jueves, marzo 07, 2024

Bukele, entre lo cool y el espejo de la realidad

Por Guillermo Mejía

Sin duda es materia común el hecho de considerar al presidente Nayib Bukele como un experto en la comunicación, la publicidad y la propaganda, en especial desde las plataformas digitales, y la prueba es su impacto político que trasciende fronteras, aunque el espejo de la realidad mueve a pensar sobre el futuro de su proyecto.

Un acercamiento a los recientes resultados electorales, donde triunfó con su relección y conquistó la mayoría absoluta de diputados confirma lo anterior, pero no se puede obviar el éxito relativo que tuvo en los comicios de alcaldes y concejos municipales, donde mermó su incidencia en los poderes locales.

De hecho, muy sensible resultó el fracaso en su empeño por sacar a la alcaldesa arenera Milagro Navas, de Antiguo Cuscatlán, donde incluso utilizando recursos estatales pretendió colocar en su lugar a la ministra Michelle Sol, para el nuevo municipio de La Libertad Este que incluye a Huizúcar, Villanueva, Nuevo Cuscatlán y Zaragoza.

Como curándose en salud, el mandatario adujo que, si bien había perdido en alcaldías controladas por Nuevas Ideas, dado su pésima administración, en general esos espacios fueron ganados por partidos políticos aliados del gobierno, por ejemplo, Gana, PDC y PCN, y que la oposición real solamente triunfó en uno de los nuevos 44 municipios.

Empero, desde un inicio –y lo confirman las encuestas- la joya de la corona era derrotar a Navas, que lleva 36 años como alcaldesa, o sea 12 períodos consecutivos. De ahí que amerita reflexionar sobre la importancia de lo local en el ejercicio del poder y ojalá que se abra una puerta a pensar seriamente en la necesidad del trabajo de campo y la organización popular.

Es más, es tan simbólico el caso de Milagro Navas dado que sus logros trascienden a su partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), es decir, es ella, al grado que inclusive asumió el color rosado y guardó la casaca tricolor, a la vez que le lanzó un guiño al presidente Bukele al decirle que está lista para trabajar con él y que no tiene solo 43 municipios, sino 44.

Para contextualizar y tratar de encontrar el sentido, es importante considerar el andamiaje de la sociedad del siglo XXI y para eso reconocer la presencia de lo cool, la fortaleza de Bukele.

La coolture en la política

Bukele, joven, cool, por ende, digital, navega en esa forma determinante en el presente siglo XXI que rompe con formatos y se instala en el fragor de la cultura del consumo en todos los órdenes. El símbolo de este momento histórico es la presencia del Smartphone, las redes sociales y la velocidad.

“La coolture es la cultura común del siglo XXI. Esa del entretenimiento mundializado que establece como criterio de gusto a lo cool. Más que pensadores o intelectuales está guiada por ‘influencers’”, escribió en años pasados el comunicólogo colombiano, Omar Rincón, un referente obligado para conocer la perspectiva.

Según Rincón, “Su escenario, su iglesia, su museo, su cancha es la ‘media ecology’ (la coolture habla, escribe –si escribir en redes es escribir- en inglés y en frases sin final), ese ecosistema hecho de pantallas, redes, internet, celulares, apps que se autodenomina ‘transmedia & convergencia’”.

En una reciente visita al país, Rincón afirmó en la radio local que para el caso “el personaje en comunicación política más alucinante del mundo es Bukele realmente (…) no hay uno y lo que lo imitan, con poquito de imitar a Bukele, les va bien”. Ejemplos son los presidentes de Ecuador y Costa Rica, aunque no prometen a futuro.

“Bukele es súper coherente porque él viene del mundo de la publicidad, o sea sabe del tema”, agregó el maestro colombiano. Y: “Es coherente con lo que sabe. Él no te va a discutir en una discusión de argumentativo-político racional del siglo XX, sus discursos están hechos en función de las redes digitales; entonces, él sabe que tiene que hacer frases tuitiables”.

Rincón compara al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que utiliza una forma tradicional de la política como un adorador del pueblo, de telenovela, y claro que le va bien por las características de la sociedad mexicana, al contrario de Bukele, como Trump o Milei, que se consideran superhéroes, al estilo de “me siguen o se jodieron… yo no los amo, yo no voy a estar con ustedes… ustedes me siguen o esto se perdió”.

Al consultarle al maestro colombiano sobre cuál sería la clave para derrotar a Bukele, respondió: “la oposición salvadoreña no es criptonita, es casi la gasolina para Bukele… Bukele no tiene un buen guasón de rival… uno ve a la gente de Arena y del Frente y dice, pero no, cada vez que hablan es como de beneficio, Bukele no tiene nada que hacer… hablen, hablen, digan cualquier estupidez, porque ustedes no han entendido nada, siguen sin entender”.

Sin embargo, Rincón advirtió que esa forma instalada en el mundo actual, que abarca lo político, conlleva riesgos, porque está supeditada a lo personal, a lo íntimo, a lo autorreferencial, al grado que puede haber problemas de salud mental, adicciones, cosas que pueden causarte un grave daño.

“Comienzan a tener una desconfianza en el otro como muy fuerte, se vuelven muy paranoicos, están tan ensimismados que todo el mundo se convierte en enemigo, no tienes posibilidad de confiar en nadie. Te metes tanto en tu personaje que nadie te puede servir del otro lado, todo el mundo se vuelve desechable”, afirmó.

La importancia del poder local

La presencia de lo coolture en todos los órdenes de la vida es evidente, lo vivimos también dentro de la política y el ejercicio del poder. Un buen comienzo es comprender el fenómeno, reflexionarlo y hacerle frente de cara a los derechos ciudadanos en la búsqueda de una sociedad más justa y democrática.  

Entendidas las cosas, las formas para contrarrestar estas prácticas políticas dominantes implica que haya opciones políticas alternativas que, aunque no desechen las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y sus productos, en especial las redes sociales, enfaticen en el trabajo político de campo y la organización popular.

Resulta muy importante considerar la clave del poder local que en el caso salvadoreño resultó ser el menos favorecido para el gobierno de Nayib Bukele en las recientes elecciones, situación que se le complicó –en gran medida- dado la cancelación de los fondos públicos a las alcaldías municipales, algo que resintieron también los alcaldes de Nuevas Ideas y los partidos afines.

El malestar y frustración fue manifiesto hasta en algunos de los alcaldes del partido oficial que no pudieron responder a la ciudadanía ante la cancelación de proyectos sensibles en función de personas de la tercera edad, niñez y adolescencia, entre otros, mientras la respuesta de la Dirección de Obras Municipales (DOM) fue ineficiente ante las demandas planteadas.

Frente a lo que viene en el futuro resulta imprescindible la recomposición de las fuerzas políticas, en especial las que caben en el polo de lo que llamamos oposición política, en especial las de carácter popular, así como otras instancias de la sociedad civil que deben estar a la altura de los retos. En esto hay mucha tela que cortar.

El mismo maestro Omar Rincón advirtió en uno de sus escritos que “La sociedad del siglo XXI ha mutado de una cultura moderna ilustrada y crítica a una coolture entretenida y de flujo en la que la idea de mundo se concreta en navegar por las redes digitales y consumir felicidades”, pero “esta coolture no agota la imaginación social y surgen alternativas potentes”. Ahí la clave.

Hay que dar el salto cualitativo, pues, y salir del ensueño.