lunes, mayo 30, 2011

El Salvador-Honduras: El camino de la reivindicación ciudadana

Por Guillermo Mejía

En El Salvador se cumplen dos años del arribo de la izquierda al gobierno por primera vez en la historia contemporánea, mientras en Honduras se concluye que con el regreso del ex presidente Manuel Zelaya Rosales, tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, y el reintegro de esa nación a la OEA se posibilita el fortalecimiento de opciones políticas ciudadanas.

El Presidente Mauricio Funes publicitó ante la sociedad que, como nunca antes en la vida republicana salvadoreña, se ha priorizado en la agenda social a partir de la asistencia a los más pobres mediante entrega de estipendios, útiles escolares, uniformes, asistencia en salud, entre otras medidas, que han venido a paliar la crisis económica.

Sin embargo, los sondeos de opinión pública establecen que los salvadoreños resienten esa crisis económica, que tiene raíces estructurales y se profundizó por la crisis financiera internacional, además de la inseguridad ciudadana que arrastra al menos 10 muertes violentas diarias en una danza macabra que, por cierto, tampoco se puede decir que es de dos años para acá.

Dimes y diretes han ocupado la plataforma mediática en el marco del segundo aniversario del autodenominado “gobierno del cambio” que, sin que uno se pase de vivo, vale la pena que desde una postura autocrítica el gobierno como el partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), asuman los errores cometidos así como las deudas frente a la nación.

Eso sí, es tiempo que la sociedad salvadoreña reivindique su condición ciudadana y haga efectiva su demanda por lo que justamente le corresponde frente a los que ejercen el poder y de cara a las elites empresariales que se niegan a poner la cuota que les corresponde, para afianzar un Estado social de derecho cuyo centro de acción tiene que ser ese sujeto social.

Las resoluciones emanadas de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia referidas a ámbitos como partidos políticos, elecciones, libertad de expresión, entre otras, tienen que reconocerse como coadyuvante de primer orden a las luchas reivindicativas ciudadanas, a la par de las posturas críticas y propositivas de amplios sectores de la sociedad civil.

Por otro lado, es de destacar el retorno del ex presidente hondureño Manuel Zelaya Rosales, el “comandante vaquero”, tras casi dos años de exilio después que fue sacado en pijamas por la elite empresarial y los militares en una acción repudiada a nivel mundial y bochornosamente conocida como el “golpe de Estado del Siglo XXI”, que se creía impensable en nuestra región.

Ahora, con su reintegro como parte del Acuerdo de Cartagena, es de estar vigilantes en cuanto al compromiso adquirido por el gobierno de Porfirio Lobo frente a Zelaya Rosales y como testigos los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y de Colombia, Juan Manuel Santos, y el hecho de que Honduras regresa a la OEA de donde fue expulsada luego del golpe militar.

El acuerdo establece la vigilancia al respeto a los derechos humanos que han sido violentados sistemáticamente con el asesinato y la persecución de la oposición contra el golpe, la prensa crítica, y diversos sectores sociales y políticos que se han agrupado en torno al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

El quid del asunto es que ahora el Frente Nacional de Resistencia Popular puede decidirse por convertirse en partido político y participar en las próximas elecciones, situación que tiene que ser repensada de cara a los riesgos de que un frente amplio asuma esa opción que podría encorsetar al movimiento que es expresión de la oposición de izquierda, intelectual y gremial.

Como bien señalan los críticos del Acuerdo de Cartagena, una de las deudas que quedan es la impunidad de los responsables intelectuales y materiales del golpe de Estado, entre ellos el ex gobernante de facto Roberto Micheletti, que aún amenaza con que están listos para actuar si consideran que con Zelaya Rosales de regreso se sienten amenazados.

También en el caso de Honduras hay que valorar los retos que a partir de la nueva coyuntura política la sociedad y el Frente Nacional de Resistencia Popular, como instrumento legítimo de lucha, asumen de cara a la construcción de ciudadanía en los diversos campos, entre ellos la reforma constitucional a fin de que se abra el camino a la democracia participativa.











martes, mayo 24, 2011

De sabotaje y pérdida de tiempo

Por Guillermo Mejía

El presidente Mauricio Funes y el titular de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), Marco Antonio Fortín, calificaron como sabotaje el corte de la cañería madre que de la zona norte transporta agua potable hacia el Gran San Salvador. El gobierno pronto cumplirá dos años de ejercicio y, por eso, los señalamientos son graves.

