y el legado que nos dejó a sus hijos, y a mi papá. Una mujer luchadora, solidaria, buena gente, aunque verguiadora porque agarró en serio su tarea educativa. Se lo agradezco, aunque no compartía las pijiadas que nos daba.

Junto a la mano de ella conocí el mar, lugar donde vivió su niñez, conocí las historias sacrificadas de la familia, sus papás y hermanos, conocí la música tropical, las bandas del swing, los quintetos de jazz, en fin. Tuve plena conciencia de que existía otra costa, en el caribe centroamericano, donde la familia puso la huella.

Los bellos recuerdos toman vida. El pretexto del Día de la Madre cobra fuerza. Hasta ahora, nunca he sentido más dolor en ese día de la madre ausente. Ya todo se volvió natural como cuando aparece en mis sueños agitados y aún me aconseja que me porte bien, que no sea echo leña con los demás, que siempre estará vigilante. Esos sueños preceden los días más hermosos de la vida.

Así que hermanos, amigos, familia disfruten la ocasión. Extraño a mi madrecita, porqué no decirlo. Sin embargo, como le comenté a la colega Patricia Rivera, no seamos egoístas, por allá está esperándome cuando llegue el final de mi vida. Con gusto espero mi reencuentro con el ser que me dio la vida, me enseñó tantas cosas, así como querer a la humanidad.

Para no cansarles me permito recordar parte de la letra de la canción que Lito Nebbia, el cantautor argentino de los famosos Gatos, dedicó a su madre, el adorable tormento.

“Madre, escúchame, quiero decirte algo que quizás jamás comprenderás… quiero andar rodando y rodando, sin volver quién sabe hasta cuándo, pero madre de ti me acordaré”.

“Madre, escúchame, en cualquier momento tú sabes que a tus brazos volveré… ya no importa ni cómo ni cuándo, si al lugar que yo vaya rodando, madre de ti me acordaré”.

“Ella me miró y me dijo así: hijo eres igual que los olas me besas y te vas…”

Reciban, entonces, un cordial saludo en esta fecha especial, denles de mi parte un fuerte abrazo a sus madrecitas y claro mis felicitaciones a las que ya son madres, y, por supuesto, a las madres postreras donde descansa el futuro de nuestra sociedad. Y también hagan espacio para disfrutar de la vida más si tienen a la par a una mamá que ahora yo guardo en el corazón.

Para que disfruten, estas también le gustaban a mi mamá:

http://www.youtube.com/watch?v=v7aQylt4NrA (Amor y control, Rubén Blades)

http://www.youtube.com/watch?v=Czv5MyxiumQ (Todo me gusta de ti, Alberto Beltrán)

http://www.youtube.com/watch?v=rXB33yd4KI0 (Aquellos ojos verdes, Nath “King” Cole)

martes, mayo 03, 2011

Reflexiones en el Día Mundial de la Libertad de Prensa

Por Guillermo Mejía

La coincidencia generalizada es que hubo muy poco que celebrar el 3 de mayo en que se conmemoró el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha instaurada hace 18 años por la Asamblea General de las Naciones Unidas a iniciativa de los países que conforman la UNESCO. A los 60 periodistas asesinados en 2010 se unen otros en 2011, incluido un colega salvadoreño.

Está fresco el crimen del camarógrafo Alfredo Hurtado, del Canal 33, que murió por heridas de bala, supuestamente a manos de miembros de pandillas en la zona de San Bartolo, Ilopango, pero aún las autoridades policiales no tienen detenidos. En los últimos años son varios compañeros que han corrido similar suerte bajo el manto de la impunidad.

La conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa y el crimen de Hurtado dan pie para soltar algunas ideas sobre lo que sucede con el ejercicio periodístico en El Salvador, sin desmérito de que las cosas han ido y van de mal en peor en la región centroamericana, además de otras áreas consideradas calientes.

Nuestra región, desgraciadamente puente del tráfico de drogas que va de Sur a Norte del continente, anomalía aderezada con la presencia de pandilleros que sirven también al negocio del crimen organizado, se ha vuelto vulnerable frente a la incapacidad de las autoridades respectivas para combatir con efectividad el flagelo además del nivel de salvajismo paralizante.

Es común que los colegas sean asesinados impunemente en México, Colombia, Honduras, Guatemala y El Salvador, entre otros, porque los narcos y el crimen organizado consideran a los periodistas como parte de la contienda. La historia reciente ilustra que esos crímenes antes fueron por motivos políticos -algunos casos aún tienen ese cariz si no veamos el ejemplo hondureño.

En el asesinato del salvadoreño Alfredo Hurtado, algunos medios que toman en cuenta opiniones de la policía y algunos familiares asumen que fue porque el colega cubría la fuente policial en operativos nocturnos donde se apresan a extorsionistas y criminales. De ser correcta esa versión se debe pensar que se ha dado un salto cualitativo en el accionar de los delincuentes.

