miércoles, diciembre 30, 2015

El Salvador: La violencia fratricida, tragedia y vergüenza

Por Guillermo Mejía

Al final del año, con mucha pena, frustración y preocupación, apreciamos el recuento oficial de víctimas de la violencia con más de 6 mil 500 crímenes, en gran mayoría cometidos con armas de fuego, que vienen a demostrar una vez más el fracaso de los planes de seguridad pública del gobierno, la persistente impunidad y sin que se avizore un futuro prometedor para el 2016.

Al contrario de los mensajes publicitarios de esperanza y paz gubernamentales, así como la mediática insistencia en que la seguridad pública te acompaña en todo el territorio, lo que se encuentra a fin de cuentas es la hemorragia incontenible que devora –en especial- al estrato más joven de la sociedad salvadoreña con la ilusión del “para mientras” y que “muerto el chucho se acaba la rabia”.

Obviamente, el problema de esta violencia fratricida, sobre todo enmarcada dentro de la evolución de las pandillas, el crimen organizado y el narcotráfico, viene desde hace ratos más allá de este gobierno, el de Mauricio Funes y los cuatro períodos de Arena, eso sí con pasos apurados y sofisticados por el mal manejo de la situación en los últimos 25 años. Arena y el Fmln son corresponsables.

Como bien dicen los expertos en el tema, al contrario del ayer, hoy es más fácil encontrar un lugar en el mapa de El Salvador que tenga presencia de la delincuencia… es decir, los puntos marginales que van quedando son los lugares donde no hay presencia de esa delincuencia, sobre todo las pandillas… al grado que solamente en eso “sectores marginales” se estima que hay una paz relativa.

A continuación les presento una muestra de lo que algunas publicaciones periodísticas y columnistas han expuesto al respecto:

El Salvador cerraría el año más violento de su historia con sobre 6,600 homicidios

El Salvador despediría el 2015 como el año más violento de su historia, con un 70 por ciento más de homicidios que en el año pasado por un desbordamiento de las agresiones de las temidas pandillas callejeras, dijo un funcionario forense del país centroamericano.

Las víctimas mortales podrían llegar hasta 6.650 personas al cierre del año, muchas más que las 3.912 de 2014, dijo en una entrevista con Reuters Miguel Fortín Magaña, director del Instituto de Medicina Legal (IML) de El Salvador.

"Este año en la historia de El Salvador es el más violento en cuanto a homicidios", dijo el funcionario. "Es una verdadera pandemia".

La cifra llevará la tasa de homicidios a más de 100 por cada 100,000 habitantes, lo que colocaría a la pequeña nación centroamericana de 6.4 millones de habitantes como la más violenta del mundo, según datos de Naciones Unidas.

"Es un dato totalmente alarmante", dijo Fortín Magaña.

La policía responsabiliza de la violencia criminal a las "maras", pandillas nacidas entre inmigrantes salvadoreños en Estados Unidos en la década de 1990 que libran sangrientas batallas por el control del tráfico de drogas y extorsionan a pobladores y empresas.

Las pandillas rivales Barrio 18 y Mara Salvatrucha han atacado oficinas del Gobierno y hace unos meses forzaron a un paro del transporte durante cuatro días amenazando a los chóferes para que no salieran y asesinando a varios de ellos.

En el año, 62 policías y 24 militares han muerto en ataques o enfrentamientos con las pandillas.

La violencia también ha empujado a más mujeres y niños a emigrar hacia Estados Unidos.
Las muertes violentas este año serían aún más que en tiempos de la guerra civil que desangró al país entre 1980 y 1992 y en la que se calcula que murieron 75,000 personas y otras 8,000 desaparecieron.
"Durante la guerra no se sabe cuántas personas murieron, se calcularon siempre 5,000 muertos (al año)", dijo Fortín. (Nelson Rentería Meza, Agencia Reuters)

Del Purgatorio al Infierno, un paso

El Salvador terminará 2015 con una cifra abrumadora de homicidios: 6.500 ó más… Esta cifra nos revela el grado de descomposición en que ha caído nuestro país. La cifra de muertos es de una guerra y una guerra sangrienta.

Es increíble, pero si comparamos a nuestro país con Islandia, donde sólo se registra un homicidio anual, quiere decir que para que este país europeo tenga la misma cantidad de asesinatos, tendrían que pasar 6.500 años. ¿No es asombroso?

Esa es una realidad totalmente difícil de imaginar. Pero podemos abocarnos a realidades más cercanas.

Con una tasa de homicidios de 3,1 por cada 100.000 habitantes, en 2013, -la menor en América Latina- y un total de 550 muertos, Chile es el país que menos homicidios registra en la región.