El uno de junio entrante, el primer gobierno de izquierda –aunque al partido oficial no le gusta el nombre- tendrá otro aniversario con los respectivos señalamientos de que ha impulsado el cambio, tan complejo a partir de los veinte años de administraciones areneras, mientras la oposición asegura que son un fracaso.

De comprobarse la existencia de un sabotaje a la red de agua potable resultaría un hecho político lamentable, son cantidades de familias que han sufrido por casi una semana y sin deber nada. La derecha salió al paso de las denuncias cuando el ex presidente Alfredo Cristiani dijo con ironía: “Al rato no va a llover y va a decir (Funes) que Arena está saboteando a San Pedro (…)”.

El choque entre el gobierno y los areneros persiste, algo lógico, pero también una pérdida de tiempo sagrado, ya que la sociedad salvadoreña no encuentra el rumbo. El crimen organizado y el narcotráfico se hacen los bigotes, a la par de la inseguridad manifiesta con la existencia de la impunidad de las pandillas y los crímenes a la orden del día.

De hecho, el anuncio de un sacrificio fiscal por parte de los grandes empresarios no ha caído en suelo fértil. La verdad es que las elites empresariales no quieren poner su cuota de sacrificio, porque –como ellos mismos dicen- se la desquitarán con los consumidores. Vaya país que tenemos.

Los entendimientos sociales, económicos y políticos, aunque sean mínimos, se ve que no son posibles, pues cada quien jala por su lado. El legado de los Acuerdos de Paz, firmados en enero de 1992, cayó en saco roto desperdiciándose una oportunidad para un cambio social y crear un nuevo Estado, más orientado al bienestar.

El soñado cambio que prometió Funes y su partido todavía arrastra deudas, porque somos una nación periférica cuyas elites empresariales nunca entendieron su necesaria función social, además de los errores de la presente administración en cuestiones claves como, por ejemplo, la política sobre los combustibles.

El gobierno de turno enfatizó desde su inicio que los sectores privilegiados serían los marginados, en especial los de las comunidades que subsisten en la pobreza extrema; sin embargo, con eso demostró que no hizo mayor cambio a la política neo liberal traída por los gobiernos precedentes, sino que se puso a administrar un modelo fracasado y excluyente.

De ahí la cantaleta del partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de que para otra ocasión serán originales con su propuesta de gobierno y que alguien de hueso duro será quien dirija el Ejecutivo. Por tanto, la gente tiene que seguir esperando el cambio en medio de los golpes de la crisis.

El dicho popular es que “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran”, más si, como es nuestro caso, no hay sentimientos de solidaridad en esta sociedad maltrecha que sigue exportando a su gente, a la vez que mantiene en claro abandono la productividad. El colmo es que ahora hasta los frijoles hay que acarrearlos desde China Continental y Etiopía. Siga esperando, compadre.

lunes, mayo 16, 2011

Otra forma de hacer política para la sociedad

Por Guillermo Mejía

Una serie de símbolos se han mostrado en la sociedad salvadoreña que anticipan que poco a poco va calando el derecho ciudadano de contar con otra forma de hacer política. Las resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y la permeabilidad del discurso sobre la importancia de la ética y la transparencia en la cosa pública son signos elocuentes.

Hay consenso en diversos sectores sobre el giro que han dando los magistrados de la Sala de lo Constitucional con sentencias en torno a la partida secreta, la libertad de expresión, las candidaturas independientes, el voto por personas no por banderas, la desautorización del PCN y PDC, y la nulidad de la elección de algunos magistrados en el Tribunal Supremo Electoral.

La misma sorpresa y consideración han tenido la promulgación de la Ley de Acceso a la Información Pública, además del impulso de las prácticas éticas y la transparencia del manejo de los fondos en la administración pública, que se convierten en herramientas para ejercer ciudadanía, aunque a algunos instrumentos les hagan falta colmillos.

La cosa es que –y es muy importante- llegaron ciertos discursos que han tenido, y van teniendo, cabida en la mentalidad de la ciudadanía, tal como sucedió con la creación de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos o la Defensoría del Consumidor, y la necesidad de contar con un verdadero ente fiscalizador frente a la caricatura de Corte de Cuentas del la República.