Con la presencia de carteles de la droga en El Salvador, Honduras y Guatemala, junto a los delincuentes que les sirven a sus propósitos, es lógico que se haya dado esa situación, gravedad que se compara con el asesinato colectivo durante la quema del microbús en Mejicanos, San Salvador, en años recientes. Qué bueno sería que fuera solo una hipótesis.

Pero cuando nos referimos a la situación de la libertad de prensa, en el marco del derecho a la información y del derecho de información, también debemos tomar en cuenta la forma precaria en que todavía se desenvuelven los periodistas, dado los intereses mercantilistas o ideológicos que priman en los medios de comunicación sin importar su postura política.

Lamentablemente, en El Salvador los periodistas aún no toman como prioritario la necesidad de que periódicamente haya reflexión sobre esas condiciones precarias en que se trabaja en el sistema mediático nacional, peor cuando se estima que es urgente que los periodistas tengan una legislación que garantice la libertad de prensa a la luz de los derechos humanos.

Como hemos sostenido en otras oportunidades, realmente el problema de la libertad de prensa –y la comunicación social- no es cosa privativa de los medios de comunicación, editores, periodistas, académicos, etc., sino de toda la sociedad en un enfoque complejo que se centre en el reconocimiento del ciudadano como titular del derecho a la comunicación. Nos falta camino por andar. Saludos colegas.

lunes, abril 25, 2011

Los ruidos de San Salvador en la lente de Arturo Ambrogi

Por Guillermo Mejía

No hay mejor salida de vacaciones de Semana Santa que leer un texto literario, escuchar música predilecta o encontrar una maravillosa conversación en medio del San Salvador del Siglo XXI. Dejemos por ahora las preocupaciones por la comunicación, la información y la vida cotidiana en nuestro suelo centroamericano.

A continuación como muestra de nuestras letras presento “Los ruidos de San Salvador”, de Arturo Ambrogi (1874-1936), para los críticos el mejor cronista en la historia de la literatura nacional y el más riguroso estilista. Ambrogi dejó su huella en una serie de libros, además de periódicos de su época en El Salvador, Chile y Argentina.

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Los ruidos de San Salvador

Por Arturo Ambrogi

I

Los de Antaño


Dichosos tiempos aquellos en que San Salvador era asiento apacible de reposo; en que nuestra vida, como en la copla de Jorge Manrique se deslizaba.

Tan callando…

Como San Salvador se acostaba temprano, casi casi con las gallinas, estaba con los ojos abiertos antes de la del alba.

El primer ruido que sacudía la atmósfera matinal, era del paso de los machos de los lecheros que llegaban de las finquitas y chacras de los alrededores trayendo la leche. Trotaban los machos, al estímulo de los aciales; y el golpear de sus cascos en el empedrado, resonaba con estrépito.

Momentos después, la esquila de la ermita de Santo Domingo principiaba a tañer, convocando a los fieles a la primera misa. ¡Dulce tañido que llegaba hasta nuestra cama a sacudirnos, y a darnos los buenos días!

Martes, jueves y sábado de cada semana, ocurría algo extraordinario.

Eran los días en que las diligencias de don Pedro Manzano, al sonido de los cascabeles de las colleras de sus mulas, el restallido de sus látigos y el grito gutural de sus aurigas, recorrían las calles capitalinas recogiendo los pasajeros para el puerto, para Santa Tecla o Cojutepeque.

Ya en pie el pacífico ciudadano de la urbe en embrión, era el traqueteo de las carretas las que aturdían las calles. Las carretas que traían de los zacatales aledaños los manojos de pará, de zacatón, o de leña para las cocinas.

Recuerdo perfectamente a don Rafael Izaguirre, bajito, timboncito, parado en la esquina de la Botica Nicbecker, comprando el zacate para su mula, o a don Jorge Lardé, en el zaguán del Hotel de Europa contando las rajas de leña que el carretero iba descargando y amontonando en la acera.

¡Las ocho!

Fuera de alguna carreta que se cruzara, de algún jinete que pasara trotando, del chirrido de la rueda de algún carretón de mano que el sirviente de una casa llevara la basura de casa a botarla al Castillo, ningún ruido turbaba la tranquilidad de la ciudad.

Ya en la tarde, empalideciéndose el cielo, venía la hora de prender los faroles.

Pasaba el farolero, el negro Nico, con su escalerita al hombro y en encendedor de gas, cuyo escapa resonaba como émbolos de tren. Iba prendiendo uno a unos los faroles, los escasos faroles de cristales empañados que alumbraban mezquinamente las calles desempedradas y llenas de hoyos.

La ciudad, así alumbrada, entraba en la tranquilidad nocturna.

