martes, octubre 02, 2018

Al inicio de la campaña hacia las elecciones presidenciales

Por Guillermo Mejía

Los candidatos y sus partidos están ya en abierta conquista del voto al iniciar la campaña electoral de acá hasta el 30 de enero próximo, para que tres días después se realicen los comicios presidenciales, en los que por primera vez no figuran como ganadoras las tradicionales fuerzas políticas que se han repartido el ejercicio del poder desde la firma de la paz.

La participación ciudadana en el proceso electoral no trasciende que sea objeto de encuestas de opinión, publicación de datos sobre candidatos e instituciones políticas, trasegadas promesas de los políticos y las condiciones de infraestructura básica para asistir al evento.

Esa limitaciones forman parte de la concepción tradicional sobre la participación de los ciudadanos en la elección de sus autoridades; solamente asegura que esos electores ejerzan su soberanía con tan sólo emitir su voto no así que se vean involucrados en el proceso desde su génesis, o sea en escoger candidatos y definir los temas de debate desde las bases.

En otras ocasiones me he referido a la catedrática colombiana Ana María Miralles, quien afirma que dar voz a la gente pasa “por procesos deliberativos de formación de opinión pública, que se constituyen en toda una práctica pedagógica, con un sentido renovado de la política que ya no estará exclusivamente en manos de los ‘políticos profesionales’”.

Al contrario, esa experiencia democrática “se mueve en espacios más abiertos y definidos desde un punto de vista predominantemente cultural, más cerca de los sistemas simbólicos de la gente”, agrega Miralles, “es un reto político y educativo frente al predominio del sistema de la representatividad que ha hecho del ciudadano un sujeto que delega en otros la iniciativa”.

Sin embargo, ese tipo de planteamientos difícilmente pasa o pasará por la cabeza de dirigentes partidarios o por los candidatos presidenciales Hugo Martínez, del Fmln; Carlos Calleja, de Arena; Nayib Bukele, de Gana; o Josué Alvarado, de Vamos. Aunque para estar en sintonía con los nuevos tiempos estos candidatos son proclives a hablar de derechos ciudadanos.

El columnista Jorge Barraza, opinó días atrás que: “A unos cuantos meses de la elecciones presidenciales, las promesas de los candidatos ya se escuchan en medios de comunicación y redes sociales. Con promesas de cambio, los partidos políticos han venido engañando a la población elección tras elección. La actual contienda electoral tiende a ser más de lo mismo”.

Según Barraza, Hugo Martínez promete continuar con las mismas medidas gubernamentales en seguridad pública y economía. Carlos Calleja no dice cómo combatirá la inseguridad y sus estrategias económicas están dirigidas al círculo empresarial del cual él y su familia forman parte. Nayib Bukele tiene vagas estrategias económicas y en prevención de la violencia.

Por su parte, el columnista Cristian Villalta, dice que es como ir al dentista: “Ustedes también, a menos que pertenezcan a la minoría de salvadoreños que se ve directamente beneficiado por la victoria de un candidato a través de un empleo en la administración pública, de participar en el saqueo al erario o del montaje de una empresa ad hoc para ganar licitaciones”.

“En esa sensación desagradable que ha marcado nuestros últimos ejercicios electorales, la de estar participando en un bingo en el que solo puedes ganarte una paliza o una burla, coinciden dos realidades: la pobreza generalizada de los cuadros partidarios y la mediocre producción intelectual de los partidos políticos”, agregó.

¿Alguien espera un cambio?, lo dudo.

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