viernes, junio 28, 2013

Ernesto Sábato:
Si el universo fuera perfecto el arte no existiría…


Por Guillermo Mejía

El escritor argentino Ernesto Sábato habría cumplido 102 años el 24 de junio pasado, pero se nos fue el 30 abril de 2011 casi al cumplir los cien. Pero sigue con nosotros su legado artístico, tanto en literatura como en pintura, y su referente humano frente a la decadente sociedad consumista, tecnocrática y robotizada.

Sábato, nacido en 1911 en Rojas, provincia de Buenos Aires, fue anarquista, luego comunista, después decepcionado de la experiencia soviética culminó abrazando la idea de un socialismo que “termine con la alienación y la sociedad de consumo, que termine con la miseria física pero también con la espiritual, que ponga la técnica y la ciencia al servicio del hombre”.

Antes de consagrarse a las letras, el escritor se dedicaba a las ciencias físicas y matemáticas -ostentaba un doctorado en esas disciplinas- fue profesor de Física superior en la Universidad de La Plata. Su reconocimiento le valió que el profesor argentino Bernardo Houssay, Premio Nobel de Física, lo apadrinara para una beca en el Laboratorio Curie, en París

En una antología de artículos hispanoamericanos y españoles titulada “Grandes Firmas”, Ediciones Efe (Madrid; 1987), Sábato nos cuenta su experiencia de niño, enfermizo e inseguro, con una madre tierna y un padre durísimo, ambos de origen italiano, que “desarrolló una introversión que encarnizadamente me llevaba a escrutar mis ideas, mis presunciones, mis sentimientos”.

“Esto se intensificó cuando me enviaron a seguir los estudios secundarios en una ciudad que para mí era remota. Allí añoré con melancolía a mi madre, al mismo tiempo que me sentía sucio y culpable, ansiando un orden límpido que no tenía”, dice.

“Y entonces tuve una revelación portentosa, cuando nuestro profesor de matemáticas demostró por primera vez ante nosotros un teorema de geometría. No lo supe, claro, pero acababa de descubrir el universo platónico, el perfecto orden de los objetos ideales, eternos y purísimos. Aquel milagro marcó buena parte de mi existencia”, agrega.

Sábato compartía por un lado, las físicas y matemáticas, y por el otro, el arte: “Puedo decir ahora que mi vida entera fue una pugna de esas dos inclinaciones, que aumentó cuando con los años los fantasmas que se agitaban en mi inconsciente trataban de manifestarse. ¿Quiénes eran? ¿Qué querían? Nunca lo supe y tampoco puedo decir que lo sepa ahora”.

A la par que trabajaba en el Laboratorio Curie, de París, escribía sin que lo vieran una novela titulada “La Fuente Muda”, que no se atrevió a publicar completa si al caso fragmentos muchos años después. En ese tiempo se reunía en un café de Montparnasse con los surrealistas, como “una honrada ama de casa que al anochecer ejerciera la prostitución”.

Dejar la física para irse con la literatura no resultó fácil. “Luché mucho tiempo hasta tomar la decisión, en 1943, cuando decidí irme con mi mujer y mi hijito a vivir en una cabaña de las sierras de Córdoba, lejos del mundo civilizado. No fue una decisión racional. Ni siquiera razonable. Pero en los momentos cruciales de mi existencia siempre confié más en el instinto que en las ideas, y así era empujado a acometer empresas que cualquier persona sensata desaprobaba”.

En esas circunstancias escribió “Uno y el Universo”, como una despedida a la ciencia y su arribo a la literatura: “La ciencia ha sido un compañero de viaje, durante un trecho, pero ya ha quedado atrás. Todavía, cuando nostálgicamente vuelvo la cabeza, puedo ver a alguna de las altas torres que divisé en mi adolescencia y me atrajeron con su belleza exenta de vicios carnales”.

“Pronto desaparecerán en el horizonte y sólo quedará el recuerdo. Muchos pensarán que ésta es una traición de la amistad, cuando es fidelidad a mi condición humana. De todos modos, reivindico el mérito de abandonar esa clara ciudad de las torres –donde reinan la seguridad y el orden- en busca de un continente lleno de peligros, donde domina la conjetura”, añade.

Sábato se quedó sólo con su mujer y su hijito de cuatro años. Sus colegas de ciencia lo vieron como renegado, otros más duros –según cuenta- dominados por la mentalidad positivista, que siempre despreció al pensamiento mágico, le reclamaron cómo se había atrevido a abandonar el rigor científico por el “charlatanismo de la literatura”.

Por eso, al principio no se atrevía a publicar ficciones, prefirió el ensayo, mas en 1948 salió a luz “El Túnel”, la primera ficción que se atrevió a lanzar a la jauría cientificista. Agarró fuerzas y comenzó a escribir “Hombres y Engranajes”, donde puso en claro sus posturas respecto a la ciencia y la técnica. El mundo era un caos, pero había una revolución romántica.

La escritora, periodista y educadora argentina Victoria Azurduy, a quien conocí en los aciagos años de la guerra salvadoreña (en los 80), compañera de batallas junto al periodista mexicano Luis Albarrán –ya fallecido-, conversó con Sábato en 1991 en su tierra natal.

“Se reconoce apasionado, y por eso pasa de la tristeza a la exaltación o al éxtasis, aunque la depresión le puede durar días, semanas, años”, cuenta la doña Vicky.

Y, en palabras de Sábato: “Este estado anímico que sufro desde chico no se lo deseo a nadie porque es el sufrimiento más grande que existe. Por eso mi propensión hacia la literatura o el arte”.

“El arte es un acto de reacción contra una realidad que a uno le parece abominable, y a través de él se puede crear otra realidad. Estoy convencido que si el universo fuera perfecto, bello, bueno, agradable, habitados por seres sin tristeza, el arte no existiría”.

Sábato se comprometió también con la política, donde tuvo sus detractores por una cita de él y otros autores como Jorge Luis Borges con el dictador argentino Rafael Videla, en 1976, que luego pretendió aclarar. Presidió la Comisión Nacional sobre Desaparecidos de la dictadura militar (1975-1983) que presentó un informe que reflejó la tragedia argentina.

La colega Victoria Azurduy nos trae una última reflexión del autor: “El hombre moderno muere de alienación. Está siendo enajenado y robotizado por las comunicaciones, la sociedad del consumo, la tecnología. Si logramos sobrevivir a la catástrofe atómica, habría que repensar la humanidad. Y esa humanidad tendría que ser representada desde bases muy distintas, donde la ciencia y la técnica tengan un lugar estricto y nada más. Y olvidar para siempre la tecnolatría que existe ahora y que nos consume en el absurdo”.

Novelas y ensayos múltiples son el legado del escritor argentino, Premio Cervantes 1985. Entre otras obras: “El Túnel”, “Abaddón, el Exterminador”, “Sobre Héroes y Tumbas”, “El Escritor y sus Fantasmas”, “Antes del Fin”, sus memorias.












viernes, mayo 31, 2013

De la tierra de Funes(landia)

Donde no se rebuzna porque Dios es grande

Por Guillermo Mejía

El gobierno del presidente Mauricio Funes arribó a su cuarto aniversario, en general lo bueno los paquetes de asistencia social y lo malo la situación económica y la inseguridad, aderezada por una controversial tregua entre pandillas que sigue siendo oscura igual como nació hace poco más de un año en un contexto de medias verdades y medias mentiras.

Lo último, el reality show montado por propagandistas del proceso, gente del gobierno (uno de ellos defenestrado como chivo expiatorio), políticos electoreros en las sombras y ni más ni menos que el hijo del pastor bautista Tobi, el Jr., que llevaron a los dirigentes pandilleros “el sirra”, de la MS, y “el viejo lin”, de la 18, al culto frente a las miradas y aplausos de la congregación.

La sociedad ha quedado estupefacta frente a la metida de pata y hasta Funes habló de falta de respeto a las familias de las víctimas de la violencia.

Pero el mandatario salvadoreño y los acompañantes del denominado “proceso de pacificación” insisten en la validez del esfuerzo, aunque falta transparencia sobre el mismo y el verdadero papel del gobierno que es señalado dentro y fuera del país de haber negociado prebendas con las dirigencias de los pandilleros a cambio de la reducción de homicidios entre sus miembros.

Muchas cosas se dicen al respecto, inclusive que existen riesgos de que los pandilleros se conviertan en actores políticos, pues tienen una fuerza social (ellos, sus familias y los barrios) nada despreciable como para poder negociar votos en procesos electorales, así como nexos con estructuras del crimen organizado.

Como hemos visto, la tregua entre pandillas ya se convirtió en tema de campaña electoral (anticipada) con la instrumentalización que hace el candidato arenero Norman Quijano y, por lo que viene, ese partido de derecha enfilará el ataque por ese flanco. La izquierda y su candidato Salvador Sánchez Cerén tienen una papa caliente por acompañar a Funes.

La ironía del asunto es que los areneros hablan del fracaso de la seguridad pública como si no fueran ellos los que con sus políticas –también fracasadas- propiciaron el fortalecimiento de las pandillas, fenómeno social importado de Estados Unidos que halló terreno fértil por las condiciones de pobreza y exclusión de la sociedad salvadoreña.

Al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln) le convendría aclarar el punto de cara a la población en cuanto, si bien es el partido oficial, el margen de maniobra de Funes a conveniencia va más allá de los intereses del partido cuando se está a las puertas de las elecciones presidenciales y la gente no acompaña la tregua entre pandillas. El riesgo es grande.

El cuarto aniversario del gobierno de Funes da para mucha reflexión. En el sistema mediático hay productos periodísticos buenos y malos, sobre todo porque abunda el chambre y escasea la información. Imaginémonos a la sociedad salvadoreña en pleno goce del derecho a la información y quizás no estaríamos en ese consumo chatarra y mucho menos con la clase de politiqueros.

Para tener acceso a otras reflexiones y aclarar el panorama les recomiendo las siguientes lecturas de algunos medios de comunicación salvadoreños:

-De Contrapunto:
Funes, último año de gobierno (Por Roberto Cañas)

-De El Diario de Hoy:
La abismal desconexión entre el Gobierno y la ciudadanía (Por Carlos Ponce)

-De La Prensa Gráfica:
La foto de mal augurio (Por César Castro Fagoaga)

-De El Faro:
Horacio Castellanos Moya, escritor:
“¿El Salvador? Ya no me siento cómodo en ningún lado del planeta”


Posdata:
En su informe de cuarto año de gobierno, el presidente Mauricio Funes al referirse al problema de seguridad pública no mencionó la palabra “tregua”, solamente presentó entre otros datos que los homicidios se redujeron poco más de la mitad y a fin de combatir las extorsiones –que es uno de los problemas que resiente la gente- integrará un grupo especial con policías y militares. Algo muy curioso fue que señaló al gobierno de Francisco Flores como el responsable de que el problema de las maras se haya profundizado con la mediática y fracasada “mano dura”; sin embargo, omitió referirse al gobierno de Elías Antonio Saca –ahora candidato presidencial- que también fracasó con la también mediática “súper mano dura”, reconocida como una de las responsables de haber profundizado la violencia de las pandillas.













martes, mayo 21, 2013

Las ilusiones de la democracia digital

Por Guillermo Mejía

Las “ilusiones de democratización” que se han popularizado en la Internet desde hace años no han pasado de ser eso conforme la práctica cotidiana ha demostrado que se mantienen las asimetrías sociales, la concentración del poder y el control de las élites, según las reflexiones de Daniel Innerarity, catedrático de filosofía e investigador en la Universidad del País Vasco.

