miércoles, octubre 30, 2019

Las redes sociales y la nueva comunicación política

Por Guillermo Mejía

Las redes sociales han provocado cambios sustanciales en la relación de la comunicación con la política a partir de generar nuevas posibilidades ciudadanas, más allá del monopolio que hasta tiempo reciente mantenía el sistema de comunicación colectiva en agendar los temas que consideraba de importancia para el debate en la sociedad.

Como sabemos, la comunicación política se refiere a la relación que mantienen gobernantes y gobernados, en un flujo de mensajes de ida y vuelta, a través de los medios de comunicación social, y con el trabajo de periodistas especializados en cubrir la información generada por las instituciones y los protagonistas del hecho político.

En la sociedad contemporánea, ya no es posible que dejemos de lado el aporte –para bien o para mal- de las redes sociales en la interacción de la comunicación y la política si no veamos la forma de actuación de un sinnúmero de líderes políticos, como Donald Trump, Nayib Bukele, Miguel Díaz-Canel, entre otros, que no pierden la oportunidad de activar en la red.

Según el uruguayo Daniel Eskibel, especialista del tema, hay que tomar los casos de las redes sociales, como WhatsApp y Facebook, fenómenos sociales “que son un verdadero desafío para la comunicación política, pero también para la propia política y al final del día también para la salud democrática de los países”.

“Porque se pueden convertir en compartimientos sociales, comunicacionales, psicológicos y políticos totalmente aislados unos de otros, donde ocurren comunicaciones y se generan percepciones que en ocasiones pueden llegar a extremos de manipulación sorprendentes”, añade.

Para el caso, según el investigador, la primera red es un medio de comunicación masivo, aunque no lo parezca, a la vez que es una red social, aunque tampoco lo parezca: “Por WhatsApp circulan mensajes políticos, mensajes personales, noticias reales, noticias falsas, textos, vídeos, audios y todo un enorme torrente de contenidos”, afirma.

“También podemos incluir a Facebook dentro de este contexto de redes sociales clandestinas por las cuales circulan mensajes que están ocultos para el público en general, pero que causan gran impacto en los segmentos sociales hacia los que se apunta en cada caso”, agrega Eskibel.

De acuerdo con el especialista uruguayo, la nueva comunicación política debe considerar la importancia de las redes sociales, así como la presencia de las Fake News en la sociedad contemporánea, sin dejar de lado el marketing político, la agenda setting y las estrategias políticas –estos últimos siempre presentes en el análisis.

Según Eskibel, en el establecimiento de la agenda, los medios tuvieron siempre una posición relevante y casi sin competidores, pero “esa dinámica cambió al ritmo de los cambios en los medios, del surgimiento de nuevas vías y canales, y de la profunda transformación de las comunicaciones que se origina en la revolución tecnológica”.

“El impacto de internet y en particular de las redes sociales sacudió con fuerza aquel paradigma de agenda setting. Y afectó profundamente la posición de los medios tradicionales que tanta influencia tenían en la definición del menú de temas de comunicación política”, advierte.

Aunque, “estos últimos siguen conservando, o más bien re-creando, una posición importante a la hora de fijar agenda. Y son vitales para que la comunicación política no sea desnaturalizada por las Fake News que crecen y se reproducen a velocidad de vértigo”, sentencia.

Al final, en la sociedad contemporánea resulta un desafío saber si realmente se está informado y es “vital el trabajo de medios periodísticos serios, de redacciones de prensa con oficio, de periodistas profesionales que investiguen y verifiquen, y en general de una prensa libre, rigurosa e independiente”, señala el especialista uruguayo Daniel Eskibel.

“La lucha por instalar los temas políticos continuará siempre porque está en la base misma de la acción política. Pero la profesionalidad periodística ayudará a que las reglas del juego sean más estables, a que los partidos políticos tengan mayores garantías, a que la discusión pública sea sobre asuntos reales y a que los ciudadanos tomen decisiones con información de mayor calidad”, concluye.

lunes, octubre 21, 2019

El populismo de Trump y Bukele en las redes sociales

Por Guillermo Mejía

No importa si los comportamientos son vulgares por parte de los presidentes populistas, comenzando con Donald Trump, en Estados Unidos, y Nayib Bukele, en El Salvador, entre otros líderes políticos, ya que está comprobado que les sirve para potenciar su imagen sin necesidad de dar cuenta a los periodistas.

