viernes, noviembre 25, 2016

Javier Darío Restrepo: La ética periodística para la próxima década

Por Guillermo Mejía

El maestro, periodista y referente de la ética periodística a nivel internacional, el colombiano Javier Darío Restrepo, recién vuelve a la carga para ilustrarnos acerca de lo que considera son los retos de tan importante e insoslayable materia en medio de la profunda crisis en que se desarrolla el periodismo.

Según testimonia la también maestra y periodista peruana Esther Vargas, Restrepo participó junto a otros colegas latinoamericanos en la mesa “La ética periodística para la próxima década”, en la Universidad Icesi de la ciudad de Cali, Colombia, en un encuentro de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

El maestro colombiano exige volver a definir “qué diablos es ética”, dada su importancia en la profesión periodística y las dificultades que permean una labor tan necesaria como importante para el desarrollo integral de la sociedad, máxime cuando se habla de romper las barreras a la información y la comunicación.

“El periodismo no se puede considerar como se venía mirando. Hay condicionamientos y exigencias nuevas. Debemos mantener los principios de siempre, pero pensar en un nuevo periodismo”, dijo Restrepo, a la vez que advirtió en la necesaria independencia de los periodistas.

Señaló que “los periodistas perdimos el monopolio de la información, pero hay mucha parte de verdad oculta que debemos buscar. Hoy todos pueden informar, pero no todo el mundo pueda dar información que nadie se quiera perder y que todo el mundo quiera conservar. El periodismo debe ser productor de una información tan valiosa que nadie la quiera perder”.

“En la medida en que el periodismo creyó que era un poder, el periodismo se corrompió porque comenzó a usar todo en su propio beneficio y a la vez se puso al servicio de los poderosos, algunas veces desvergonzadamente, la más de las veces con cierto pudor. Pero siempre al lado del poder”, denunció Restrepo.

Gracias a la colega peruana Esther Vargas, que participó del encuentro en la Universidad Icesi de Cali, presento a continuación las lecciones del maestro Javier Darío Restrepo:

1. El periodismo no se puede considerar como se venía mirando. Hay condicionamientos y exigencias nuevas. Debemos mantener los principios de siempre, pero pensar en un nuevo periodismo.

2. Hay que cambiar la estructura financiera de los medios. La actual ya no es aplicable y conspira contra la credibilidad de los medios.

3. Medios sin credibilidad se convierten en algo descartable.

4- Antes que los medios tengan independencia, los periodistas deben tener independencia.

5. Es importante volver a definir qué diablos es ética.

6. Los periodistas perdimos el monopolio de la información, pero hay mucha parte de verdad oculta que debemos buscar. Hoy todos pueden informar, pero no todo el mundo pueda dar información que nadie se quiere perder y que todo el mundo quiera conservar. El periodismo debe ser productor de una información tan valiosa que nadie la quiera perder.

7. Debemos cambiar la relación con el lector: se debe pasar de lo vertical a lo horizontal.

8. En la medida en que el periodismo creyó que era un poder, el periodismo se corrompió porque comenzó a usar todo en su propio beneficio y a la vez se puso al servicio de los poderosos, algunas veces desvergonzadamente, la más de las veces con cierto pudor. Pero siempre al lado del poder.

9. Uno de los defectos del periodista actual es eso de la entrevistita. El periodista considera que ha hecho una cobertura cuando trae dos o tres entrevistas -a un inspector o a cualquiera.

10. La esencia del periodismo es la de un servidor público, todo lo demás es paja. Por lo tanto, debe ser un fiscal del poder sin sentirse el poder.

11. Nuestra dependencia del lector tiene que ser a la vez independiente. Yo no estoy para satisfacer los caprichos del lector.

12. La mayoría de los problemas éticos de los periodistas derivan de una débil identidad profesional. El periodista no tiene claro para qué carajos está. Muchos están insatisfechos, pero no saben por qué.