Después de la comida, que era la más tardada, a las seis, por las calles solitarias comenzaban a discurrir unas cuantas medradas sombras. Sombras que al pasar bajo el reflejo rojizo de los faroles, se precisaban un tanto. Eran los que se dirigían a la retreta en el Parque Central, sumido en la penumbra de sus viejos naranjos llenos de golondrinas que defecaban tranquilamente sobre los paseantes, y de sus viejos mameyes cargados de parásitas. Era el Parque Central un delicioso bosquecillo, con su kiosco y sus glorietas, fresco y aromoso en medio de la aridez poblana de la capital.

Terminada la retreta con las últimas campanadas de las ocho en la torre de Santo Domingo y Catedral (hoy el Rosario) los asistentes desfilaban, como habían venido, en silencio, y se recluían en sus casas.

La ciudad entonces, entraba en la noche cerrada. Los faroles, consumido el gas que les alimentaba, se habían ido apagando uno a uno. Reinaba la obscuridad en las calles. Sólo el brochazo rojo de las lámparas de los serenos rasgaba las tinieblas.

Dormía la ciudad su sueño pesado y tranquilo.

Y como no existía reloj público alguno, era la voz desabrida de los serenos la que anunciaba la hora y el estado del tiempo.ç

-¡Alabado!

¡La una ha dado, y nublado!

II

Los de hogaño


Rememoraba días ha, y en este mismo sitio, la vida patriarcal, la sosegada vida, que llevábamos antes en este San Salvador, hoy convertido en una insufrible Estruendópolis.

Y más de uno de mis amigos, tanto o menos sesentón, como yo, me decía, después de haber leído mi crónica:

-Viejo: ¡qué tiempos aquellos!
Y yo, tomándome la voz, murmuré:
-Viejo: ¡qué tiempos aquellos!

Tiempos estos, efectivamente, tan “sosegados”, tan “apacibles”, que más da ganas de “hacer su tanate y tomar el portante” que empeñarse en vivirlos, digo… en soportarlos.

Así, ¡tal vez!, en la paz del Cementerio podamos disfrutar de ese inalterado reposo que nos niega la vida moderna que se gasta el San Salvador de ahora.

Se acuesta uno temprano, renegando. Se acuesta con el desalado bocineo de los autos. Pasa el día entero con la misma musiquita aturdiéndole los oídos, quitándole la atención para realizar cualquier acto que la requiera. Y con el odioso ruido se acuesta y con el mismo odioso ruido se levanta.

Y si sólo fueran los autos, las camionetas, los camiones, las motocicletas, toda la confabulación del estruendo mecánico, la que llenara de ruido el corazón de la ciudad.

A esas “silentes” manifestaciones, se amalgaman, ¡y de qué manera!, los pregones de toda clase.

Grita, primero, la quezadillera. Es el suyo un grito gutural, que suena como una clarinada:
-La quéezaaiilláaa.

Antes que el grito rasgara el ambiente matinal, ya el olorcito penetrante de la hornada, asalta el olfato.

Ese pregón alterna con el de una mujeruca que lleva un cántaro de lata en la cabeza, y deteniendo el paso ante los zaguanes abiertos ya, ahueca la voz y grita:
-¡La lechéee!

Momentitos después, es un clamoreo el que resuena. Voces de cipotes que corren, blandiendo una hoja impresa:
-¡Diario Nuevo, de hoy!
-¡Diario Nuevo! –añadiéndole una letanía que nadie alcanza a descifrar.

Es el diario matutino que lleva, todavía oloroso a tinta de imprenta, el reciente radio, la nota de actualidad, al citadino que se acuesta tarde y se levanta temprano. Es algo, con el café, imprescindible.

Conforme el tiempo transcurre, surge un grito nuevo.
Grita el sorbetero ambulante.
Grita el del carretoncito de los frescos.
Grita, y suena su triángulo de hierro, el del tubo de los barquillos.
Grita el que vende leche helada por vasos.
Rayando el mediodía, los voceros pregonan:
-¡“La Prensa”!
(que se está poniendo muy seria, muy sesuda. ¡Como que ya está entrando a vieja!...)

Suenan los pitos de las fábricas. Suenan las campanas de las iglesias. Se lamenta, largo, largo, una falaz sirena. Las oficinas vomitan turbas de empleados. Las calles se llenan del murmullo de una muchedumbre suelta, que camina presurosa, camino de sus casas.

Mediodía. La modorra paraliza, momentáneamente, la vida de la ciudad. Se amortiguan los ruidos. Pero de tal manera han impregnado éstos el ambiente y han aturdido los oídos de la gente, que se les sigue escuchando por largo espacio en el silencio de esta Estruendópolis criolla.

(De “Muestrario”, Primera Edición, 1955, San Salvador, El Salvador, C.A.)

lunes, abril 18, 2011

Estampas coloridas en Semana Santa

Por Guillermo Mejía

Una gira espectacular. El recorrido tradicional dentro del Triángulo del Norte al comenzar Semana Santa –eufemísticamente llamada por la publicidad vacaciones de verano- cuando degustamos los platillos tradicionales, el sabor del pescado seco, los dulces, las torrejas, jugamos con el agua, disfrutamos de la montaña y aprovechamos momentos de reflexión.