“Por supuesto que jamás permitiría que me chupara las medias, ni ninguna otra cosa”, tuiteó Bukele como respuesta a un diputado derechista de la Asamblea Legislativa que cuestionó el hecho de que algunos de sus colegas le siguen el juego al mandatario. “Es lamentable andar de chupa medias”, dijo Ricardo Velásquez Parker.

Los líderes populistas han encontrado en las redes sociales la forma de estar en contacto especialmente con sus bases y no necesariamente con los que muestran ser independientes, según comentó el académico argentino Silvio Waisbord en declaraciones al periódico La Nación, de Buenos Aires.

“En primer lugar, les permite saltear al periodismo, poder hablar sin recibir preguntas. Los populistas tienden a usar las redes sociales más activamente y quizás mejor que los no populistas, que también las usan. El uso directo de las redes les permite comunicar permanentemente sin tener que ir a la televisión o dar conferencias de prensa”, afirmó.

“Ese es el gran cambio”, continuó, “Trump es un maestro en el uso de Twitter. Su discurso y su forma de hablar encajan extrañamente bien en el lenguaje de esta plataforma. No es el lenguaje del político tradicional, más ceremonial, sino que es más franco, un lenguaje de la vida cotidiana, más agresivo y, en algunos casos, hasta más vulgar”.

Según Waisbord, especialista en comunicación, Trump le habla a su gente no a los independientes y conoce el efecto que tiene eso en la prensa. “Él es quien impone la agenda mediática por Twitter, y la cambia constantemente. Permanentemente le está tirando carne roja a los perros vía Twitter. En parte creo que responde a una estrategia deliberada para evitar que se discutan temas que son inconvenientes para él”.

Como hemos observado, en el caso de Bukele, ha logrado domesticar a cantidad de medios de prensa que responden al antojo del presidente que no descansa en el uso de su cuenta de Twitter desde donde expone cualquier expresión irracional sin que queden por fuera, inclusive, la corrección de plana a miembros de su gabinete de gobierno y uno que otro humo.

Waisbord, en el caso trumpiano, va a la yugular: “Los medios saben que son utilizados por Trump como lo fueron en 2016 para su campaña electoral, es algo irresistible. Incluso comprueban que él miente, pero no pasa absolutamente nada porque él sigue mintiendo, inmune al supuesto castigo simbólico del fact-checking”.

Pero en el cambio de época hay que repensar el para qué del periodismo, una función social que tuvo el monopolio de la información, que siempre determinaba qué era noticia, según lo expuesto por el académico argentino, y si alguien deseaba informarse sobre la realidad buscaba al periodismo.

“Esa tarea ahora es compartida con Facebook, que actúa según el algoritmo que privilegia la compañía. Incluso hoy en día uno se puede informar evitando totalmente el periodismo a través de las redes sociales”, advirtió Waisbord al responder la interrogante sobre el papel del periodismo que antes cumplía la función de imponer agenda.

“Algunos medios, los más fuertes y con más prestigio, siguen siendo importantes en términos de circulación de información por el tamaño de su público. Pero si pensamos el papel de los medios en este ecosistema, vamos hacia una concentración de audiencias brutal”, señaló el especialista.

Y remató: “Gran parte del periodismo sufre una crisis múltiple: una crisis económica feroz y una crisis de influencia por su menor presencia. Y la principal víctima de este cambio es la calidad de la información, no la calidad del periodismo”. Los líderes populistas, como Trump y Bukele, explotan muy bien las redes sociales, mientras el aplauso de las focas es constante.

sábado, octubre 05, 2019

Remembranzas del siglo XX de cara al futuro

Por Guillermo Mejía

A través de la aguda mirada del historiador Roberto Turcios ha llegado un valioso texto sobre los acontecimientos que han marcado la historia contemporánea salvadoreña, titulado Siglo XX: Tendencias y coyunturas de cambio (2019), que se torna imprescindible para el que desee ilustrarse, reflexionar y comprometerse con el país.