La vergonzante existencia, por ejemplo, del PCN, partido surgido en las entrañas de la dictadura militar, o del PDC, entidad prostituida por seres ajenos a la ideología creada a la luz de la doctrina social de la iglesia, por componendas de los politiqueros secuestradores de los poderes del Estado por fin tendrá su punto y aparte.

Son buenos indicios en el panorama político a fin de ir construyendo esa otra forma de hacer política que vaya, a la vez, encarnando en la conciencia colectiva, porque la sociedad tiene que entrar en la dinámica de la participación ciudadana, heredera de la construcción de un futuro sobre las bases de la justicia social, la libertad y la paz.

De esa manera, también esa sociedad tiene que ir forzando la consolidación de un nuevo Estado, que se pretendió en alguna medida construir con los Acuerdos de Paz, firmados en 1992, pero que recibieron el torpedeo de sectores de poder que, aún ahora, siguen esgrimiendo los mismos argumentos con el fin de garantizar sus privilegios.

Sin embargo, el entusiasmo tampoco puede ser desmedido, todavía falta mucho por hacer.

En primer lugar, desde el gobierno de turno y el partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln) debe existir coherencia entre lo hablado en su oferta electoral y lo que están haciendo, en muchos casos por ningún lado, en su período donde en temas cruciales no trascienden a los ejercicios presidenciales anteriores.

En segundo lugar, la consolidación de una estrategia para contrarrestar de manera urgente la crisis que abate a las familias salvadoreñas, tanto en lo económico como lo social, dada la ausencia de empleos, la carestía y la delincuencia que ha sobrepasado los esfuerzos estatales en su prevención y combate. Criminalidad que se torna la piedra en el zapato del gobierno.

En conclusión: buenos aires están llegando y las pruebas son fehacientes con el proceder de eximios ciudadanos como los magistrados de la Sala de lo Constitucional, el interés de muchos funcionarios de mostrar otra forma de administrar la cosa pública y los pasos de ciudadanos que exigen lo que les corresponde. Ojala construyamos Patria.

lunes, mayo 09, 2011

Un festivo Día de la Madre


Por Guillermo Mejía

Soy desnanado le comenté a la periodista Patricia Rivera, de la Radio Mayavisión, también alumna de Periodismo de la Universidad Nacional y quien me ha confiado ser su asesor de tesina. Ni modo, cuando a la madrecita de uno ya no se encuentra en lo terrenal, pues, siempre perdurará en el corazón. Qué dicha para vos que tenés la fortuna de contar con ella.

La realidad es que el 10 de mayo, no lo tomo con tristeza ni desconsuelo, sino con alegría. Cuando escribo esto muy al contrario, se me viene a la mente el carácter de mi mamá y el legado que nos dejó a sus hijos, y a mi papá. Una mujer luchadora, solidaria, buena gente, aunque verguiadora porque agarró en serio su tarea educativa. Se lo agradezco, aunque no compartía las pijiadas que nos daba.

Junto a la mano de ella conocí el mar, lugar donde vivió su niñez, conocí las historias sacrificadas de la familia, sus papás y hermanos, conocí la música tropical, las bandas del swing, los quintetos de jazz, en fin. Tuve plena conciencia de que existía otra costa, en el caribe centroamericano, donde la familia puso la huella.

Los bellos recuerdos toman vida. El pretexto del Día de la Madre cobra fuerza. Hasta ahora, nunca he sentido más dolor en ese día de la madre ausente. Ya todo se volvió natural como cuando aparece en mis sueños agitados y aún me aconseja que me porte bien, que no sea echo leña con los demás, que siempre estará vigilante. Esos sueños preceden los días más hermosos de la vida.

Así que hermanos, amigos, familia disfruten la ocasión. Extraño a mi madrecita, porqué no decirlo. Sin embargo, como le comenté a la colega Patricia Rivera, no seamos egoístas, por allá está esperándome cuando llegue el final de mi vida. Con gusto espero mi reencuentro con el ser que me dio la vida, me enseñó tantas cosas, así como querer a la humanidad.

Para no cansarles me permito recordar parte de la letra de la canción que Lito Nebbia, el cantautor argentino de los famosos Gatos, dedicó a su madre, el adorable tormento.

“Madre, escúchame, quiero decirte algo que quizás jamás comprenderás… quiero andar rodando y rodando, sin volver quién sabe hasta cuándo, pero madre de ti me acordaré”.

“Madre, escúchame, en cualquier momento tú sabes que a tus brazos volveré… ya no importa ni cómo ni cuándo, si al lugar que yo vaya rodando, madre de ti me acordaré”.