Eso quiere decir que en El Salvador se cometen 11,8 veces más homicidios que en Chile. Y que la tasa de homicidios de El Salvador es 33 veces mayor que la del país sudamericano.

El homicidio no es una simple muerte, no. Un asesinato deja repercusiones graves en la familia del asesinado: traumas, tristezas, sed de venganza... Y a ello se suma la impunidad con que actúan los homicidas, cuando sus crímenes no son investigados ni castigados.

Hay necesidad de parar los niveles de violencia. Toda la sociedad y el Estado debe contribuir en ello; los partidos políticos deben apartar sus intereses particulares. Solo así el pequeño paso que hay del Purgatorio al Infierno, lo podemos evitar. (Editorial periódico digital Contrapunto)

La seguridad a cargo de extranjeros incrédulos, magos de piñata y políticos maquiavélicos

La mayoría de los días de este año, los titulares de periódicos y noticieros informaron sobre situaciones que, para quienes no viven en nuestro país, pareciesen inventadas. Irónicamente, esta postura, la de un incrédulo extranjero ajeno a la realidad diaria de El Salvador, es la que los funcionarios y aliados del oficialismo favorecieron durante los últimos doce meses. Bajo esta perspectiva estatal, los medios que informan sobre estos hechos son enemigos del Estado. Poco les ha faltado a los voceros del gobierno para calificar la labor periodística como subversiva. No creo que exista un solo salvadoreño que no haya fruncido el ceño entre asombro e indignación al escuchar a Benito Lara, Hato Hasbún y otros tantos tristes personajes de la política nacional, tratar de vender que la crisis delictual no existe más que en las páginas de rotativos mal intencionados.

La mayoría de salvadoreños, los más vulnerables son los que están más expuestos a los embates de la criminalidad. Las familias más humildes y gran parte de la clase media, viven secuestradas en sus colonias, sometidas por el poder fáctico de las pandillas. Son relativamente pocos los que tienen acceso a los recursos necesarios para costear y, por lo tanto, gozar de medidas de seguridad adicionales que les permitan aislarse de los peligros que conlleva vivir en el país más violento del mundo.

El argumento de Lara --que la crisis delictual es pura percepción-- entonces, se debe de interpretar como un discurso dirigido a estos pocos que no son victimizados que son a los que puede convencer. Esta es una explicación lógica, ya que, de lo contrario, Lara y todos los que replicaron su posición, trataron de convencer a los que fueron blanco de la delincuencia que, lo que les pasó, realmente fue una ilusión. Resulta inconcebible pensar que un funcionario de seguridad juegue a ser mago de piñata, tratando de hipnotizar, sin éxito, a su público. Solo que no se trata de la rutina jocosa de un mago que trata de entretener a un grupo de niños, sino de una mal intencionada mentira que esconde una estrategia oscura. Es posible que el discurso incoherente vaya más allá de la simple ineptitud.

Esta semana compartí una noticia en la que un medio digital informaba sobre cómo el cuerpo decapitado de un estudiante egresado de la UCA, fue localizado en Santa Tecla, habiendo desaparecido de la zona turística de la playa El Tunco. Muchos en las redes sociales comentaron la noticia y, con sarcasmo, plantearon la posibilidad que el oficialismo, ante tan alarmante hecho, sostendría que todo es percepción. Poco a poco el intercambio en las redes sociales fue adoptando un tono más serio y los participantes fueron planteando escenarios más maquiavélicos sobre esa usual postura gubernamental ante delitos que causan alarma social.

Muchos sugirieron que ese discurso desconectado y, aparentemente, resultante de un abordaje comunicacional equivocado, realmente es parte de una estrategia mucho más amplia que busca acomodar el escenario y crear las condiciones que faciliten la justificación de medidas autoritarias para incrementar el control gubernamental sobre la información publicada en los medios de comunicación. Lara, por lo tanto, es esbozado como una de las figuras políticas maquiavélicas involucradas en este plan.

El oficialismo no ha perdido oportunidad para manipular políticamente la crisis en seguridad para la consecución de intereses partidarios. Ha utilizado la gravedad de la situación para atacar a la Sala de lo Constitucional, enemigos políticos y críticos, y aprobar créditos y leyes. Resolver el problema de la seguridad no es prioridad, se le anteponen los intereses partidarios y personales del oficialismo y sus máximos dirigentes políticos, respectivamente. Esto es algo que los salvadoreños no debemos de olvidar a la hora de evaluar los argumentos de funcionarios cuando proponen medidas controversiales en nombre de la seguridad pública. (Carlos Ponce, columnista de El Diario de Hoy)

Carta al presidente: No puede seguir con el mismo gabinete

Estimado Salvador Sánchez Cerén:

Me imagino que no soy el primero que se lo diga: Su Gobierno no puede seguir así, el país no lo aguanta.

