miércoles, septiembre 19, 2018

Los periodistas y las elecciones presidenciales

Por Guillermo Mejía

A poco de arrancar la campaña de las elecciones presidenciales de febrero próximo, sería oportuno que los medios de comunicación social ya no se presten a la acostumbrada espectacularización del proceso electoral y se comprometan mejor con promover la discusión de los problemas que afligen a los salvadoreños.

Precisamente, entre el dos de octubre y el 30 de enero de 2019, los candidatos tendrán la ocasión de dirigirse al conglomerado, aunque de hecho los hemos visto en campaña, directa o camuflada, tanto dando declaraciones, presencia en el terreno o en los espacios mediáticos que comulgan con sus banderas.

Para nadie es secreto cómo medios escritos, radiales o televisivos han propiciado los discursos especialmente de Carlos Calleja, del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena); Hugo Martínez, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln); y Nayib Bukele, de Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana). Hay que agregar la utilización de redes sociales, páginas web, etcétera.

Empero, más que medios de comunicación social que solamente prestan micrófono y, en algunos casos, llegan al extremo de convertirse en cajas de resonancia de la propaganda política de los candidatos presidenciales y sus partidos, es tiempo de que asuman una postura consecuente con los intereses de la sociedad.

Nos recuerdan los colegas Bill Kovach y Tom Rosenstiel en su libro “Los elementos del periodismo” que “más que vender contenido a los clientes, los periodistas construyen una relación con sus lectores, oyentes o espectadores basada en sus valores, en sus juicios, autoridad, valor, profesionalidad y compromiso con la comunidad”.

“En definitiva, el periodismo establece una relación con sus clientes muy distinta a la que cualquier otra empresa de la economía de consumo tradicional, y en algunos aspectos mucho más compleja. Se trata de una relación triangular. El lector, oyente o el espectador no es un cliente que compra bienes o servicios. El anunciante sí lo es. Sin embargo, el cliente/anunciante tiene que subordinarse en ese triángulo al tercer vértice del mismo, el ciudadano”, advierten los autores.

En consecuencia, la ciudadanía salvadoreña tiene que ser respetada en su derecho a la información por parte de dueños, editores y periodistas de cara a las elecciones presidenciales de 2019. Los candidatos y sus partidos, a la vez, tienen que respetar la autonomía del trabajo periodístico a fin de estar en sintonía con la profundización de la democracia.

La información trabajada con suma responsabilidad, el abordaje a profundidad de temas que aclaren el panorama para los ciudadanos y las respuestas oportunas a situaciones comprometedoras por parte de los que buscan la silla presidencial son tareas prioritarias de los encargados de brindar la información a la ciudadanía.

Los electores necesitan que se les hable de los crónicos problemas de inseguridad y la crisis económica, y qué proponen los candidatos presidenciales. A la vez, del compromiso con los esfuerzos contra la corrupción y el crimen organizado, máxime que representan a partidos políticos que han tenido o tienen vínculos con esos males. Ni Arena, ni el Fmln se escapan, muchos menos Gana.

Y, por supuesto, que en el trabajo periodístico urge que se incorpore la perspectiva ciudadana. Hay que pasar paulatinamente de la marginación del elector –a quien solo se le demanda el voto- a que sea partícipe de la construcción de su futuro, en otras palabras a que políticos y medios de comunicación social asuman su compromiso con la ciudadanía.

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