“Ella me miró y me dijo así: hijo eres igual que los olas me besas y te vas…”

Reciban, entonces, un cordial saludo en esta fecha especial, denles de mi parte un fuerte abrazo a sus madrecitas y claro mis felicitaciones a las que ya son madres, y, por supuesto, a las madres postreras donde descansa el futuro de nuestra sociedad. Y también hagan espacio para disfrutar de la vida más si tienen a la par a una mamá que ahora yo guardo en el corazón.

Para que disfruten, estas también le gustaban a mi mamá:

http://www.youtube.com/watch?v=v7aQylt4NrA (Amor y control, Rubén Blades)

http://www.youtube.com/watch?v=Czv5MyxiumQ (Todo me gusta de ti, Alberto Beltrán)

http://www.youtube.com/watch?v=rXB33yd4KI0 (Aquellos ojos verdes, Nath “King” Cole)

martes, mayo 03, 2011

Reflexiones en el Día Mundial de la Libertad de Prensa

Por Guillermo Mejía

La coincidencia generalizada es que hubo muy poco que celebrar el 3 de mayo en que se conmemoró el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha instaurada hace 18 años por la Asamblea General de las Naciones Unidas a iniciativa de los países que conforman la UNESCO. A los 60 periodistas asesinados en 2010 se unen otros en 2011, incluido un colega salvadoreño.

Está fresco el crimen del camarógrafo Alfredo Hurtado, del Canal 33, que murió por heridas de bala, supuestamente a manos de miembros de pandillas en la zona de San Bartolo, Ilopango, pero aún las autoridades policiales no tienen detenidos. En los últimos años son varios compañeros que han corrido similar suerte bajo el manto de la impunidad.

La conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa y el crimen de Hurtado dan pie para soltar algunas ideas sobre lo que sucede con el ejercicio periodístico en El Salvador, sin desmérito de que las cosas han ido y van de mal en peor en la región centroamericana, además de otras áreas consideradas calientes.

Nuestra región, desgraciadamente puente del tráfico de drogas que va de Sur a Norte del continente, anomalía aderezada con la presencia de pandilleros que sirven también al negocio del crimen organizado, se ha vuelto vulnerable frente a la incapacidad de las autoridades respectivas para combatir con efectividad el flagelo además del nivel de salvajismo paralizante.

Es común que los colegas sean asesinados impunemente en México, Colombia, Honduras, Guatemala y El Salvador, entre otros, porque los narcos y el crimen organizado consideran a los periodistas como parte de la contienda. La historia reciente ilustra que esos crímenes antes fueron por motivos políticos -algunos casos aún tienen ese cariz si no veamos el ejemplo hondureño.

En el asesinato del salvadoreño Alfredo Hurtado, algunos medios que toman en cuenta opiniones de la policía y algunos familiares asumen que fue porque el colega cubría la fuente policial en operativos nocturnos donde se apresan a extorsionistas y criminales. De ser correcta esa versión se debe pensar que se ha dado un salto cualitativo en el accionar de los delincuentes.

Con la presencia de carteles de la droga en El Salvador, Honduras y Guatemala, junto a los delincuentes que les sirven a sus propósitos, es lógico que se haya dado esa situación, gravedad que se compara con el asesinato colectivo durante la quema del microbús en Mejicanos, San Salvador, en años recientes. Qué bueno sería que fuera solo una hipótesis.

Pero cuando nos referimos a la situación de la libertad de prensa, en el marco del derecho a la información y del derecho de información, también debemos tomar en cuenta la forma precaria en que todavía se desenvuelven los periodistas, dado los intereses mercantilistas o ideológicos que priman en los medios de comunicación sin importar su postura política.

Lamentablemente, en El Salvador los periodistas aún no toman como prioritario la necesidad de que periódicamente haya reflexión sobre esas condiciones precarias en que se trabaja en el sistema mediático nacional, peor cuando se estima que es urgente que los periodistas tengan una legislación que garantice la libertad de prensa a la luz de los derechos humanos.

Como hemos sostenido en otras oportunidades, realmente el problema de la libertad de prensa –y la comunicación social- no es cosa privativa de los medios de comunicación, editores, periodistas, académicos, etc., sino de toda la sociedad en un enfoque complejo que se centre en el reconocimiento del ciudadano como titular del derecho a la comunicación. Nos falta camino por andar. Saludos colegas.