El recorrido familiar, algunos hermanos, sobrinos, primos, mi padre, una de las tías, en fin, el grupo que parte a temprana hora en la Ford conocida con cariño como “la chanchona”, testigo de batallas motorizadas por carreteras centroamericanas, al igual que otro microbús crema que sobrevivió a la inclemencia del tiempo y sirvió para vagabundear hasta en México.

Ahí te encuentras, en medio del desorden, el calor y la fregadera de la gente en la frontera Anguiatú, en Santa Ana, pero Migración ha dado un salto atrás al “paso fácil” del CA-4. Ahora hay que llenar un formulario con los datos de cada viajero, sacar una fotocopia y hacer una fila que no avanza como se debe. Al final, los oficiales anuncian que es mejor que cada quien agarre viaje.

La algarabía popular se enciende. Cada cual toma su transporte y de repente estás camino a Esquipulas, la ciudad que luce hermosa, en especial concurrida por visitantes de El Salvador, Honduras y Guatemala, los del triángulo norteño centroamericano, máxime en Domingo de Ramos, el campanazo del inicio de la Semana Mayor.

La tradición cultural del catolicismo arrastra a cientos de devotos que van a las iglesias en esa fecha que conmemora la entrada triunfal de Jesús, reciben sus bendiciones, junto a los ramos y el agua, mientras en otras iglesias cristianas evangélicas la gente entona sus himnos o coritos en ese domingo que se torna brillante en medio de una atmósfera caliente de verano.

Indígenas y mestizos hacen largas filas para entrar a la catedral de esta ciudad guatemalteca. Muchos se aglomeran en un sinnúmero de negocios –de todo tipo- para paliar la sed y el calor sofocante, otros buscan su respectiva comida al llegar el mediodía, en ese mercado abierto que ocupa calles y avenidas del lugar.

Los jóvenes utilizan motocicletas para deambular por la ciudad. Las mototaxis circulan hacia cualquier punto a un costo de tres quetzales, mientras los indígenas, que lucen sus refajos, caminan penitentes hasta la punta del cerro que domina la ciudad, para recibir la bendición. Cuando bajan se azotan con chilillos en señal de que están limpios. Típica herencia cultural.

Al bordear Esquipulas encuentras muchos centros que visitar, el turismo es floreciente en la ciudad. De ahí sales con rumbo a la frontera Aguas Calientes, en el límite con Honduras, donde pasas sin problemas y arribas a los bosques de pino, en medio de tierras blancas, que también te invitan a disfrutar de sus manjares y de los balnearios que lucen alegres con sus visitantes.

Y, claro, esta zona suroccidental de Honduras, donde comparten vida e historia los departamentos de Ocotepeque, Copán y Lempira, tiene innumerables bellezas naturales y la amistad de su gente. La cantidad de platillos tradicionales, con sus tamales, cerdo horneado, dulces, entre tantos, donde no pueden faltar las baleadas y los tacos catrachos con su respectiva salsa especial.

Ni hablar de los refrescos que están a la orden, a precios cómodos y bien helados. Si quieres meter el acelerador llegas hasta la montaña, conocida como El Güisayote, camino a Santa Rosa de Copán, donde el clima a plenas doce del día es sumamente sabroso. Por estos caminos boscosos encuentras las famosas Ruinas Mayas de Copán. Herencia de nuestros antepasados.

Ya de regreso, te espera la frontera El Poy, en el límite con El Salvador, donde de entrada el paso se da sin ningún contratiempo. Buena ocasión para disfrutar, cuanto se pueda, de las bellezas naturales, las comidas y la amistad de los habitantes de muchos poblados del departamento de Chalatenango, que comparte similares características de las tierras montañosas de Honduras.

Bonito visitar El Refugio, complejo turístico nacional ubicado en las afueras de La Palma, en medio del clima fresco, los pinares y la quietud natural, donde cae muy bien comer cuajadas recién hechas y tortillas de comal. Bajando de la montaña hay muchas localidades que visitar a lo largo de la Troncal del Norte, donde hay más estampas coloridas de Semana Santa.

lunes, abril 11, 2011

La globalización en la mira de Chris Hedges

Por Guillermo Mejía

El descontento en varios puntos del planeta, la crisis alimentaria, el problema ecológico, la inseguridad, entre tantos males, anuncian el “colapso de la globalización”, de acuerdo con el escritor y periodista estadounidense, Chris Hedges, que demanda una ética nueva y radical, así como la reconstrucción de movimientos socialistas radicales que luchen por la ciudadanía.