“Los acontecimientos, las coyunturas y las tendencias del siglo no fueron tallados en mármol; al contrario, los forjaron las mujeres y los hombres que soñaron y sufrieron, sudando sus esperanzas y cóleras en jornadas memorables”, señala la introducción del aporte intelectual del que fuera director de la prestigiosa Revista Tendencias (1992-2000).

“Ojalá que estas páginas den lugar a intercambios, propuestas y correcciones que pongan de manifiesto el vigor intelectual de un nuevo siglo, pues está despuntando la tercera centuria de la República”, advierte al inicio del recorrido por cuatro etapas que comienzan con la expansión cafetalera y la evolución del régimen político hasta la transición luego de la guerra civil.

El libro pertenece a la Colección Bicentenario, proyecto editorial del Instituto de Formación Docente (INFOD) que articula, según sus directivos, reflexión crítica, investigación histórica y pensamiento pedagógico de cara a la conmemoración del Bicentenario de la Independencia centroamericana con el fin de potenciar la enseñanza de la historia en el sistema educativo.

“El texto tiene una narración de los hechos principales en las coyunturas de cambio seleccionadas, presentando para cada una, propuestas de interpretación. Las primeras se identificaron a partir de los momentos en los que hubo señales de viraje; las segundas se formularon tratando de que fueran claras, breves y se ajustaran a los indicios ofrecidos por las informaciones”, precisa.

El texto está integrado de la siguiente forma: El primer capítulo aborda la expansión cafetalera y la evolución de su régimen político; mientras el segundo se dedica a la crisis y la dictadura. El tercer capítulo desarrolla el régimen autoritario, su estrategia de desarrollo y sus coyunturas de cambio, hasta la configuración de la crisis histórica, en 1978. El proceso de la guerra y los planteamientos en torno a la solución política, junto a la disputa de tres bloques políticos ideológicos forman el contenido del cuarto capítulo. El quinto ofrece un panorama sobre las negociaciones, las características de los Acuerdos de Paz y la reforma constitucional. El último capítulo presenta la configuración del final de un siglo político; según esa propuesta la implementación de los Acuerdos de Paz impulsa el despliegue pleno de la transición a la democracia, con base en procesos inéditos, como la desmilitarización. Bajo ese enfoque, la transición y un nuevo modo de desarrollo, basado en las privatizaciones, constituyen la clausura de un siglo. (Pág. 13)

En la consideración final, Turcios afirma: “El siglo político terminó en forma impresionante, clausurando la mayor guerra con el reconocimiento al diálogo y a las negociaciones. El sedimento, sin embargo, siguió lleno de intolerancia. Otra etapa, otro siglo, comenzó con disputas por el Gobierno sin que los adversarios se agarraran a balazos”.

“Antes no había ocurrido nada igual. Así transcurrió la fundación de la democracia en El Salvador. A un lado, los jóvenes comenzaban a librar las disputas de sus pandillas con la fuerza de las armas. Así comenzó el futuro, entre nuevas violencias y viejas intolerancias; dejando en el pasado los giros políticos basados en asesinatos”, continúa.

“Después de dos siglos de irrespeto a los derechos de la gente, aquel fue un inicio prometedor, con la lucha política abierta, sin amenazas de cárcel ni de muerte. Por primera vez fue razonable la disputa electoral en libertad; por primera vez las mujeres y los hombres pudieron aspirar al respeto de sus derechos y al ejercicio de la crítica mordaz contra todos los poderes”, concluye.

Roberto Turcios cuenta con una amplia producción sobre historiografía salvadoreña, entre sus están: La concentración económica en El Salvador: Un esbozo histórico (1990); Autoritarismo y modernización (1994); Los primeros patriotas (1995); Guillermo Manuel Ungo: Una vida por la democracia y la paz (2012); y su obra más reciente Rebelión. San Salvador, 1960 (2017).