“Nos habían anunciado la accesibilidad de la información, la eliminación de los secretos y la disolución de las estructuras de poder, de tal modo que parecía inevitable avanzar en la democratización de la sociedad, renovando nuestra tediosa democracia o implantándola en sociedades que parecían protegidas frente a los efectos más benéficos de la red”, señala.

“Los resultados no parecen estar a la altura de lo anunciado y ya se formulan las primeras teorías de dicha desilusión que pretenden desmontar el mito de la democracia digital”, advierte de forma contundente el profesor español.

Nos recuerda Innerarity que los seres humanos nos ilusionamos con toda innovación tecnológica:
“Marx creyó que el ferrocarril disolvería el sistema de castas en la India; el telégrafo fue anunciado como el final definitivo de los prejuicios y las hostilidades entre las naciones; algunos celebraron el avión como un medio de transporte que suprimiría, además de las distancias, también las guerras; sueños similares acompañaron al nacimiento de la radio o la televisión”.

Sin embargo, “ahora contemplamos estas suposiciones con ironía y desdén, pero en su momento parecían una promesa verosímil”, añade.

De hecho, las tecnologías –ahí colocamos, por ejemplo, el despliegue de las redes sociales- son parte del fenómeno. Resulta lógico que las tecnologías empoderan, vinculan a las personas y facilitan el acceso al conocimiento, según el catedrático e investigador, por lo que despiertan esas ilusiones de emancipación democrática.

“Pasadas las expectativas exageradas, estamos en condiciones de desenredar esa ilusión y preguntarnos si realmente Internet ha aumentado la esfera pública, hasta qué punto ha hecho posible nuevas formas de participación, ampliando el poder de la gente frente al de las élites. Sin dejar de reconocer las capacidades de la red, podemos examinar críticamente las promesas del ciberutopismo, esa ingenua creencia en la naturaleza inexorablemente emancipadora de la comunicación on line que desconoce sus límites o incluso su lado oscuro”, dice Innerarity.

De acuerdo con el catedrático español, en el caso de las tecnologías de la información y la comunicación se constata que el entusiasmo ha simplificado la visión de sus efectos políticos, ha exagerado sus posibilidades y ha minimizado sus limitaciones. “Buena parte de nuestra perplejidad ante los límites o ambigüedades de los procesos sociales tecnológicamente posibilitados se debe a no haber entendido que cualquier innovación técnica se lleva a cabo en un contexto social y tiene unos efectos sociales que varían en función del contexto en que se despliegan”, afirma.

“La información no fluye en el vacío sino en un espacio político que ya está ocupado, organizado y estructurado en términos de poder. De haber tenido esto suficientemente en cuenta, no habríamos caído en la ingenuidad de pensar que una tecnología tan sofisticada como Internet produce idénticos resultados en países diversos”, agrega.

En la misma dirección, se constata que no es tan cierto que las redes sociales constituyen un movimiento contrario a la concentración de poder, que desequilibra la autoridad de las élites y tiende a anular las asimetrías establecidas.

Se pregunta Innerarity: ¿Hasta qué punto es tan abierta la arquitectura de Internet? ¿Es verdad que los ciudadanos son más escuchados en el ciberespacio, que las redes descentralizan las audiencias, favorecen la flexibilidad de las organizaciones y posibilitan la desintermediación de la actividad política?

“Los gatekeepers (que filtran en los canales de la información y condicionan nuestras decisiones) siguen formando parte de nuestro paisaje social y político. Hay quien sostiene, incluso, que la concentración de la audiencia es mayor en la red que en los medios tradicionales. No hay necesariamente más objetividad ni menos partidismo en el espacio abierto de Internet que en el de los medios tradicionales. El hecho de que el poder esté descentralizado o sea difuso, no significa que haya menos poder, que seamos más libres y la democracia de mejor calidad”, responde.

Otro sueño desmontado es el del supuesto que la red de Internet favorece siempre al oprimido, tan en boga en la actualidad.

“Internet no elimina las relaciones de poder sino que las transforma. En la red sigue habiendo asimetrías; es una ingenuidad pensar que Internet favorece siempre y necesariamente al oprimido frente al opresor. La razón más importante que explica la persistencia de relaciones de poder en la red es estructural, reside en su propia arquitectura”, asegura el autor.

“Para comprender la infraestructura del poder de Internet hay que tener en cuenta que su naturaleza conectiva determina el contenido que los ciudadanos ven, en virtud de lo cual no todas las elecciones son iguales. Esto no es debido a normas o leyes sino a las decisiones que están en el diseño de Internet y que determinan lo que les está permitido o no a los usuarios. La topología link que regula el tráfico de la red hace de Internet algo menos abierto de lo que se espera o teme. Existe una jerarquía estructural debida a los hyperlinks, una jerarquía económica de las grandes corporaciones como Google o Microsoft y una jerarquía social porque un cierto tipo de profesionales están sobrerrepresentados en la opinión on line”, añade.

En ese sentido, las opciones ya están definidas y superan a las alternativas. Es poca la gente que escapa al sistema. La inmensa mayoría está condicionada por hábitos dirigidos que se configuran dentro de una ideología.

“El valor supremo de esta ideología es la ‘libre expresión’ y guarda un sospechoso parecido con los valores de la desregulación, la libertad de circulación o la transparencia entendidos de manera neoliberal. Y por eso mismo esos valores son difícilmente asumibles en otras culturas, pero también en países democráticos que, como Francia y Alemania, tratan de impedir el acceso, por ejemplo, a páginas antisemitas”, señala el catedrático español.

Nos alecciona sobre dos hechos trascendentes: en el primer caso, las revueltas árabes ponen de manifiesto que derribar no es construir, que la descentralización no es suficiente para el éxito de las reformas políticas; en el segundo caso, que Barak Obama haya sido mejor candidato que presidente debería servir para controlar la fascinación que la red ha ejercido sobre quienes han olvidado que ganar unas elecciones no es lo mismo que gobernar.

“El hecho de que la red esté destruyendo barreras, debilitando el poder de las instituciones y los intermediarios, no debería llevarnos a olvidar que el buen funcionamiento de las instituciones es fundamental para la preservación de las libertades”, advierte Innerarity. En fin, Internet puede facilitar derribar el autoritarismo, pero eso no significa que sea eficaz a la hora de consolidar la democracia.












lunes, mayo 06, 2013

Las nuevas tecnologías como placebo para la humanidad

Por Guillermo Mejía

Desde una perspectiva crítica a la utopía de la comunicación potenciada por la presencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (Tic’s), es necesario hacer conciencia que en la actualidad sobrevivimos en sociedades que están inmersas en una ilusión donde los intereses políticos formatean esos avances tecnológicos.

Son reflexiones que pone en el debate la comunicóloga brasileña Carolina Dantas de Figueiredo, profesora de la Facultade Vale do Ipojuca-Caruaru (PE) y de las Facultades Integradas Barros Melo-Olinda (PE), en un esfuerzo intelectual que se orienta a buscar una crítica a la utopía de la comunicación que pretende ver a los avances tecnológicos con euforia.

Recuerda la profesora brasileña al autor Philippe Breton (1994) que analiza a la visión optimista sobre el fenómeno como “utopía de la comunicación” donde, según él, el proyecto utópico se da en tres niveles: la emergencia de una sociedad mejorada o ideal, la redefinición antropológica del hombre y la promoción de la comunicación como valor.

Al contrario, encontramos la visión pesimista sobre el fenómeno que llamaremos “distopía de la comunicación” donde, por ejemplo, para los herederos de la Escuela de Frankfurt “las guerras y holocaustos eran pruebas vivas del argumento de que la técnica conduciría a las sociedades modernas a la barbarie”.

Según Dantas de Figuiredo, son innegables las mejoras que ha traído el avance tecnológico, pero no se puede dejar de lado la instrumentalización que se hace en términos políticos en las sociedades. Para el caso, el neoliberalismo dice defender férreamente la democracia siempre y cuando los engranajes del capitalismo funcionen.

Por otro lado, se pretende imponer dentro de la visión utópica de la comunicación un aire de revolución a las nuevas tecnologías, aunque habría que preguntarse qué tipo de revolución, ya que persisten los paradigmas establecidos por los medios tradicionales, además de que aún es reciente la incorporación de las Tic’s a la intimidad y la vida social de los usuarios.

“Observando los comportamientos de los usuarios de los nuevos medios se nota que la agenda de determinadas informaciones persiste. Basta entrar en los sitios de búsqueda, portales periodísticos, blogs o redes sociales para percibir la recurrencia a ciertos asuntos, palabras, noticias o tags” lo que muestra la presencia de los mismos parámetros informacionales.

“Con todo, el simple compartir contenidos no significa interacción, al contrario puede indicar el acceso de receptores que en vez de considerar las informaciones críticamente o producir nuevos conocimientos a partir de ellas, apenas las replican infinitamente. De esa forma, los nuevos medios tienen tanto potencial totalitario como los antiguos medios”, advierte la profesora brasileña.

Para matizar, hace referencia a si la comunicación en la primera mitad del siglo XXI podría fomentar la democracia. Los optimistas aseguran que la accesibilidad y la oferta mediática en larga escala son puntos a favor y, de hecho, no se puede negar del todo que democracia y acceso a la información son absolutamente inseparables.

Empero, “sería precipitado tomar el acceso general a la información como presupuesto, ya que en la práctica eso aún no sucede, así como imaginar que la tecnología por sí sola sería capaz de ampliar las posibilidades y el alcance de la democracia”, afirma la profesora brasileña, a quien le resulta un “ejercicio de futurología” saber si la comunicación camina hacia la utopía.

En ese sentido, existen tres riesgos en la visión utópica de la comunicación: primero, es que el capitalismo se transforme en un tecno-utopismo abstracto y, como consecuencia, que los nuevos medios sean fetichizados, tomados como cosa en sí y que sus procesos e implicaciones sean ignorados. Segundo, es la alienación de su carácter ideológico. Tercero, es que enfocándose solamente en la técnica, se pierda al individuo de vista.