“Se presagia un mundo donde los recursos vitales, incluyendo la comida y el agua, el empleo y la seguridad, están llegando a ser cada vez más escasos y difíciles de obtener. Ello presagia la creciente miseria de cientos de millones de personas que se encuentran atrapados en Estados fallidos, sufriendo la escalada violenta y la pobreza agobiante”, advierte el veterano colega.

Hedges, que inició su carrera periodística internacional precisamente en El Salvador de los 80 en medio de la guerra interna que duró 12 años, pone de ejemplo las sublevaciones en el Medio Oriente, los disturbios que desgarran naciones como Costa de Marfil, el descontento social en Grecia, Irlanda y Gran Bretaña, además de conflictos laborales en el mismo Estados Unidos.

“Debemos abrazar, y abrazar con rapidez, una ética nueva y radical de la simplicidad y la protección rigurosa de nuestro ecosistema, especialmente el clima, o todos tendremos la vida en nuestras propias manos”, señala. “Debemos reconstruir los movimientos socialistas radicales que demandan que los recursos del Estado y la nación proveen bienestar a todos los ciudadanos y la pesada mano del poder del Estado sea empleada para prohibir el saqueo de la elite del poder empresarial”.

Y añade: “Debemos ver a los capitalistas corporativos que han tomado el control de nuestro dinero, nuestra comida, nuestra energía, nuestra educación, nuestra prensa, nuestro sistema de salud y nuestro gobierno como mortal enemigo que debe ser vencido”.

Hedges escribe en su columna publicada en el sitio web Truthdig que la mitad de la población planetaria no tiene acceso a una adecuada alimentación, agua limpia y la seguridad básica, mientras los precios de los alimentos han aumentado 61 por ciento a nivel mundial desde fines del 2008, según cifras del Fondo Monetario Internacional.

“Como el costo de los combustibles fósiles sube, como el cambio climático sigue perjudicando la producción agrícola y como las poblaciones y los desempleados aumentan, nos encontraremos convulsionados en más disturbios nacionales y globales. Los amotinamientos por alimentos y protestas políticas serán inevitables”, anuncia el autor y periodista.

Como desde las instituciones liberales, incluida la prensa, las universidades, el trabajo y el Partido Demócrata (de Estados Unidos), no desafían los supuestos utópicos que el mercado debe determinar el comportamiento humano que permita los desmanes a las corporaciones y firmas de inversión continuará el asalto impune hacia los ciudadanos.

“Friedrich von Hayek y Milton Friedman, dos de los más importantes arquitectos del capitalismo no regulado, nunca debieron haber sido tomados en serio. Pero las maravillas de la propaganda corporativa y la financiación empresarial volvieron esas figuras marginales en profetas venerados en nuestras universidades, centros de investigación, la prensa, los órganos legislativos, los tribunales y salas de juntas corporativas”, afirma Hedges.

“Todavía soportamos la hipocresía de sus teorías económicas desacreditadas a pesar de que Wall Street aspira secar el tesoro de los Estados Unidos y se comprometen una vez más en la especulación que hasta la fecha ha evaporado unos 40 billones de dólares de la riqueza mundial. Se nos ha enseñado por todos los sistemas de información a cantar el mantra de que el mercado conoce la mejor”, agrega.

Mientras eso sucede, son invisibles las decenas de millones de estadounidenses pobres, porque no aparecen en las pantallas, ni los miles de millones de pobres en el mundo hacinados en tugurios fétidos. Tampoco se ve a los que mueren por beber agua contaminada o por no poder pagar la atención médica, ni a los excluidos de sus hogares.

Los encargados de los reality shows “difunden el sueño auto-delirante del inevitable progreso humano”, pero nada de eso es cierto.

“Es un mensaje que desafía la naturaleza humana y la historia humana. Pero es lo que muchos quieren creer desesperadamente. Y hasta que no despertemos de nuestro colectivo auto-engaño, hasta que se lleven a cabo sostenidos actos de desobediencia civil contra el Estado corporativo y nos apartemos de las instituciones liberales que sirven al gigante corporativo (…) nos continuaremos moviendo rápida y poderosamente hacia una catástrofe global”, concluye Hedges.

lunes, abril 04, 2011

La lógica perversa de vernos las caras de tontos

Por Guillermo Mejía

Con la puesta en marcha del nuevo precio del tambo de gas, sólo subsidiado para quienes consumen por debajo de los 200 Kws/h, cayó de sopapo el aumento en los precios de los alimentos –con razón o sin ella- con la complicidad del gobierno de Mauricio Funes que no dio los pasos certeros ante una decisión tan compleja.

Como recordamos, el malestar popular se reflejó en un estudio de opinión elaborado por un matutito local que estimó que al menos un 70 por ciento de los consultados rechazaba la disposición oficial que fue vendida como la última coca-cola en el desierto por parte de las autoridades de Economía. Ahora se dispararon los precios.

