Apuntes en el día del periodista salvadoreño
Por Guillermo Mejía
El 31 de julio se celebra en El Salvador el “Día del Periodista”, buena ocasión para pasar revista a las contrariedades y esfuerzos profesionales de cara a la necesidad de que contemos con una comunicación que, además de ser enlace ciudadano, nos ayude a la construcción cotidiana de la democracia.
El pasado 24 de julio tuve la oportunidad de conversar al respecto con el colega Leo Ramírez, ex compañero de estudios en la Universidad de El Salvador y con quien participamos en la cobertura de la guerra en los años ochenta. El espacio fue su programa de sábados por la emisora de radio citr.ca de Vancouver, Canadá, donde reside.
La esperanza de Leo Ramírez, que comparte con la comunidad salvadoreña en esa ciudad, estriba en que participa del periodismo en una sociedad desarrollada, en la que los derechos y deberes ciudadanos están bien claros y, por ende, es reconocido el papel que tienen asignados los medios en la sociedad.
En nuestro caso, los problemas que enfrentamos los periodistas –y la ciudadanía- son sumamente reconocidos en el gremio de prensa. Esta ocasión no se presta para remarcar. La sociedad cuenta con una variedad de documentos, en especial de periodistas y académicos, pero hace falta meterle más de lleno al análisis e interpretación, a la reflexión obligada.
Si bien el país no se queda atrás en el desarrollo tecnológico de la comunicación social, no pasa lo mismo en cuanto a la madurez y apertura mental de los profesionales del periodismo ni en la de la mayoría de dueños de los medios, gremios empresariales y políticos. La cerrazón ideológica da al traste con el interés de muchos colegas por reivindicar la profesión.
La sociedad tiene, junto al gremio de periodistas, que sacar al buey de la barranca. Como hemos dicho en otras ocasiones los problemas de la comunicación social no solo son de los periodistas, sino de la ciudadanía. Y esa es otra asignatura pendiente en nuestra sociedad, y obviamente, los medios y los políticos han colaborado en el hastío de la gente.
Luego de las elecciones de 2004, donde compitieron Elías Antonio Saca y Schafik Handal, elaboramos junto al colega Raúl Gutiérrez –ahora sub director de Canal 10- el “Ensayo: Deudas del periodismo salvadoreño frente al proceso democrático” donde abordamos el problema desde diferentes ángulos. La cobertura de las elecciones sirvió de caso de estudio.
Los problemas en el periodismo, los periodistas y los medios de comunicación se mantienen al igual que el atrincheramiento ideológico de patrocinadores y empresarios. El desinterés ciudadano por participar en los temas que le incumben es obvio, mientras lo cívico no está en la agenda de la prensa.
A manera de conclusión, en el ensayo que escribimos con Raúl Gutiérrez llegamos a lo siguiente sobre los problemas de los periodistas y la comunicación en El Salvador:
La injerencia político-ideológica de los propietarios inunda las salas de redacción y las políticas informativas de la mayoría de medios de comunicación en el país.
En ese contexto, el ejercicio periodístico profesional no está garantizado, por las distintas condicionantes a las que se ve sometido el periodista salvadoreño. Cualquier intento por reivindicar la función social de la prensa se enfrenta con varias murallas: censura, autocensura, amenazas de despido y marginación.
Necesariamente y debido a esa misma situación anómala, la sociedad salvadoreña se ve expuesta a muchos productos periodísticos deficientes, descargas de propaganda partidaria o de grupos de interés que en nada contribuyen a la construcción de ciudadanía.
En esa dirección, los periodistas –por negligencia o sometimiento- dejan de lado los preceptos elementales de la ética y responsabilidad periodísticas.
Pese a estas circunstancias, existe un incipiente movimiento periodístico interesado en promover el buen hacer en el periodismo nacional, además reivindicar el sentido de pertenencia gremial y a partir de ello la defensa del derecho a la información.
Por ejemplo, es loable que la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) haya impulsado la elaboración del Código de Etica de la Prensa Salvadoreña, así como existan esfuerzos por participar de un observatorio de medios en el país.
Se constata, a la vez, que dentro del gremio periodístico existe muy poca disposición a participar de lleno en las convocatorias a fin de debatir los problemas que afectan a los periodistas.
Los periodistas nos enfrentamos a una deuda con nosotros mismos y, por ende, con la sociedad en general. Aunque nos encontremos agrupados en APES, la reivindicación de los derechos de los periodistas frente a los propietarios de los medios continúa pendiente.
Sin embargo, la solución al problema del ejercicio periodístico y la naturaleza de los medios de comunicación no sólo está en manos de los periodistas, sino que en ella deben participar los diferentes sectores de la sociedad.
Y es ahí donde también existe indiferencia, falta de comprensión y ausencia de crítica, porque la gente consume los productos de la prensa sin reflexionar sobre la calidad de estos y el daño que recibe.
Bajo estas circunstancias es difícil la construcción de ciudadanía, coartando así la participación activa de la población en el afianzamiento de la democracia.
Como ven, muchas de las preocupaciones compartidas siempre tienen actualidad. Podría interpretarse que aún falta concretar cambios cualitativos en el periodismo y la comunicación. Por eso tenemos que potenciar la reflexión entre periodistas, entre académicos, entre los ciudadanos comprometidos con un mejor país.
Colegas, les deseo un Feliz Día del Periodista.
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