“Se nota, entonces, que con la validez del discurso utópico y las fragilidades que representa, es necesario buscar en la distopía o su contrapunto, el otro posicionamiento que de distancia de la utopía por ser escéptico en relación a la técnica, a la democracia y al mismo sujeto. Se busca, con el retorno a la distopía, una verdad más allá de la establecida por el campo de las comunicaciones en la sociedad contemporánea”, señala Dantas de Figuiredo.

Retoma a la autora Georgina Vargas (2007) –quien cita a Deleuze y Guattari: “Las tecnologías digitales emergen de una cierta cultura y formación social y se encuentran en una fase ilusoria. Al mismo tiempo, los intereses políticos irrumpen en la tecnología y le dan forma, pues ubican la amplia gama de desarrollos y usos posibles”.

Y continúa: “Esta fase ilusoria que los autores mencionan sería la fase de la tecnología, de exaltar los sueños tecnológicos como placebo para la humanidad. Una de las cosas que posibilitó el avance de esta utopía fue la creencia, bastante recurrente, de que las tecnologías de la información son aliadas a un posicionamiento ideológico”. No caigamos en el ensueño.













jueves, abril 18, 2013

El pintor Carlos Cañas a través de Horacio Castellanos Moya

Por Guillermo Mejía

El pasado 14 de abril falleció en la capital salvadoreña el pintor Carlos Cañas, Premio Nacional de Cultura 2012, nacido el 3 de septiembre de 1924 y precursor del arte abstracto en El Salvador, como han reseñado sus críticos. Un alma que puso su arte en función social –como él mismo señaló en su oportunidad- más allá de los reconocimientos a su obra.

El escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya le dedicó un texto al baluarte de la pintura, que se publicó en la desaparecida Revista Tendencias, edición número 14, correspondiente al mes de octubre de 1992, donde nos habla del personaje y su obra. En recuerdo al artista, su obra y la memoria histórica presento a continuación ese material invaluable.

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Bocetos sobre Carlos Cañas


Por Horacio Castellanos Moya

1
Pretender un retrato de la genialidad sería en vano; descubrir sus mecanismos internos, virtualmente imposible. El espíritu artístico es inaprehensible, escabullizo, contradictorio. Por eso, la sola insinuación de que alguien quisiera hurgar su intimidad, de que alguien se propusiera hacer una radiografía de su fuerza creadora, sería motivo suficiente para que Carlos Cañas de inmediato recurriera a una de las facetas inequívocas de los grandes artistas: la hosquedad, el encierro.
Un retrato, entonces, constituiría más que un desafío: de ahí la inevitabilidad de estos apuntes, de estos bocetos de rasgos tenues, hasta tímidos.

2
Una primera impresión que surge del acercamiento a la vasta obra de Carlos Cañas, a su personalidad artística, es su voluntad creativa, el tesón, la persistencia. En este hombre, la inspiración es sinónimo de disciplina, de un ejercicio continuo del oficio. Nadie más lejos de aquella mayoría que trabaja para llenar una exposición, para complacer a una clientela probable, para fomentar una imagen. En Cañas, no se trata únicamente del acecho inmisericorde de los demonios, sino de una vocación asumida con la certidumbre del instrumento que expresa las dudas y hallazgos del espíritu. Casi medio siglo de labor ininterrumpida, y las más de 600 obras que incluye esta retrospectiva, son la evidencia irrefutable de esa vocación, de esa aventura.

3
La tentación de pontificar acerca de la supremacía de un talento sobre los demás de su especie; la tentación de señalar, categóricamente, al elegido por las musas para encarnar el don supremo de la creación: algo a los que pocos son inmunes cuando acechan en la obra y en el carácter de un maestro. Pero la obra de Carlos Cañas, eregida de cara a la consistencia indescriptible del tiempo, prescinde olímpicamente del “ditirambo salivoso del asno”, como de la diatriba rencorosa del mediocre. Ubicada en el corazón de la historia de las artes plásticas salvadoreñas, la trayectoria de Cañas, sus búsquedas, sus atinos y desatinos, significan el referente obligado, una huella viva y generosa en la ruta de la nación.

4
Y esa nación, con su mezquindad y su soberbia, con su bondad y energía avasalladora, ha sido motivo de reflexión, alegría y tormento: Carlos Cañas pinta desde el mismo núcleo de la salvadoreñidad. Trazo a trazo, pincelada a pincelada, sus cuadros traslucen el rostro de lo nacional, su cuerpo a veces mutilado. Mestizaje, identidad nacional y conciencia latinoamericana, conceptos que en este pintor están lejos del facilismo, de los lugares comunes. La búsqueda de “lo nuestro” pasa por su tensionamiento del espíritu, por el temple que nos permite soportar la revelación de nuestras taras y virtudes, por la dinámica interrelación de lo propio y lo foráneo.

5
Las grandes influencias, las vertientes enriquecedoras, los faros en la noche marítima, para Cañas van mucho más allá de la volatilidad de las modas. Al principio, en su “peregrinaje inicial”, en la década de los 40, cuando aún era Carlos Augusto Cañas –poeta, ensayista, pintor y crítico de arte-, se nutrió sobre todo de la plástica generada por la revolución mexicana: era el entusiasmo de los años fundacionales, la cimentación de los andamios. Lo figurativo, entonces, fue lo natural. Después vino la travesía del Atlántico, el buceo en la tradición europea, la profundización del estudio y el aprendizaje. “Ya de regreso de la aventura, (…) solo e inmenso en mi soledad”, Cañas emprende nuevos caminos: primero un período de pintura abstracta, luego el sumergimiento en las raíces mayas. Y, como en esas leyendas circulares de la época prehispánica, el pintor vuelve a lo figurativo, pero de otra manera, enriquecido por nuevos universos.
Ahora, a sus 68 años de edad, en la plenitud de su madurez creadora, el pintor puede contar, proseguir la aventura, aprestarse a ejercer la pasión con mayor brío.

6
Porque Carlos Cañas ha sido testigo particular y oficioso de esta época, de un siglo de contorsiones inusitadas. Una época que, para El Salvador, ha conllevado los estertores un renacimiento: la dolorosa refundación a través de la guerra, de la carnicería y la esperanza. Y la obra de Cañas no ha cerrado los ojos al drama cotidiano, sino que lo incorpora, de forma constitutiva, sin ánimo demagógico. El ejemplo más impactante quizás sea su cuadro sobre la masacre del río Sumpul –ese “Guernica salvadoreño”, como lo ha llamado más de alguno. Y su sensibilidad o conciencia social en ningún momento ha significado traición o ablandamiento: pintar más, y cada vez mejor, ha sido su compromiso.

7
Hablar de poesía en la obra de Carlos Cañas no es lugar común. Hubo un poeta transmutado en pintor; hubo un joven escritor de poemas que por accidente o por herencia –discernir la frontera entre lo accidental y lo intuitivo, entre el azar y el destino, sería tarea de taumaturgos- se convirtió en trazador de imágenes. Pertinente, pues, hablar de poesía. Lo poético entendido como odisea del espíritu, actitud de vida, cultivo del asombro. “Hacer pintura es hacer la vida”, dice Cañas, “provocar la luz del misterio”.
Hablar de pensamiento en el hombre Carlos Cañas tampoco es fortuito. Sus ensayos sobre cuestiones estéticas, su larga labor docente, bastarían para sustentar tal afirmación. Pero, en su caso, la pasión por la reflexión importa como nutriente, o como la brújula para quien emerge de las profundidades en que decanta la emoción.

8
La hostilidad de lo circundante fue de siempre: al principio –en ese San Salvador de mediados de siglo- no había siquiera galerías; al principio también hubo acuarelas vendidas a cinco colones; y esa primera exposición en la Universidad Nacional, donde sus dibujos fueron casi destrozados por los estudiantes. Difícil bregar en un entorno dispuesto a destruir a quien se niegue a la complacencia. Pero Carlos Cañas no se estancó en el resentimiento, ni en la violencia interior que genera. Los transmutó más bien en nuevas y más depuradas formas. La incomprensión y el desprecio, en todas las épocas, han servido para probar vocación y talento artístico. El pintor sobrevive en su obra.

9
“El terror y la ternura”, así llamó a una de sus primeras exposiciones, y esas dos palabras, esos conceptos extremos, podrían englobar la temática de su obra, y quizás la idiosincrasia de la nación. De las frutas etéreas a los cuerpos retorcidos, de la desesperanza y el distorsionamiento humano al amor, el tema es el hombre, esa criatura desamparada en el universo inescrutable. Porque la soledad en Carlos Cañas no es estratagema, sino esencialidad. Una soledad que, sin embargo, no significa cerrar los ojos al mundo: la aventura del pintor consiste precisamente en apropiarse del mundo para condensarlo en una nueva creación.













jueves, abril 04, 2013

La visión de Monseñor Romero sobre la Universidad de El Salvador

Por Guillermo Mejía

A 33 años del asesinato del Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, acaecido el 24 de marzo de 1980, el boletín Análisis Sociológico, de la Unidad de Investigaciones, Facultad de Ciencias y Humanidades, Universidad de El Salvador (UES), presentó un documento histórico donde el prelado habla del papel del máximo centro de estudios superiores.

El académico salvadoreño Ricardo Argueta, quien dirige la Unidad de Investigaciones y es catedrático de la Escuela de Ciencias Sociales de la referida Facultad, dio a conocer una entrevista que realizara el periódico El Universitario, en mayo de 1979, cuando el prelado visitó el Alma Mater para participar en un evento estudiantil en el famoso “Auditorio de Derecho”.

A continuación el documento histórico en mención:

Unos meses antes de ser asesinado, Monseñor Romero estuvo de visita en la
Universidad de El Salvador para participar en una mesa redonda sobre la
problemática nacional organizada por la Asociación de Estudiantes de Derecho. El
evento fue aprovechado por el periódico El Universitario para entrevistar al
arzobispo. Transcribimos íntegra la conversación en la cual Monseñor Romero
expresa su visión sobre la posición asumida por la Universidad en la coyuntura
política del momento.

Pregunta. Monseñor Romero quisiéramos saber qué impresión le causa el
recibimiento en la Universidad de El Salvador.

Respuesta. Es muy honroso y agradable llegar a un ambiente de cultura y juventud y
encontrarse así, no como un extraño, sino acogido con cariño, con entusiasmo,
creo que ese es el primer sentimiento que aflora en mi corazón, de agradecimiento
por esa acogida y por esta invitación que me han hecho.

P. También quisiéramos conocer su opinión acerca de la postura que ha
adoptado la Universidad de El Salvador respecto a los últimos
acontecimientos.