Era una “fórmula de genios” de cara a la existencia de casos en América Latina donde la crisis internacional, con la subida en los precios de los combustibles, obligó a ciertos gobiernos a arriesgarse con medidas impopulares que les causaron desgaste político y descontento de los pobladores en las calles.

El gobierno salvadoreño vendió su idea a partir de martillar que ahora se hará justicia, por un lado, ya que el subsidio llegará a quienes verdaderamente lo necesitan y que la medida evitará el contrabando que se da del producto para Guatemala y Honduras donde el gas cuesta entre unos 18 y 13 dólares el tambo de 25 libras.

Lógicamente, las autoridades tenían que hacer algo para contener el costo de este tipo de combustibles para las arcas del Estado, eso es comprensible, pero el problema es que la gente no entiende de las “buenas intenciones” del gobierno a partir de que se aducen costos inmediatos y no solo en el precio del gas, sino en el de los productos básicos por el efecto cascada.

Como siempre, la lógica perversa de vernos la cara de tontos actuó de inmediato. Aquí, desde los grandes, los medianos, hasta los pequeños negociantes, no se tientan los hígados para sacar el costo y su ganancia a como de lugar, en la mayoría de veces victimizándose al extremo, a la vez que desde el Estado no existen mecanismos de control de precios.

Sin embargo, es necesario consignar que las mismas autoridades no hicieron lo propio. Por eso mismo fue que ya habían aplazado la puesta en marcha de la medida controversial.

El presidente Mauricio Funes había recibido cantidad de advertencias de sectores de derecha como de izquierda por la pretendida jugada, máxime que este año es pre-electoral dado que los comicios para alcaldes y diputados serán en el 2012. Obvio que el problema es serio pues las arcas estatales ya no aguantan y los organismos internacionales también presionan al país.

Los espejos recientes del descontento popular se tuvieron de los gobiernos de Chile y Bolivia que, por presiones internacionales, en el primer caso dispuso quitar el subsidio al gas licuado en la región sur del país donde la gente dice que para ellos es como el oxígeno debido a que sobreviven en el hielo y necesitan el combustible para calefacción, además para cocinar. El régimen se echó para atrás.

En Bolivia, en tanto, el gobierno de Evo Morales dispuso elevar el costo de los combustibles hasta casi el 100 por ciento, fenómeno apodado como “el gasolinazo”, que como es sabido originó una jornada de protestas populares que obligó a las autoridades a levantar la medida y pedir el diálogo con los sectores populares que calificaron a Morales como traidor.

La analista argentina Isabel Rauber afirmó sobre el caso boliviano que: “Los pueblos no están solo para aceptar, apoyar, convalidar o materializar (ejecutar) ideas y decisiones, sino ante todo para protagonizarlas. Esto quiere decir: participar del proceso de toma de decisiones y de la realización posterior de las mismas, compartiendo responsabilidades”.

“Si se hubiese discutido el problema del precio de la gasolina y petróleo, etc., con las organizaciones sociales, si hubiese consensuado una medida y los pasos para su implementación, nada de lo ocurrido hubiese pasado. No sé cual habría sido la propuesta, pero los resultados habrían sido diferentes: nadie sale a protestar contra lo que acordó”, añadió.

En fin, cuánto nos falta frente a esta lógica perversa de fregar al que se deja, de querer inventar el agua, que es la misma lógica que impone la globalización económica con sus consecuencias fatales en la carestía y la desgracia en que sobreviven millones de habitantes en la aldea global, a la vez que nos impone pautas culturales que privatizan nuestra vida y nos programan al consumismo.

lunes, marzo 28, 2011

La espectacularidad a la carta: Escenario o invisibilización

Por Guillermo Mejía

Algunos eventos acontecidos en días recientes comprueban en la práctica periodística el robo del escenario o la invisibilización, de acuerdo con intereses particulares, ideológicos, mercantiles, entre tantos, con lo que el sistema mediático nacional sigue atrapado en la instrumentalización de los receptores, amén de la ausencia de estos últimos en los procesos de información y opinión.

De hecho, la espectacularidad llegó al clímax con la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el 22 y 23 de marzo pasados, si no veamos la forma en que los medios de comunicación en general le dieron cobertura. Sin mayor profundidad, en menoscabo del meollo del asunto tratado, como una estrella que contagia con su propia luz.

En cambio, la invisibilización mediática llegó al punto más álgido con la nula o escasa cobertura de lo que pasa desde hace dos semanas con las protestas rurales y urbanas de los maestros de Honduras, en la lucha que mantienen por la pérdida de reivindicaciones y el estatuto docente. Al grado que murió una profesora, mientras otros han sido vapuleados y reprimidos en las calles.

A nadie escapa –y los periodistas sabemos muy bien eso- que hubo y hay una forma determinada de atención o desatención de los medios según el cristal con que miran. Claro que con eso no estoy diciendo que la visita de Obama era algo secundario para la sociedad salvadoreña, lo que sí no podemos apartar del análisis es la manera del tratamiento informativo y opinativo.