Hay unos ignorantes que ante la crisis del país le piden su renuncia a la Presidencia. Pero esto es propaganda barata. Los presidentes no pueden renunciar, pero si pueden (y deben) rehacer su Gobierno cuando está fallando. Usted tiene el mandato popular de gobernar, pero sus ministros, viceministros, secretarios y demás funcionarios del Ejecutivo sólo tienen el mandato suyo - y tienen que irse el día que usted llegue a la conclusión que no cumplen.

Luego de un año y medio es más que evidente quiénes son los funcionarios (y sus respectivas políticas) que han fallado y necesitan, con urgencia, sustitución.

Primero de todo, los responsables del desastre de Seguridad: el ministro de Seguridad Benito Lara, el comisionado presidencial para Seguridad Hato Hasbún; el director general de la PNC Mauricio Ramírez Landaverde.

¿Realmente necesita que le expliquen las razones? Los responsables de Seguridad consiguieron cerrar este año con más de 6,500 homicidios, o sea 2,700 mil homicidios más que en el 2014, y con más de 4 mil (!) homicidios más que en el 2013.

Los funcionarios, en los cuales usted depositó la misión más importante del Gobierno, la de enfrentar la violencia, son los corresponsables de un aumento de homicidios en un 70% en comparación al primer año de su Gobierno; y de un aumento dramático de 166% en comparación al año antes de asumir ustedes el Gobierno. Los números hablan.

¿Quiere que también le calcule el aumento en policías y soldados muertos del 2013 al 2014, y del 2014 al 2015? Saldrán aumentos porcentuales aun más dramáticos…
Las cabezas de su gabinete de Seguridad tienen que irse, para que usted pueda nombrar a funcionarios nuevos y darles la tarea de reformar todo el área Seguridad de cabeza a pies; PNC, inteligencia, Centros Penales - ya la parte inexistente de “Justicia” en el ministerio. ¿No sabe cómo hacer esto? Bueno, hable con uno de los dos amigos comunes que nos quedan. Una es la doctora Rodríguez, y el otro ya sabe quien es…

De paso sea dicho: Hato Hasbún tampoco le está funcionando en su otra función, la de secretario Presidencial de Gobernabilidad. Luego de años de funcionar Hato Hasbún como bombero, negociador, Fixer político, la relación con la empresa privada está tan mal o peor que al inicio de su Gobierno; el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana se ha convertido en un órgano del Ejecutivo y no logra incorporar las aspiraciones de la sociedad civil; y la creación de la Interpartidaria terminó en un aborto.

Posiblemente todo esto no sea culpa de Hato Hasbún, más bien es expresión de la línea partidaria detrás de su Gobierno, pero ciertamente su Secretario de Gobernabilidad se ha desgastado con discursos y promesas irreales y ahora ya no puede concertar con nadie. Usted debería aprovechar las capacidades de Hato nombrándolo jefe de asesores de la Presidencia, en vez de seguirlo desgastando con misiones que no puede cumplir.

El otro cambio drástico que hace falta es la sustitución del presidente de CEPA por un profesional idóneo con capacidad técnica y vocación de concertación. Si usted no para la hemorragia de talentos en CEPA, las consecuencias para la competitividad del país serán desastrosas. Usted necesita nombrar a un presidente de CEPA que reconstruya el tejido administrativo y técnico de la institución, seriamente lesionada por los funcionarios que usted nombró en 2014.

Otro funcionario que no debería quedar en el 2016 es el viceministro de Transporte. Mauricio Funes y luego usted le han dado a este señor un poder dictatorial para hacer y deshacer en el sector transporte, sin concertaciones con los transportistas ni con los alcaldes. El SITRAMSS es solo la punta del iceberg de la crisis de transporte que Nelson García ha creado. La solución: facultar a Gerson Martínez, como jefe del MOP, a asumir la responsabilidad plena como ministro y a elegir a la persona adecuada para dirigir al VMT bajo su supervisión ministerial.

Se me acabó el espacio, pero igualmente debería sustituir a Tharsis López y buscar a un ministro de Economía. Quisieron poner a un ministro independiente del partido y terminaron instalando a uno dependiente de ALBA.

Si usted para inicio del 2016 hace estos cambios en su gabinete, combinado con una reformulación de las prioridades y las políticas públicas correspondientes, su Gobierno puede todavía lograr que el país, poquito a poquito, comience a mejorar. Si no, su presidencia, y con ella el país, su hundirá.

Un feliz año le desea Paolo Lüers

PS: Obviamente hay otros ministros deficientes que no menciono en esta carta. Es cuestión de prioridades. (Paolo Lüers, columnista de El Diario de Hoy)