R. Quiero decirle con franqueza que no he profundizado mucho la postura
universitaria, solamente veo yo que va en un camino de búsqueda y que me
parece que va abriéndose más, y que esta apertura es una esperanza para el
país, porque creo que una Universidad pues, nunca está aislada del conjunto
histórico del país y todo lo que sea una búsqueda sincera de solucionar sus
problemas creo que redunda en bien de todo el pueblo y esa es para mí una
actitud de esperanza.

P. Uno de los últimos pronunciamientos emitidos por el Consejo Superior
Universitario decía precisamente que la Universidad no puede ni debe
permanecer aislada de la situación histórica que vive el país actualmente. A
usted Monseñor. ¿Qué le parece que la Universidad haya abierto sus puertas
precisamente a la Iglesia después de tantos años en los que estábamos
prácticamente cerrados a ella?

R. Perdone el pronunciamiento a que usted se refiere ¿es del Consejo Superior
Universitario con motivo de este último conflicto? Yo lo tomo como muy digno, y en
mi homilía de hace dos domingos lo apoyé también porque me pareció muy
sensato y allí precisamente hablaba de este aspecto de irradiación ante el pueblo
de la Universidad. A juzgar, pues, por ese pronunciamiento, que es correcto el
pensamiento y que hay serenidad y ecuanimidad, y, ojala, que las diversas
corrientes que hoy son tan violentas, tan peligrosas no hagan torcer un rumbo de
serenidad y búsqueda sincera en la Universidad.

Efectivamente en la homilía del 13 de mayo de 1979, Monseñor Romero expresó
su solidaridad con el siguiente pronunciamiento del Consejo Superior Universitario
“Es un hecho de aceptación general, tanto nacional como internacionalmente, que
la crisis que conmueve periódicamente a la sociedad salvadoreña encuentra
explicación en último término, en la naturaleza altamente desigualitaria en que los
diferentes sectores participan en los procesos de producción y distribución del
ingreso del país. No puede ignorarse que, en los últimos años, la producción se ha
incrementado apreciablemente; pero tampoco se puede negar que la expansión
económica no ha generado un proceso paralelo de democratización social, en
cuanto a la participación en el goce de sus frutos por los sectores mayoritarios de
la población.
Por otra parte, estos sectores no solo son marginados por las formas
prevalecientes de organización social de la producción, sino que reciben las
consecuencias de las crisis económicas que, desde mediados de los años sesenta
perdura hasta hoy.
Al mismo tiempo, se ha venido desarrollando y consolidando una tendencia hacia
las formas autoritarias de conducción de la sociedad, negando en la misma
medida las formas orgánicas de expresión de los intereses de todos los sectores,
y conduciendo, por ello a una crisis de representatividad y legitimidad del poder
político y del Estado de derecho mismo.
Al negarse a los sectores populares, dentro de este marco general, las
posibilidades efectivas de participación orgánica en el goce de los frutos del
proceso productivo, los conflictos se presentan con mayor frecuencia y con más
intensidad obligando a dichos sectores a buscar métodos alternativos, como
mecanismos de presión social, tratando con ello que sus intereses sean atendidos
y generando con ello reacciones y respuestas cada vez más autoritarias y
represivas de parte de los sectores que controlan el poder político.
Este proceso irracional no hace sino abonar el terreno para que los conflictos
sociales y políticos tiendan a dirimirse con un método inconsecuente, que la
Universidad de El Salvador definitivamente rechaza, y que es la violencia”(1)


P. Agradecemos infinitamente sus palabras Monseñor porque el periódico El
Universitario, precisamente está proyectándose para llevar la voz de las
máximas personalidad de El Salvador en estos momentos de crisis.

R. Agradezco el calificativo que me ha dado y no lo pretendo, pero, ciertamente
como un hombre que ama todo lo que en el pueblo haya de esperanza, porque
creo que estamos muy unidos con todos aquellos que como en este momento es
la Universidad, busquen soluciones y busquen mantener en el pueblo una ilusión,
una esperanza que yo creo que la tenemos y que el salvadoreño es muy capaz de
secundar todo esfuerzo por su auténtica liberación. Yo saludo al pueblo a través
del universitario y me alegro desde este ambiente haber hecho este saludo.

Romero expresa su beneplácito con la Universidad porque el pronunciamiento del
Consejo Superior Universitario rechaza la violencia. Y es que en realidad el
arzobispo parte de una rechazo total a la violencia fuera esta de izquierda o de
derecha. Deja clara esta posición con las siguientes palabras: “por otra parte yo
quiero decir también con franqueza, es mi deber repudiar las fuerzas de la
violencia y los atropellos a la libertad de acción como en la quema de vehículos, el
ametrallamiento de residencias, ocupaciones de oficinas o de locales destinados
al pueblo. Hay un principio de moral inconmovible que proclama No hay que hacer
el mal, aunque sea para lograr bienes”(2)

Sin embargo, el pronunciamiento del Consejo Superior Universitario de rechazo a
la violencia y los incansables llamados del arzobispo a abandonar esa práctica fue
desoído por las fuerzas en pugna. Los asesinatos, las desapariciones forzadas, la
persecución política y los secuestros no se detuvieron. El 24 de marzo de 1980 el
arzobispo fue asesinado, en junio la Universidad fue cerrada, lo peor estaba por
venir.

Notas:
(1) El Consejo Superior Universitario de la Universidad de El Salvador ante la crisis
política y social que vive la nación (9 de mayo de 1979), La Prensa Gráfica, 12 de
mayo de 1979.

(2) Homilías Monseñor Oscar A. Romero tomo IV, San Salvador, UCA editores
2007, Pág. 453.












lunes, marzo 11, 2013

Los medios públicos: Una promesa extraviada en el “gobierno del cambio”

Por Guillermo Mejía

El periodista Nelson Rentería, corresponsal de la agencia Reuters en El Salvador, se solidarizó con los colegas de Canal 10 de televisión que han afrontado problemas laborales con la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia de la República. Presentó una carta formal tras el programa “La vuelta al mundo en 80 discos”, que dirigía las viernes por la noche, y renunció al espacio radial en protesta.

La misiva del colega periodista salvadoreño, cuya copia tengo en mi poder, dice textualmente:

Dirección de Radio Nacional
de El Salvador
Presente.

Estimados amigos de Radio Nacional de El Salvador, espero se encuentren bien y sus labores diarias transcurran con normalidad. El motivo de la presente correspondencia es para hacerles de su conocimiento mi retiro del grupo de colaboradores ad honorem de la radio.

El motivo de esta decisión se debe a un insignificante acto de solidaridad y respaldo a los colegas despedidos en Canal 10, quienes fueron removidos de sus cargos de forma injustificada y arbitraria en la última semana.

Deseo aclarar que de forma desinteresada, motivado únicamente por un interés democrático y de promoción de la cultura musical, en mayo de 2010 abracé el proyecto de transformación de los medios del Estado a Públicos, pero en vista de que este objetivo no fue cumplido, ahora he decidido hacerme a un lado.

De esta forma pongo a disposición el espacio que utilizaba el programa musical “La vuelta al mundo en 80 discos” todos los viernes en la franja de 8 a 9 de la noche.

Agradezco a las autoridades de la Radio Nacional de El Salvador la oportunidad, el apoyo y el respeto sincero que durante dos años y medio me dieron para difundir, de forma humilde, el maravilloso mundo de la música a través de la radio más importante de este país.

Saludos fraternos,
Nelson Rentería


El retiro del colega periodista es voluntario. Tuvo el tiempo necesario para su reflexión. En mi caso, junto al de otros colegas que también teníamos hasta diciembre pasado un espacio de entrevistas y opinión en la Radio Nacional de El Salvador, titulado “Temas” los días lunes y viernes al final de la tarde, pues ni esa oportunidad se nos ofreció. El programa desapareció por arte de magia.

Aún esperamos las razones oficiales, solamente cabe recordar que ciertas temáticas referidas a asuntos de gobierno y la violencia social, entre otros, desde un tiempo para acá fueron consideradas incómodas “desde arriba”; creíamos que iba en serio la conversión de medios gubernamentales a medios públicos, tal promesa del “gobierno del cambio”, pero fue en vano.

Hay mucha tela que cortar en la situación que se ha generado tanto en la radio como Canal 10, aunque de muchos es conocida la confrontación sucedida en la emisora de televisión de cara especialmente al papel que deben jugar esos espacios informativos amarrados a la agenda oficial cada vez más vigilados por ser un año preelectoral y el que de facto estamos en campaña hacia los comicios del 2014.

Hay que consignar que en la publicación oficial “El camino del cambio en El Salvador” (Mayo, 2012) el gobierno del Presidente Mauricio Funes menciona como un punto de la agenda pendiente de cambios: “Completar la construcción de un Sistema de Medios Públicos consistente en el fortalecimiento y transformación de los actuales medios de comunicación propiedad del Estado en medios públicos, con una programación inclusiva, de calidad y de servicio”.

Además que ha sido común denominador en el discurso del Secretario de Comunicaciones de la Presidencia de la República, el colega periodista David Rivas, en cuanta oportunidad ha tenido, tanto dentro como fuera del país, como sucedió con el compromiso que adquirió con congresistas estadounidenses a quienes señaló que el sistema de medios públicos iba en serio.

Desde esta tribuna de opinión considero que la construcción de un sistema de medios públicos no es tarea fácil, máxime en una sociedad que es y ha sido víctima del autoritarismo, la imposición y la antidemocracia. Este gobierno tenía que hacer el intento y, al menos, dejar sentadas las bases para dotar a la ciudadanía de un instrumento de información y educación cívica.

Quedan las interrogantes. La sociedad salvadoreña tiene derecho a conocer los hechos.

Para abonar al debate, creo oportuno recordar algunos criterios para dejar constancia sobre esa forma de concebir ese tránsito de lo gubernamental hacia lo público en materia de información:

En primer lugar, el especialista Marc Raboy recuerda tres acontecimientos que han configurado una nueva realidad de los medios de comunicación: “a. La explosión en capacidad de canales y la desaparición de las fronteras audiovisuales hechas realidad por las nuevas tecnologías; b. La desintegración del modelo estatal de radiotelevisión de servicio público, ocurrido tras el colapso del bloque socialista y la tendencia hacia la democratización en varios puntos del planeta; c. El rápido crecimiento en el mercado de los medios de comunicación y la aparición de sistemas mixtos en aquellos países donde existían monopolios estatales”.