Al prestar atención al fenómeno en el caso de Obama se infiere que si bien los medios de comunicación tradicionales mantuvieron la expectativa antes y en el primer día de visita, la intencionalidad posterior cambio al grado que hubo recelo por la visita a la cripta del obispo mártir, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, mientras concluyeron que hubo mucho ruido y pocas nueces.

En la misma dirección, el caso de las protestas y su represión en Honduras –de lo que poquísimo se conoce en los medios de comunicación nacionales, por no decir nada- de forma deliberada o se esconde o se deforma, tal como ocurrió cuando la derecha y los militares sacaron en pijamas al derrocado presidente Manuel Zelaya, hace casi dos años.

Para nadie es secreto la crisis profunda en que se desenvuelve la sociedad hondureña desde aquella madrugada del 28 de junio de 2009 cuando Zelaya fue expulsado en un avión hacia Costa Rica, pero lo que pretenden los políticos y los medios de comunicación tradicionales hondureños precisamente es la invisibilización del problema, al igual que sucede en El Salvador.

En eso también hay que tomar en cuenta el papel que ha jugado la política exterior de El Salvador, encargado por Estados Unidos, sobre la “necesidad” de que el gobierno de Honduras sea reconocido por la comunidad internacional y regional a fin de que el país llegue a la “normalidad” en momentos de descontento social y la explosión de la violencia delincuencial.

Con eso podemos decir que desde el espacio mediático existe muy poco aporte a la comprensión de nuestra realidad nacional y centroamericana, y es una lástima que en pleno Siglo XXI sigamos atrapados en conceptualizaciones añejas, en lugar de dar un salto por la misma obligación de los medios y los periodistas hacia sus auditorios y el derecho a la información que debe prevalecer.

En suma, muy caro pagan los receptores la condición en que están gracias a la espectacularidad o la invisibilización que se reparte desde el sistema mediático, así como esa ausencia manifiesta de esos receptores en el mismo espacio también gracias a la falta de responsabilidad y consciencia sobre la necesaria presencia en la discusión pública de los asuntos que competen a la ciudadanía.

martes, marzo 22, 2011

Más allá de los gestos de la visita de Barack Obama

Por Guillermo Mejía

La visita del presidente estadounidense Barack Obama a la cripta del asesinado Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, durante su estadía en el país fue un acto simbólico apreciable, pero más allá de los gestos queda en el fondo el cumplimiento de una serie de compromisos que afiancen el proceso democrático.

Romero fue ejecutado el 24 de marzo de 1980 por un tirador que, según el informe de la Comisión de la Verdad, surgida de los Acuerdos de Paz, recibió las órdenes del líder ultraderechista, mayor Roberto d’Aubuisson, cuando Obama tenía 19 años, por lo que sabe del martirio del prelado y su significado como defensor de los derechos humanos.

Obama, acompañado por Funes, llegó a Catedral Metropolitana al final de la tarde del martes 22, donde fue recibido por el Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, que habló al mandatario estadounidense sobre de la figura del obispo mártir. Seguido, los presidentes encendieron velas en homenaje a Romero.

Sin embargo, hay que ver otros ángulos de la visita.

Que tanto el presidente Obama como su homólogo salvadoreño, Mauricio Funes, hablen de relación de socios estratégicos es parte del discurso, porque tenemos que ser conscientes sobre el fondo de la gira del mandatario norteamericano por Latinoamérica –Brasil, Chile y El Salvador- además de las limitantes que se presentan en la política doméstica de Estados Unidos.

Obviamente, no se puede dejar de lado la oportunidad, para que las autoridades expusieran la necesidad de mayores compromisos sociales, económicos y políticos que aseguren el bienestar de los salvadoreños y de la diáspora en Estados Unidos como la obtención de residencia de miles de compatriotas, y relaciones justas y soberanas entre los dos países.

Obama ha anunciado mayores niveles de cooperación en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, prometió 200 millones de dólares a la región, apertura de programas de desarrollo social y económico, una reforma migratoria que regularice la estadía de indocumentados y el estrechamiento con El Salvador que tiene unos 2.5 millones de compatriotas en Estados Unidos.

El presidente norteamericano pidió a los salvadoreños que también pongan su cuota de sacrificio, porque no se puede esperar que el desarrollo socio-económico y la profundización de la democracia vengan del exterior. El presidente Funes respondió con la necesidad de mayor recaudación fiscal, una de las ronchas de sectores económicamente poderosos.

El color lo puso el hecho que el gobierno salvadoreño es conducido por un presidente que llegó con el partido de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), antigua guerrilla que se enfrentó a las fuerzas militares apoyadas ni más ni menos por Estados Unidos que, además de otras prebendas, les otorgaba un millón de dólares diarios en armas.

