martes, abril 30, 2019

Reflexiones en el Día Mundial de la Libertad de Prensa

Por Guillermo Mejía

El 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa a iniciativa de las Naciones Unidas en un esfuerzo para evaluar su aplicación, la defensa de los medios de comunicación de los ataques sobre su independencia, así como de rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el ejercicio profesional.

La fecha fue proclamada en 1993 a solicitud de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en respuesta al llamado de los periodistas africanos que dos años antes elaboraron la Declaración de Windhoek sobre el pluralismo y la independencia de los medios de comunicación.

Dice la UNESCO: “Sirve para recordar a los gobiernos la necesidad de respetar su compromiso con la libertad de prensa y es también un día de reflexión entre los profesionales de los medios de comunicación sobre cuestiones relacionadas con la libertad de prensa y la ética profesional”.

“Igualmente importante, el Día Mundial de la Libertad de Prensa es un día de apoyo a los medios de comunicación que son objeto de la restricción o la abolición de la libertad de prensa. También es un día de recuerdo para los periodistas que perdieron la vida en la búsqueda de una historia”, agrega.

En la actual coyuntura nacional, la conmemoración se da en el marco del desencuentro del presidente electo Nayib Bukele con algunos periodistas a raíz de la insistencia de los colegas porque el futuro mandatario dé la cara ante los medios de comunicación más allá de su estrategia publicitaria que descansa en las redes sociales.

Además, que explique ante la sociedad las contradicciones en sus pasos hacia el cargo. Por ejemplo, el aliarse con figuras políticas de lo que ha llamado “los mismos de siempre”, y la negativa de presentar la nómina de miembros del futuro Gabinete de Gobierno.

El choque de Bukele contra algunos medios ha sido frontal. El presidente electo ha denunciado la estrategia de “el pelo en la sopa” por parte de periodistas que se esfuerzan por buscar lo malo de sus actuaciones, mientras esconden lo bueno. Mientras, los periodistas se vuelven sensibles ante las críticas que les formula.

“¿No serán ellos los antidemocráticos, al pretender ser inmunes a la crítica? Porque la libertad de expresión es un derecho fundamental y universal. No es solo para periodistas o plumas pagadas, sino para todos. Y esa palabra ‘todos’, incluye al presidente”, afirmó Nayib Bukele a través de las redes sociales.

“El objetivo de los que nos critican no es que mejoremos, no es darnos un consejo, es lograr post electoralmente lo que no pudieron en las elecciones. ¿O alguien creería que las críticas de Paolo Lüers, de (Miguel) Fortín Magaña, de La Prensa Gráfica o de (la Revista) Factum son constructivas?”, añadió.

Ante los señalamientos, la Revista Factum en su editorial titulado “No le tema al periodismo, presidente” afirmó que el comportamiento de Bukele se parece a la estrategia que utilizaron cuando candidatos los presidente Donald Trump, Nicolás Maduro, Jimmy Morales o Vladimir Putin.

“Uno de los ingredientes más comunes en esta fórmula, la de calificar a la prensa crítica como una institución social al servicio de intereses espurios y no del bien común, es tan viejo como el fascismo, el estalinismo, el maoísmo, el trumpismo y todos los que vinieron antes. Y está, ese ingrediente, basado en una falacia: el único interés auténtico es el mío, el del que gobierna, porque en mí reside el interés del pueblo. Del pueblo, ese término que izquierdas, centros y quienes nacieron de ellas pero ya no lo son, han banalizado tanto”, remató.

En consonancia con el derecho a la información de la ciudadanía y la libertad de prensa, ojalá tanto Bukele como los colegas periodistas cumplan su papel con madurez, honestidad y en la búsqueda del bien común.

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