En segundo lugar, La UNESCO ha definido con claridad el significado de la Radiotelevisión de Servicio Público (RSP), que conocemos como medios públicos, a partir de su rol en la sociedad: “Es la organización de difusión pública; se dirige a todos como a un ciudadano. Los difusores públicos estimulan el acceso y la participación en la vida pública”. A la vez, “la difusión pública se define como un punto de encuentro donde todos los ciudadanos son bienvenidos y considerados en un plano de igualdad. Constituye un herramienta de información y educación, accesible y dirigida a todos sin excepción, sin importar su condición social o económica”.

En tercer lugar, la ciudadanía tiene el derecho de verificar si los medios públicos están cumpliendo con su función social a partir de los siguientes factores: 1. Universalidad: La difusión pública debe estar al alcance de todos los ciudadanos a través de todo el país. 2. Diversidad: Los servicios ofrecidos por la difusión pública deberían diversificarse en al menos tres direcciones: los géneros de programas ofrecidos; las audiencias determinadas; y los temas discutidos. 3. Independencia: La difusión pública es un foro donde las ideas deben expresarse libremente, donde puedan circular la información, opiniones y críticas. 4. Diferenciación: El servicio ofrecido por la difusión pública debe distinguirse del que entregan otros servicios de difusión.

Pasar a medios públicos es un proceso intensivo, lleno de creatividad y compromiso social, es un proceso de largo plazo donde se pone en situación qué estamos entendiendo sobre información y comunicación en la sociedad contemporánea, y la necesaria asunción de responsabilidades de cara a la construcción de ciudadanía.

Manos a la obra, pues, la sociedad salvadoreña urge más compromiso y menos demagogia.












jueves, febrero 21, 2013

Malcoml X: El legado de un afrodescendiente

Por Guillermo Mejía

El 21 de febrero se cumplieron 48 años del asesinato del luchador por los derechos de los afrodescendientes en Estados Unidos, Malcolm X, nacido como Malcoml Little, en Omaha (Nebraska) el 19 de mayo de 1925, hijo de un pastor bautista asesinado por una banda racista en venganza por sus posturas políticas a favor de la causa negra.

Este luchador estuvo marcado por el infortunio desde antes de ver la luz: “Cuando mi madre me llevaba en su vientre, una banda de caballeros del Ku-Klux-Klan, encapuchados, entró en nuestra casa en Omaha –Nebraska. Era de noche. Empuñando sus fusiles y carabinas, rodearon la casa y ordenaron a mi padre que saliese”, relata en su autobiografía editada después de su muerte.

Su padre, el reverendo Earl Little, no estaba en la ocasión, pero su madre, Louise Little, nacida en la isla caribeña de Granada y de padre blanco, recibió la advertencia que se tenían que ir del lugar porque el pastor fomentaba la discordia entre los negros “buenos” con las ideas del retorno a Africa promovidas por el activista jamaiquino Marcus Garvey.

De hecho, el retorno era la respuesta del movimiento agrupado en la Asociación Universal para el Progreso de los Negros, dirigida por Garvey, en Harlem (Nueva York), a la cual pertenecía el papá de Malcoml X, ante la esclavitud y la posterior marginación sufrida por los afrodescendientes en Estados Unidos. La “X” significa el pasado africano que sustituye al apellido del esclavista.

El pequeño Malcoml sufrió el asesinato de su padre a manos, según cuenta, del grupo racista Legión Negra en Lansing (Michigan), posterior al incendio de su casa, luego el enloquecimiento de su madre por haber perdido la custodia de sus hijos bajo el pretexto que no los podía mantener y su internamiento en un hospital siquiátrico por 26 años. El la visitaba en esa atmósfera deprimente.

Malcoml X, cuya piel era clara y su pelo rojizo, por eso lo apodaron “el rojo”, se involucró con los maleantes en Boston y Nueva York, donde se convirtió en pistolero y contrabandista. Cuando tenía 20 años fue condenado a 10 por un tribunal de los que hizo solo siete luego que en la cárcel se convirtió en miembro de la Nación del Islam y ministro de primer orden.

“El rojo”, que recibió el nombre de El-Hajj Malik El-Shabazz, era el hijo predilecto del dirigente de la Nación del Islam, Elijah Muhammad, relación que terminó en pleito por malos pasos de este último involucrado en casos de corrupción. Aprovechó el malestar causado en las esferas de poder por Malcoml X para expulsarlo de la asociación en 1964.

El activismo de Malcoml siguió. Logró su máxima escala con una peregrinación a La Meca, luego de la cual reconoció que también hay blancos buenos al verlos como musulmanes en ese acto de devoción. Estuvo por Africa y Medio Oriente, se hermanó con las luchas políticas de los países pobres, incluido los de América Latina en esa década de sueños de libertad a escala planetaria.

Fundó su propia mezquita Muslim Mosque Inc. y la entidad política Organización de la Unidad Afroamericana. Le sobraban enemigos, tanto de los grupos de poder como de sus antiguos aliados, cuando la muerte le sorprende ese 21 de febrero de 1965 en un oficio religioso en Nueva York. La autoría de su asesinato a balazos en pleno discurso es materia de controversia.

A continuación unos fragmentos de sus discursos que inspiraron la lucha por la dignidad negra:

“Tenemos que hacer ver al mundo que el problema que afrontamos es un problema para la humanidad. No es un problema negro; no es un problema norteamericano. Ustedes y yo tenemos que hacerlo un problema mundial, tenemos que hacer saber al mundo que no habrá paz en esta Tierra mientras en los Estados Unidos se violen nuestros derechos humanos. Entonces el mundo tendrá que intervenir y ver que se respeten y reconozcan nuestros derechos humanos. Tenemos que crear una situación que haga estallar bien alto este mundo, a menos que nos escuchen cuando pedimos algún tipo de reconocimiento y respeto como seres humanos. Eso es todo lo que queremos… ser un ser humano. Si no podemos ser reconocidos y respetados como ser humano, tenemos que crear una situación en la que ningún ser humano disfrute de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

“Si ustedes no están con eso, no están con la libertad. Significa que ni siquiera quieren ser un ser humano. No quieren pagar el precio que sea necesario. Y si no quieren pagar el precio, ni siquiera se les habrá de permitir que estén en torno a nosotros, otros humanos. Se quedarán en el campo de algodón, donde no se es un ser humano. Si no están dispuestos a pagar el precio que sea necesario pagar por el reconocimiento y el respeto como ser humano, se es un animal que pertenece al campo de algodón al igual que un caballo y una vaca, o un pollo o una zarigüeya”.













miércoles, febrero 13, 2013

A propósito de las reformas a la ley de información (háblame más duro que no veo)

Por Guillermo Mejía

Al final, la Casa Presidencial se quedó con los colochos hechos, ya que hasta el candidato del partido oficial, Salvador Sánchez Cerén, se decantó porque el presidente Mauricio Funes vete las reformas a la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP), aprobadas por el Legislativo. La información y la transparencia, pues, ya se metieron en las venas ciudadanas.

En mi artículo anterior escribí que la transparencia y la participación son dos paradigmas que han cobrado fuerza en la sociedad actual, pero es un hecho que los políticos -que asumen como propias ambas condiciones- en la práctica cotidiana más que hechos concretos que aseguren su cumplimiento lo que muestran son diversas formas de boicot a esas necesidades tan legítimas.

Como sabemos, los diputados del Fmln, Gana y CN, a pesar de que algunos han evidenciado notable ignorancia sobre el atentado contra ese derecho ciudadano, utilizaron el reprochable “madrugón” luego de “recibir línea” tras el cocimiento tras bambalinas de cambios fundamentales a la LAIP que, por ejemplo, convierten al instituto de acceso a la información en figura decorativa.

Creo que muchos somos concientes del significado del entuerto legislativo, las voces que se han pronunciado en contra y que el engendro regresó a las manos que le dieron vida. Que Funes –como piensa también Sánchez Cerén y muchos en el Fmln- vete las reformas. De lo contrario, hay que ir a interponer un recurso ante la Corte Suprema de Justicia.

Condimentado por la campaña electoral anticipada, como es costumbre y con la complicidad del Tribunal Supremo Electoral, el hecho y las denuncias han servido también para el acarreo de agua al propio molino, en especial por el partido Arena, los empresarios molestos con Alba-Petróleos y el sistema mediático que se han rasgado las vestiduras.

Por eso, se requiere de la ciudadanía que abra bien los ojos, no caiga en la instrumentalización y, como bien ha resultado en otros casos, alce su voz, porque lo que está en juego –más que carátulas de los que por siempre han coartado el derecho a la información en el país y que aparecen como redentores- es algo que le corresponde y que el Estado le debe garantizar.

Incomprensible que el Fmln, que abanderó la creación de la ley junto a otras instancias de la sociedad civil, cayera en ese jueguito por intereses espurios, con lo que se puso a la par de los que, como Arena y sus compadres de viaje, siempre despreciaron ese derecho a la información. Ahora dicen lo contrario por conveniencia, que no quede duda.

La fuerza motora de la sociedad contemporánea es la información, compatriotas. De ahí la importancia de que todos, ciudadanos, políticos, periodistas, etc., asumamos el compromiso por el derecho a la información reconocido en el Art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, de 1948, y protegido en cantidad de normativas posteriores.

Ojala que con esta experiencia, que debe preocuparnos muy en serio y nos exige estar vigilantes, vaya calando en la mentalidad cavernaria de ciertos políticos independientemente de sus posturas ideológicas, el respeto al derecho de la ciudadanía de exigir cuentas a sus gobernantes. Hay que recordar que la estupidez no es patrimonio de alguien en particular.

Si bien la ley es perfectible, no significa que deba ser instrumento de los miedos o antojos de los gobernantes de turno. Perfectible en cuanto a que se mejore en su fin primordial, no en su detrimento como es el caso de las reformas a la LAIP tal como fueron aprobadas por los diputados que hasta se han enredado en querer justificar una acción nefasta y oportunista.

Más que pretender torpedear los derechos ciudadanos, estos funcionarios deberían garantizar el cumplimiento del derecho a la información, además de facilitar la democratización de los espacios. Recordemos que acceso y transparencia fueron promesas de campaña, pero que ahora sus actos sean muestras de un “cambio en reversa” es otra cosa. Despierta, hermano, no te dejes joder.













lunes, enero 28, 2013

Transparencia y participación en una sociedad en crisis

Por Guillermo Mejía

La transparencia y la participación son dos paradigmas que han cobrado fuerza en la sociedad contemporánea, de ahí la estrategia de los políticos de asumir como propias ambas condiciones, aunque en la práctica cotidiana más que hechos concretos que aseguren su cumplimiento lo que encontramos son diversas formas de boicot a esas necesidades tan legítimas.

Como transparencia –y rendición de cuentas- entendemos la potestad que tiene la ciudadanía de exigir la forma en que sus gobernantes desarrollan sus funciones, a la vez que éstos tienen la obligación de responder a esa exigencia; mientras, que la participación significa el derecho que tiene la ciudadanía de involucrarse en la los procesos de desarrollo y las decisiones políticas.