Además, la sutilidad del discurso de la izquierda gobernante, especialmente de la dirigencia del partido, a lo que significa estar en el Poder Ejecutivo y su relación con el gobierno de Estados Unidos representado por un presidente demócrata en muchas cosas diferente a los republicanos con quienes el Frente tuvo que lidiar en el pasado reciente.

En ese sentido, es lógico que la postura del partido Fmln, que celebró la visita de Barack Obama, fuera distante de las críticas de parte de diversos movimientos sociales que demandaron, entre otras cosas, la reforma migratoria, la revisión del tratado de libre comercio, la no intervención militar en Libia, y el desmontaje de bases y de la escuela de policía de Estados Unidos en El Salvador.

Ahora, si bien es importante que El Salvador procure mejorar sus relaciones con Estados Unidos desde un marco de respeto a la soberanía y a la libre determinación de los pueblos, está claro que la profundización del proceso que se inició con la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992, también involucra el esfuerzo de la propia sociedad salvadoreña.

Más allá de los discursos de buenas intenciones, como los que hemos escuchado en torno a la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, la sociedad salvadoreña también necesita ser reivindicada por quienes ejercen el poder de turno o representan a grupos de poder que, por siempre, se han negado a que seamos una sociedad justa, democrática y participativa.

lunes, marzo 14, 2011

Cotidianas en el paraíso que espera a Barack Obama

Por Guillermo Mejía

Los pandilleros siguen súper conectados en los penales. Recientemente, desde uno de esos centros, contactaron con varios colegas periodistas para anunciar sus medidas reivindicativas que incluyeron una visita de sus familiares a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos donde denunciaron las condiciones infrahumanas en que se encuentran.

Algunas fuentes policiales admiten que los integrantes de las maras “hacen conferencias” telefónicas a plena luz del día con sus pares distribuidos en otros centros de detención, similares a las convocatorias a la prensa que se están volviendo comunes, y que eso pasa en las barbas de las autoridades respectivas.

El gobierno del presidente Mauricio Funes, aunque aceptó un día de estos que los crímenes han aumentado, se ha mantenido con el discurso que las cosas mejoraron con los controles en los penales, sobre todo por la presencia de la Fuerza Armada, y dada la efectividad los pandilleros han optado por la eliminación de soldados y policías en represalia.

El accionar de las maras nos sugiere que no están de brazos cruzados. Además del control territorial que ejercen en las comunidades y las extorsiones, se han dispuesto a “comprar voluntades” de diversas formas, en especial de quienes trabajan en las instituciones que pertenecen a la seguridad pública, el ejército, los penales, en fin, en el corazón del sistema.

Los especialistas consideran que los pandilleros han logrado emular formas de organización y operación de grupos irregulares, aunque es un hecho que carecen de propuestas políticas. El contacto con carteles de la droga les ha significado un salto cualitativo. Estiman que unos 4.500 mareros están semi armados.

En esa misma dirección, desde muchos sectores de la sociedad salvadoreña se resiente que el territorio nacional sirve para el tránsito de la droga que mueven los carteles con la complicidad de personas y personitas de los más diversos estratos, incluida gente vinculada con la institucionalidad del país.

De nuevo, cualquiera con dos dedos de frente se preguntará qué pasa con la seguridad pública. Hay muchas cosas tan obvias sobre las que no se necesita mayor instrucción para concluir que algo anda mal o ¿será que no se entienden?, ¿o no están interesados?, ¿o resulta que la infiltración de la institucionalidad por el crimen organizado es un éxito?

Cuando afirman en el gobierno que los carteles de la droga y el crimen organizado “anda explorando” las condiciones para su desarrollo en El Salvador uno piensa en un chiste de mal gusto. Si el país no es una isla, sino es parte del enclave de la droga que socava a nuestra región, además de México y Colombia. Decir que no andamos tan mal como otros es consuelo de tontos.

Esa es la cotidianeidad que espera al presidente estadounidense, Barack Obama, en su visita programada para estos días. Muchas cosas se andan diciendo del porqué escogió a El Salvador, junto a Brasil y Chile, para su gira latinoamericana. Pero, en especial, a nuestro país en tiempos de tráfico y violencia descarnada.

Está claro que hay temas de cajón como, por ejemplo, la necesidad de una reforma migratoria que favorezca a los compatriotas en Estados Unidos, donde viven más de dos millones de salvadoreños, la presencia de bases en nuestro suelo, los tratados comerciales, lo que pasa en el país y la región, etcétera. Sin embargo, hay cosas que quedarán en las penumbras.

En ese marco, aceptar la condición que tenemos es elemental para la sociedad salvadoreña. Dejémonos de mentiras y hagamos bien las cosas. Ya no robemos cámara, no desgastemos los instrumentos que nos pueden servir para encontrarle rumbo al país. Sería mejor, eso sí, si la ciudadanía tuviera presencia real en la construcción de su destino.