lunes, enero 04, 2010

Compromiso y sabiduría en el 2010

Por Guillermo Mejía

Los retos siguen en este nuevo año. Lo importante y necesario es que la sociedad salvadoreña realmente entre en un proceso de asunción de responsabilidades y concrete acuerdos nacionales a fin de llegar a buen puerto, ya que las amenazas cada vez son más preocupantes y ostentamos ni más ni menos que el bochornoso título de país más violento del mundo.

El presidente Mauricio Funes dijo en su mensaje de año nuevo que “todas las decisiones importantes que he tomado, han sido en consulta con los sectores interesados, convocando al diálogo y a la unidad”. Y reiteró que “solo saldremos adelante, si alcanzamos la unidad nacional”. Al final, que “democracia es que todos tengan iguales oportunidades de salir adelante”.

Obviamente, para el mandatario salvadoreño es “nuestra prioridad desde el momento en que empezamos a gobernar ha sido minimizar los efectos de la crisis sobre las familias más vulnerables y sobre los más necesitados”. Hay varios proyectos en marcha, entre ellos la atención a adultos mayores y a los escolares, que muestran parte de lo ofrecido en la campaña.

La Iglesia Católica fue la primera en demandar en este nuevo año la vuelta al camino del diálogo a fin de concretar esos acuerdos nacionales. Somos muchos los que desde un principio hemos concluido que sería retomar las deudas de los Acuerdos de Paz, de 1992, cuyas ausencias pasan por la atención a los más pobres y la justicia social.

Por eso, dábamos nuestro beneplácito a la reforma fiscal que, aunque tibia, da muestras de querer enrumbar a la nación y, por supuesto, corregir lo malhecho en los últimos 20 años de gobiernos derechistas donde el despilfarro y el aprovechamiento de los recursos del Estado estuvieron a la orden del día. Ahora entre los mismos derechistas se acusan de los abusos cometidos.

Cuando decimos compromiso y sabiduría para el 2010 caemos a la cuenta que –para empezar- deben corregirse también algunas cosas que desde el gobierno no están bien elaboradas como, por ejemplo, el atropello de los sindicalistas del puerto de Acajutla, los algodones con se que se trata –al contrario- a los empresarios y las acciones indebidas en instituciones del Estado.

Pero eso no significa que todo se centra en lo gubernamental. El interés nacional debe estar por encima de todas las acciones de los diversos sectores. En ese caso, falta mucha conciencia y solidaridad en los empresarios privados y ya no se diga en la asunción de parte de partidos políticos, en especial conservadores, que no están en sintonía con lo mejor para el país.

Con más de 4 mil muertes en este año recién pasado, El Salvador se torna como el país más violento del mundo superior a México que está carcomido por el crimen organizado y Colombia que es víctima de un cóctel sangriento. El crimen organizado y el narcotráfico ya lo tenemos en nuestro suelo, así que es tiempo en que nos pongamos de acuerdo. Este año es clave.

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