Sin creer que vivimos en una sociedad democratizada, al menos vamos en camino y con tropezones, se percibe en el terreno que existe mucho bombo cuando nos referimos a la transparencia y rendición de cuentas, ya que –por ejemplo- el acceso a la información pública es precario y más que respuestas encontramos evasivas en quienes ejercen el poder.

Una cosa es publicitar los “logros” en las instituciones acreditadas sin que se aclaren los valladares en las respectivas gestiones y otra es hablar de cara a la nación, sin tapujos, para sopesar esos logros con sus respectivos contratiempos a fin de contrastar el discurso político del encanto y las promesas con la cruda realidad. Los periodistas deberían ser figura clave en ese proceso.

Muy al contrario, hay evidencias que muchos de los sujetos encargados de aceitar esa transparencia y rendición de cuentas en las instituciones han sido boicoteados por quienes las dirigen en menoscabo del derecho ciudadano y en consonancia con la mala costumbre de disfrazar información o de ocultarla –situación que ni es nueva, ni se ve que quiera ser cambiada.

Desde el gobierno central existe una entidad que precisamente se llama “transparencia”, pero más parece una oficina de publicidad y propaganda.

Qué oportuno sería que esa oficina y los diversos sectores –algunos lo han hecho- demandaran transparencia y, por ende, rendición de cuentas al gobierno del presidente Mauricio Funes y los subalternos correspondientes sobre el proceso de tregua entre pandillas que increíblemente hacen recaer en un ex dirigente guerrillero y en un capellán de la Fuerza Armada.

La incredulidad es tal que las mismas autoridades están conscientes que la mayor parte de la ciudadanía no avala la medida por diversas razones, una de ellas la oscuridad que la envuelve, mientras que de sus aliados gringos recibieron el gesto político desagradable de dudar de las intenciones de la tregua y alertar a sus ciudadanos por la peligrosidad de venir al país.

“Una tregua entre las dos principales bandas callejeras en 2012 contribuyó a un declive en la tasa de homicidios. Pero la sostenibilidad de este declive no está clara y la tregua ha tenido poco impacto en los robos, asaltos y otros crímenes violentos”, reza la alerta del Departamento de Estado norteamericano.

La queja incluye que 22 de sus ciudadanos han muerto desde 2010 y que solamente se han esclarecido cinco casos, mientras han sido robados 230 pasaportes de norteamericanos. Tanto el ministro de Seguridad y Justicia, general David Munguía Payés, como líderes de las pandillas han coincidido en señalar que Estados Unidos parte de datos desfasados (los líderes pandilleros se han comprometido también a respetar la vida de visitantes como gesto).

Cuando nos referimos a las condiciones en que se genera la participación ciudadana en los asuntos públicos nos damos cuenta que otra vez se repite la historia. Por ejemplo. la clase política salvadoreña aceptó a regañadientes la incorporación de la foto de los candidatos en las papeletas de votación en los comicios pasados.

En la actualidad, no quieren reconocer de inmediato la creación de concejos municipales plurales a fin de profundizar la democracia en el ejercicio del poder, mucho menos se incorpora de buena gana a las representaciones de la sociedad civil en la gestión pública si tienen una perspectiva crítica sobre el ejercicio del poder –otra cosa es que los llamen para que sirvan de coro.

El gobierno del presidente Mauricio Funes incluso ha publicitado un movimiento ciudadano, desde todas luces de carácter electoral, donde si bien es cierto hay representaciones de la sociedad civil –miembros de sindicatos y ex combatientes guerrilleros para el caso- el acarreo lo han hecho por medio de prebendas que desgraciadamente significan compra de voluntades.

No es participación, compatriotas, participación ciudadana es otra cosa, pasa por el empoderamiento de la ciudadanía a fin de que salga de su condición de simples electores de turno y pasen a la de forjadores de su futuro tomando en cuenta sus derechos y obligaciones ciudadanas. Transparencia y participación requieren que salgamos de la condición de borregos.













martes, enero 15, 2013

Reflexiones a 21 años de la firma de la paz

Por Guillermo Mejía

Una de las ironías y vergüenzas más grande al cumplirse 21 años de la firma de los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a la guerra civil de 12 años, el 16 de enero de 1992, es la re-militarización de la sociedad salvadoreña bajo el primer gobierno de izquierda donde el partido oficial es ni más ni menos que la guerrilla que se alzó en armas para combatir la dictadura militar.

En la dirigencia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln) algunos aseguran que el presidente Mauricio Funes no les consultó sobre esa nefasta decisión, aunque otras voces de la misma dirección del partido señalan que sí fue del conocimiento de algunos de ellos, principalmente de quienes conducen las empresas de la cúpula, como Alba Petróleo.

El punto es que, pese a la oposición de muchos sectores, siguen los militares en la conducción, por ejemplo, del ministerio de Justicia y Seguridad, con el general David Munguía Payés, y la Policía Nacional Civil (PNC), con el general Francisco Salinas, en evidente violación al espíritu de los Acuerdos de Paz que pararon el conflicto militar que causó unas 75 mil muertes.

Durante un foro organizado para conmemorar el XXIII Aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras, acaecido el 16 de noviembre de 1989, el rector de la Universidad Centroamericana (UCA), Andréu Oliva, advirtió que la re-militarización de la cartera de Justicia y Seguridad y la PNC incluso representa retrocesos importantes en el combate al crimen organizado.

Oliva puso en evidencia: “El regreso a puestos operativos de miembros de la policía que tenían expedientes de investigación abiertos señalados por los informes por su vinculación al crimen organizado, la destitución o traslado de personal policial que había informado responsabilidades graves del crimen organizado, el control del centro de información policial, la inteligencia militar y el Organismo de Inteligencia del Estado por miembros del ejército”.

“Estas medidas parecen indicar que la política actual de seguridad se rige por la premisa ‘si no puedes contra tu enemigo únete o alíate con él y al menos tendrás un cierto control del mismo’”; por lo tanto, la actitud de las autoridades locales respecto al crimen organizado solo puede definirse como pasiva y encubridora, pero parece lógica que sea así por el alto nivel de infiltración que tiene el crimen organizado en las instituciones estatales como en diversos niveles de la sociedad”, denunció Oliva.

La ciudadanía observa la oscuridad que encierra la supuesta tregua entre las pandillas cuya paternidad no se la adjudica el gobierno de Mauricio Funes, sino que se la achaca a dos “facilitadores” –un ex guerrillero y un capellán de la Fuerza Armada- frente al mar de contradicciones en que cae el general David Munguía Payés cuando se refiere al asunto.

¿Quién saca la ganancia?, es la pregunta. Algunos especialistas no descartan la posibilidad que en ese enredo ha metido mano el crimen organizado y la tregua entre pandillas es solo un distractor para facilitar un corredor logístico para el paso de la droga en el país; por lo tanto, existe el peligro que la violencia se institucionalice y las mafias copen el Estado.

Por otro lado, al hacer un balance sobre los 21 años de la firma de la paz, la directora de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad), María Silvia Guillén, afirmó que aún son pequeños los avances en la democratización de la sociedad salvadoreña, ya que no sólo se trata de procesos electorales y desenvolvimiento de las instituciones, sino que de la calidad de vida de los ciudadanos.

“Tenemos que llegar a concluir que mientras un gobierno no asuma el compromiso de llevar cambios estructurales a la vida de la población aquí vamos a vivir en condiciones en las cuales no va a haber grandes cambios para la vida de la población”, dijo Guillén, “el cambio de los gobiernos de Arena a un gobierno del Fmln, bajo las circunstancias que sean, ha traído pequeños cambios a la vida de los salvadoreños especialmente los más pobres, pero que no han tocado la realidad estructural de la necesidad de la gente”.

A la par, la impunidad sigue galopante. “Como que la persecución del delito sigue siendo en este país una estela de impunidad que tiene como una causa directa toda la impunidad que todavía se mantiene de los crímenes de la guerra. Aquí en este momento todavía no se ha juzgado, no se ha mencionado, no se ha conocido la verdad de quiénes fueron los criminales durante la guerra”.

Guillén recordó que todos los problemas estructurales que estaban a la base de las causas del conflicto “se dejaron sin tocar”, porque “era tocar los intereses de la oligarquía de este país y hasta ahí no iban a llegar los acuerdos” y luego –por eso mismo- fracasó el Foro de Concertación Económico-Social y se instaló el proyecto neoliberal causante de la miseria de la población.

La directora de Fespad se pronunció por la lucha social, para lograr los cambios estructurales que requiere la sociedad salvadoreña, porque “ningún gobierno va a tocar cuestiones estructurales si no es por presión social”, el gobierno de turno, ni otro que llegue, no lo hará.

“Creo que debemos de reaccionar y seguir construyendo lucha social”, reiteró. El Salvador necesita trascender de los discursos de aniversario, que se pongan en evidencia los acuerdos bajo la mesa de los políticos perversos que siguen esquilmando al Estado, además a los que cambiaron sus ideales de lucha por intereses mercantilistas. La re-militarización de la sociedad es una de las ironías y vergüenzas más grande a 21 años de la firma de la paz.












jueves, diciembre 20, 2012

Reflexiones en tiempos del Baktun maya

Por Guillermo Mejía

Como se advirtió con tiempo, el final del mundo no llegó. La preocupación para la mayoría de compatriotas siguen siendo la pésima situación socio-económica y la inseguridad que por mucho que se esfuerce el gobierno de turno no se puede maquillar con cifras que en otro país a cualquiera le pondrían los pelos de punta.

Según las autoridades, la economía crecerá al final del período no más de un 1.7 por ciento –la menor en el área centroamericana- mientras el promedio de asesinatos diarios fue de 5.3, en especial por la supuesta tregua pandillera que inició en marzo pasado, esfuerzo en nada transparente y del cual el gobierno no se hace cargo.

Antes el promedio era de hasta 14 crímenes al día. El ministro de Justicia y Seguridad, general David Munguía Payés, prometió reducir las muertes violentas en un 30 por ciento, algo increíble por las buenas, pero el funcionario dijo con vanagloria que había logrado el 41 por ciento, el problema está en que no aclaró cómo hizo el milagro (se dicen muchas cosas feas al respecto).

Las encuestas y las conversaciones muestran que ambos temas, el socio-económico y la inseguridad, serán preocupación en lo que resta de aquí a las elecciones presidenciales de 2014 donde ya están en el ruedo Salvador Sánchez Cerén, del partido oficial Fmln; el alcalde capitalino Norman Quijano, de Arena; y el ex presidente Elías Antonio Saca.

Qué beneficioso sería para la sociedad salvadoreña que se instituyera desde el sistema mediático nacional una forma ciudadana de cobertura de este proceso electoral, que recogiera desde las urgencias y necesidades de la gente los puntos centrales que tendrían que verse reflejados en las plataformas electorales partidarias.

Además, que esos puntos centrales fueran los motivos de elección, más allá de las figuras presidenciales montadas a puro marketing político, dado muchas veces a la falsedad que a la cruda realidad, con lo que se “ciudadanizaría” la construcción de candidaturas que respondan a los intereses populares no a la de las tradicionales cúpulas partidarias o poderes fácticos.

De esa forma, se tendría la oportunidad de reconocer desde el discurso mediático información de peso y contexto que den luces sobre génesis, motivos, quehaceres, compromisos y trayectoria de los partidos políticos, así como de sus candidatos a la presidencia de la República. La gente tiene derecho a conocer sin maquillajes quiénes son Sánchez Cerén, Quijano y Saca.

En ese contexto, en este mismo espacio me he referido a la necesidad de ir construyendo otra forma de hacer política que vaya, a la vez, encarnando en la conciencia colectiva, porque la sociedad tiene que entrar en la dinámica de la participación ciudadana, heredera de la construcción de un futuro sobre las bases de la justicia social, la libertad y la paz.

De esa manera, también esa sociedad tiene que ir forzando la consolidación de un nuevo Estado, que se pretendió en alguna medida construir con los Acuerdos de Paz, firmados en 1992, pero que recibieron el torpedeo de sectores de poder que, aún ahora, siguen esgrimiendo los mismos argumentos con el fin de garantizar sus privilegios.

Sin embargo, hay que tomar en cuenta los valladares.

Al respecto, el padre José María Tojeira, de la Universidad Centroamericana (UCA), escribió en su columna periodística que: “El año próximo suena ya a debate. Lamentablemente ignoramos qué tipo de debate tendremos. Acostumbrados al griterío de la Asamblea y a la pobreza de la propaganda política, los ciudadanos vemos con aprensión esta larga campaña que se avecina”.

“Y con la amenaza de que el debate será más aburrido al ser tres los que repetirán sus mensajes. La confianza ciudadana en los políticos está tan deteriorada que, salvo que se dé alguna novedad, será difícil que la campaña añada al país algo distinto al actual desgaste de la institucionalidad democrática. Y lo novedoso solo se dará si hay un verdadero diálogo nacional”, agregó.

Hagámonos sentir políticamente y también celebremos el Baktun maya como parte de nuestra herencia ancestral.












jueves, diciembre 13, 2012

El real diccionario de la vulgar lengua guanaca

Por Guillermo Mejía

El escritor, poeta y periodista Joaquín Meza ha hecho un loable esfuerzo de investigación lingüística y nos ha entregado su obra Real Diccionario de la vulgar lengua guanaca (Nekepú Editores, San Salvador, El Salvador, 2008). Una obra fenomenal que registra las formas en que el español ha sido enriquecido por sus hablantes en esta parcela centroamericana.

“Es éste un esfuerzo transformado en material de trabajo que complementa otras labores de estudiosos investigadores de nuestra lengua vernácula, es una obra que nos proporciona una información completa, muy bien investigada y claramente explicada de la riqueza de regionalismos que usamos en El Salvador”, dice Carlos Alberto Saz, de la Academia Salvadoreña de la Lengua.

“El contenido del texto replantea, una vez más, el traído y llevado problema de las malas palabras. En estos contradice a los diccionarios habituales, sobre todo al de la mencionada Real Academia Española, que sólo registra los vocablos ‘cultos’, correspondientes al habla de la gente ‘decente’”, comenta el académico y escritor José Humberto Velásquez.

A propósito de este “mataburros”, el propio autor Meza escribe: “Yo no he inventado una pinche palabra ni un pinche significado. Cuando tuve dificultad para conceptualizar un vocablo fui a la calle y oí, escuché y pregunté, y confronté; y pude, así, ‘definir’ aquel vocablo, después de estar seguro de que significa eso y solamente eso".

Como muestra de la excelente obra a continuación una serie de vocablos:

Acabadura. f. de acabar. Semen. V. acabada, cabadura, chilguetazo, chilguete.

Ajotarse. v. tr. Animarse. Motivarse. V. Calentarse, cucarse, empilarse, picarse, tentarse, toriarse.

Bagre. m. Zool. (Del cat. Bagre, y éste del lat. pagrus. Arius guatemalensis. despect. Mujer gorda, fea. V. burula, guazapa, tinamaste, totoposte.

Bayuncada. f. aum. de bayunco. Graceada. Payasada. Bufonada. Conducta de mal gusto. V. bausanada, guiyada, patanada.

Caballitos. m. pl. dim. de caballo. “Pequeñas excrecencias tumorales transmitidas sexualmente, las cuales aparecen externamente en los órganos genitales. Técnicamente se conocen como condilomas acuminados. Para eliminarlos, algunas personas han empleado tópicamente el ácido de ‘batería’ (sulfúrico) y ácido nítrico (el utilizado en joyería).” (Julio César González Ayala. Botánica medicinal popular; p.36.)

Cachirulazo. m. aum. cachirulo. Trago alcohólico. V. alcolazo, arcol, bombazo, cachimbazo, cañonazo, birongazo, farolazo, lija, lijón, rojazo, rielazo, talaguashtazo, talegazo, tapirulazo, tapis, trancazo, tranquilino, vergazo, zangolotazo, zangolote.

Desvergue. m. neol. integr. por el pref. des- y verga. Desorden, pelea, zafarrancho. V. alboroto, ajolote, bronca, buruca, changoneta, chapandongo, descachimbe, despije, ensalada, guasa, ojaceyo, revoltijo, resoluto. 2. Durante la guerra civil (1980-1992), enfrentamiento armado entre las fuerzas armadas gubernamentales y las guerrilleras del FMLN.

Encabronado –da. adj. p. p. de encabronar. 2. Enojado, enfurecido, fastidiado. V. caliente, chichintora, emputado, encachimbado, encandilado, encerotado.

Enchucar. v. Ensuciar. V. empuercar, chingastiar, chipustiar, chorriar, chuquiar, pringar.

Faje. m. De fajar. Comida, alimento. –En este nuevo restaurante te dan buen faje por dos pesos. V. abasto, alivián, aliviane, bastimento, bugui, chilipucas, chipilines, cojín, comestraje, pasto, rebane.

Ganguero -ra. adj. De ganga. Persona que ofrece gangas o que pretende obtener lucro a bajo costo. V. alagartado, azadón, brocha, embudo, galgo, gañán, lagarto, larva, martillo, paracaidista, parachute, piraña, truquero, venenoso, vivián, vivo.

Gatiar. v. (Del lat. pedibus manibusque, incedere, perrepere, reptare. Catalán: gatajar. De gato. Desplazarse con las cuatro extremidades. –Mi chicha comenzó a gatiar a los nueve meses. 2. Desplazarse reptando subrepticiamente por la noche a buscar una mujer que ya se encuentra acostada, a fin de tener sexo.

Son quinientas páginas donde se registra una variedad de vocablos. Qué buen esfuerzo de Joaquín Meza, nacido en San Salvador, en 1956. Otras obras del autor son: SALmyths, poesía bilingüe, 1993; Rubén Darío en El Salvador, 1991; El Cipitío en El Salvador Sheraton (con otros), 1990; y en preparación Topónimos de El Salvador y Recetario popular.












jueves, noviembre 22, 2012

De la tregua de las pandillas y otros demonios

Por Guillermo Mejía

El ministro de Justicia y Seguridad, general David Munguía Payés, cumplió su primer año en el cargo y no perdió la oportunidad para lucirse en el sistema mediático nacional, donde insistió en el éxito de la tregua entre las pandillas y anunció otra propuesta de las maras que demandan la instauración de “municipios santuarios”. Pero el general no sale de su laberinto.

Para la reflexión sobre tan oscura realidad resultó un excelente ejercicio la radiografía del fenómeno de la militarización, crimen organizado y pandillas, desarrollada por autoridades de la Universidad Centroamericana (UCA) recientemente con ocasión del XXIII Aniversario del asesinato de los padres jesuitas y sus colaboradoras, ocurrido el 16 de noviembre de 1989.

Si bien hubo coincidencia entre los participantes en que hay que buscar una salida humanizada al flagelo de las pandillas, también Jeannette Aguilar, directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP); Andréu Oliva, rector de la UCA; y José María Tojeira, director de Pastoral Universitaria, demandaron del gobierno transparencia y seriedad frente a la ciudadanía.

“La tregua se ha manejado hasta hoy bajo una enorme opacidad”, afirmó Aguilar, “las múltiples contradicciones que están presentes en la retórica del ministro de Justicia y Seguridad, quien ofrece constantemente diversas versiones en torno al asunto al tiempo que asegura contar con el monopolio de la verdad le han restado credibilidad al proceso”.

Luego se hizo varias preguntas: ¿Cuál fue el papel del gobierno en todo esto?, ¿qué otros privilegios además de los traslados y de los televisores plasma han recibido los pandilleros en sus cárceles?, ¿hasta dónde los beneficios penitenciarios se están distorsionando en el marco de este acuerdo?, ¿cuál es el verdadero rol de los llamados facilitadotes?, ¿existen otras treguas que no nos han contado?

En el fondo, la directora del IUDOP ve varias amenazas por las fallas que tiene el proceso. En primer lugar, se rompa el pacto. En segundo lugar, se desencadene una reacción violenta de las pandillas que “podría ser utilizada por el Estado para justificar una represión masiva que legitime nuevas regresiones autoritarias”. En tercer lugar, se inicie una nueva guerra entre las maras.

Y advirtió una amenaza muy particular: “Si en efecto el crimen organizado también ha tomado parte de ese proceso y la tregua entre pandillas es solo un distractor para facilitar un corredor logístico para el paso de la droga en el país, en el corto plazo es probable que la violencia se institucionalice y las mafias se infiltren en el Estado”.

Como lo prueban otras experiencias en el mundo, entre ellas Colombia, “cuando las mafias se institucionalizan la violencia se reduce”, dijo.

Por su parte, el rector de la UCA, Andréu Oliva, al referirse al crimen organizado en el país advirtió que éste mantiene vínculos con políticos, elites económicas, el Estado y las mismas pandillas.

“En primer lugar, con los políticos, tanto de derecha como de izquierda, con quienes es fundamental coordinar para poder operar y el crimen organizado les puede pagar muy bien estos favores. Los vínculos entre políticos y crimen organizado se dan en todas partes, pero en el caso de El Salvador son estructurales” pues creció utilizando las estructuras de quienes participaron en la pasada guerra.

“En segundo lugar, las investigaciones revelan vínculos del crimen organizado con las elites económicas. Estas alianzas son fundamentales sobre todo para el lavado de dinero y otros negocios ilícitos que a menudo requieren de una fachada legal. Algunos informes revelan nombres de algunos hombres de negocios y políticos importantes, tanto de la derecha como la izquierda”, añadió.

En ese marco, el rector de la UCA señaló que la militarización de la cartera de Justicia y Seguridad, así como de la Policía Nacional Civil significa retrocesos importantes en el combate al crimen organizado.

Puso de ejemplo: “El regreso a puestos operativos de miembros de la policía que tenían expedientes de investigación abiertos señalados por los informes por su vinculación al crimen organizado, la destitución o traslado de personal policial que había informado responsabilidades graves del crimen organizado, el control del centro de información policial, la inteligencia militar y el Organismo de Inteligencia del Estado por miembros del ejército”.

“Estas medidas parecen indicar que la política actual de seguridad se rige por la premisa ‘si no puedes contra tu enemigo únete o alíate con él y al menos tendrás un cierto control del mismo’”; por lo tanto, "la actitud de las autoridades locales respecto al crimen organizado solo puede definirse como pasiva y encubridora, pero parece lógica que sea así por el alto nivel de infiltración que tiene el crimen organizado en las instituciones estatales como en diversos niveles de la sociedad”, denunció Oliva.

El rector de la UCA brindó, a la vez, algunas cifras que ilustran la forma en que ha avanzado el crimen organizado y el narcotráfico en El Salvador: Las Naciones Unidas estiman que entre los años 2004 y 2005 el 88 por ciento de la droga del Sur a Estados Unidos pasaba en la ruta de Centroamérica a México y un 5 por ciento se quedaba en el área para el consumo.

“Por su parte, la DEA –oficina antidrogas estadounidense- estimó que en los años 2010 y 2011 el tráfico de drogas en nuestro país oscilaba entre las 565 y 600 toneladas de cocaína. La participación de los grupos salvadoreños consiste principalmente en el transporte, la descarga, la protección, la custodia de la mercancía y el reembarque hasta su destino final en Estados Unidos”, agregó Oliva.

Ahora ya no solamente se queda el 5 por ciento de la droga, sino que el pago en especie puede andar por el 20 por ciento de la droga transportada, pues “desde hace algún tiempo los carteles mexicanos y colombianos, los dueños de la droga, decidieron pagar a los transportistas en especie”, situación que se presta para la generación de violencia por el control del “narcomenudeo”.

“Esto supondría un mínimo de 28 toneladas si fuera el 5 por ciento y un máximo de 120 toneladas de droga si fueran 600 toneladas de droga que transitan anualmente por El Salvador. A esta droga hay que darle salida, hay que convertirla en dinero en efectivo para cubrir los gastos de su transporte y obtener ganancias”, sentenció Oliva.

Por su lado, el padre José María Tojeira, director de Pastoral Universitaria, hizo un recuento de cómo ha existido una “remilitarización” de la sociedad, principalmente, a partir de la firma de los Acuerdos de Paz, entre el gobierno y la guerrilla, en 1992. La sociedad salvadoreña ha vivido en un espejismo pensando que la Fuerza Armada es la institución que sí cumplió con esos Acuerdos.

“Otorgar a los militares cada vez papeles protagónicos es peligroso, poco democrático y enturbia todavía más una situación como la actual, que es una situación de cambio en desconcierto y en dificultades grandes para el cambio”, advirtió Tojeira.

En síntesis, una situación nada bonancible, compatriotas. ¿Y diay?












miércoles, noviembre 07, 2012

La alfabetización digital en el Siglo XXI

Por Guillermo Mejía

La sociedad contemporánea, caracterizada por la producción de información y conocimiento inestable, en permanente cambio, en constante transformación, como contraposición a la producción cultural tradicional –estable e inalterable en lo físico, en lo material- urge de un sujeto que construya una identidad digital como ciudadano autónomo, culto y democrático en la red.

Son las conclusiones de los maestros Manuel Area Moreira, de la Universidad de La Laguna, España, y María Teresa Ribeiro Pessoa, de la Universidad de Coimbra, Portugal, sobre la necesidad de esas nuevas alfabetizaciones para la formación de ciudadanía de la sociedad digital en un entorno que pasó de una cultura “sólida” a una cultura “líquida”.

Los educadores nos advierten que se han trastocado las reglas de juego tradicionales de elaboración, distribución y consumo de la cultura a partir de la metáfora de lo sólido y lo líquido, que caracteriza los procesos de cambio sociocultural actuales, impulsados por la presencia indiscutible de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).

“Las TIC han provocado, o al menos han acelerado, una revolución de amplio alcance en nuestra civilización que gira en torno a la transformación de los mecanismos de producción, almacenamiento, difusión y acceso a la información; en la forma y los flujos comunicativos entre las personas; así como en los lenguajes expresivos y de representación de la cultura y el conocimiento”, afirman.

“Los nuevos tiempos han generado nuevos actores (Internet, la telefonía móvil, los videojuegos y demás artilugios digitales) que están cambiando nuestra experiencia en múltiples aspectos: en el ocio, en las comunicaciones, en el aprendizaje, en el trabajo, etc. Lo digital es una experiencia líquida bien diferenciada de la experiencia de consumo y adquisición de la cultura sólida”, añaden.

Esa realidad remite a nuevos enfoques y modelos de alfabetización y aprendizaje del ciudadano del Siglo XXI, que construya una identidad digital como ciudadano autónomo, culto y democrático en la red, para lo cual Area Moreira y Ribeiro Pessoa estiman seis dimensiones de producción, consumo y difusión de la cultura que coexisten, entrecruzan y se desarrollan de forma paralela.

Primera, la web como biblioteca universal: la sobreabundancia de información genera “infoxicación”. Por ello, distintos autores afirman que la sociedad de la información no significa necesariamente una sociedad de mayor conocimiento. Una cosa son los datos y otra bien distinta es la capacidad de interpretarlos, darles sentido y significado útil para ciertos propósitos. Esto último es transformar los datos informativos en conocimiento. Una de las metas del sujeto alfabetizado en la cultural digital.

Segunda, la web como mercado o zoco digital: la información como materia prima de la nueva economía. La información ha pasado a convertirse en la materia prima de importantes sectores económicos de la denominada nueva economía o capitalismo digital. Las compras on-line, la gestión de servicios con las administraciones públicas, la comunicación vía Internet con empresas, asociaciones, entidades gubernamentales, el chequeo y gestión de nuestras finanzas o actividades comerciales.

Tercera, la fragmentación de la cultura: el triunfo del microsentido. La cultural de la Web 2.0 es fragmentada, es como un puzzle de microsentidos, donde el individuo debe construir su propio relato de experiencia en los entornos digitales. La cultura vehiculada a través de las redes son piezas cortas, breves, separadas unas de otras, pero entrelazadas mediante vínculos para su consumo rápido.

Cuarta, la web como ágora pública de comunicación: las redes sociales. La Web 2.0 muchos la denominan como la red social en el sentido de que nos permite estar en contacto permanente con otros usuarios y de este modo, construir comunidades o grupos de comunicación horizontal. Internet no solo es un entramado global de máquinas o herramientas tecnológicas, sino un espacio de comunicación social, es una plaza pública de encuentro e intercambio de seres humanos.

Quinta, la web es un territorio creciente de expresión multimedia y audiovisual. Cada vez más, la web se llena de imágenes, sonidos, animaciones, películas audiovisuales. Internet ya no es solo un ciberespacio de textos o documentos para leer. Ahora, de forma creciente la Web 2.0 es un lugar donde publicar y comunicarse mediante fotos, videoclips, presentaciones o cualquier otro archivo multimedia.

Sexta, la web como ecosistema artificial para la experiencia humana. Internet y demás tecnologías digitales están permitiendo construir un medio ambiente artificial que posibilita experiencias sensoriales en entornos tridimensionales o de mezcla entre lo empírico y lo digital, como es el caso de la realidad aumentada.

Las experiencias representan un “caleidoscopio de códigos expresivos y acciones comunicativas bien diferenciadas de lo que es la comunicación a través de la escritura y lectura en documentos de papel”, según los educadores mencionados, por lo que surge esa nueva alfabetización que recoge un enfoque liberador y dialógico, así como el de la educación política del ciudadano.

Entendido ese elemento fundamental, donde los autores exponen las seis dimensiones de producción, consumo y difusión de la cultura que coexisten, entrecruzan y se desarrollan de forma paralela, que sirven para que el sujeto alfabetizado con relación a la web sepa qué hacer, los autores detallan los cinco ámbitos de aprendizaje de ese ciudadano.

Uno, competencia instrumental: relativa al dominio técnico de cada tecnología y de sus procedimientos lógicos de uso. Tener habilidades para el uso del hardware y del software o programas informáticos.

Dos, competencia cognitivo-intelectual: relativa a la adquisición de los conocimientos y habilidades cognitivas específicas que permitan buscar, seleccionar, analizar, interpretar y recrear al enorme cantidad de información a la que se accede a través de las TIC así como comunicarse con los demás.

Tres, competencia sociocomunicacional: relativa al desarrollo de un conjunto de habilidades relacionadas con la creación de textos de naturaleza diversa (hipertextuales, audiovisuales, icónicos, tridimensionales, etc.), difundirlos a través de diversos lenguajes y poner establecer comunicaciones fluidas con otros sujetos a través de tecnologías.

Cuatro, competencia axiológica: relativa a la toma de conciencia de que las TIC no son asépticas ni neutrales desde un punto de vista social, sino que las mismas inciden significativamente en el entorno cultural y político de nuestra sociedad, así como a la adquisición de valores éticos y democráticos con relación al uso de la información y la tecnología.

Cinco, competencia emocional: relativa al conjunto de afectos, sentimiento y pulsiones emocionales provocadas por la experiencia en los entornos digitales.

En conclusión:
“La alfabetización en general, y de modo particular la denominada alfabetización digital, debemos analizarla como un problema sociocultural vinculado con la formación de ciudadanía, y debiera plantearse como uno de los retos más relevantes para las políticas de las instituciones educativas destinadas a la igualdad de oportunidades en el acceso de la cultura”, señalan los catedráticos.

“Sin alfabetización no podrá existir desarrollo social armonioso en la sociedad del Siglo XXI. Sin población culta –es decir, que posea una cultura sólida- no habrá una sociedad líquida que sea democrática e inteligente”, agregan los maestros Area Moreira y Ribeiro Pessoa.

(La alfabetización en la cultura digital o líquida de la Web 2.0 es algo más complejo que el mero aprendizaje del uso de herramientas de software social (blogs, wikis, redes, y demás recursos del “cloud computing”)