Sindicalismo y movimiento popular:
Vida y lucha de Guillermo Rojas
Por Guillermo Mejía
Recibí de manos del estimado amigo y luchador social Guillermo Rojas, el histórico líder del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social (STISSS), su obra autobiográfica titulada “Sindicalismo y movimiento popular: Vida y lucha de Guillermo Rojas”, un sugestivo recuento del trajinar de un salvadoreño comprometido con la lucha por la dignidad y la libertad.
“Relato mis experiencias sindicales de finales de los años 60, y, de ambas, desde finales de los años 70 y principios de los 90, cuando logro mi incorporación a una de las organizaciones populares de la época”, dice Rojas en el prólogo del libro de 146 páginas, editado por esfuerzo propio en agosto de 2013.
“En mi niñez temprana logré obtener algunas vagas ideas del sindicalismo. Ello fue posible porque en ocasiones acompañé a mi padre adoptivo a reuniones del sindicato al que él pertenecía. Era el sindicato de trabajadores de la fábrica de abonos orgánicos. Esta fábrica funcionaba en las inmediaciones de lo que hoy se conoce como comunidad ’22 de abril’ del municipio de Soyapango”.
Nos cuenta Rojas como “una de las primeras y difíciles experiencias políticas” su participación en la protesta cívica por el fraude electoral de 1977, que terminó en la masacre de la Plaza Libertad, de San Salvador, cuando la dictadura militar arrebató el gane electoral a la oposición política. Meses después se incorporó al STISSS.
“Por el mes de agosto de este mismo año, me vinculé a las filas del Partido Comunista Salvadoreño, PCS y con ello inicia mi formación política e ideológica; pero varios meses después, fui reclutado por mi hermano Oscar para el Frente de Acción Popular Unificada, FAPU”, añade el ahora docente universitario tras sus estudios en filosofía y educación.
Como dirigente sindical del Seguro Social participó en la fundación e integración de la Unidad Nacional de los Trabajadores Salvadoreños (UNTS), en 1986, además de otras organizaciones que tenían en agenda la lucha reivindicativa de obreros y campesinos, a la par de la lucha política bajo la directriz de la izquierda revolucionaria (él pertenecía a la Resistencia Nacional).
Uno de los episodios de la vida sindical y política de Rojas que aparecen en el libro se refiere a “La huelga de 30 días”, en 1985, bajo la administración del Doctor Jorge Bustamante, ginecólogo de respeto ya fallecido, que concluyó en una brutal represión policial –incluso murieron cuatro efectivos militares de civil a manos de los mismos policías que los confundieron.
Al leer esa parte del valioso documento histórico caen en mi memoria las imágenes de ese suceso que tensó a la sociedad salvadoreña inmersa en la guerra civil, incluso una de mis hermanas trabajaba en el Hospital General del ISSS, precisamente en la sala de emergencias donde ingresaron los policías a punta de bala, lanzaron al personal al suelo y lo amarraron.
“Estando boca abajo y amarrado, le decía a una de las compañeras que se encontraba muy cerca, que resistiéramos hasta que amaneciera (pensaba que en algún momento podrían desalojarnos del lugar y llevarnos para matarnos en otro); la compañera con mucha lealtad me contestó: ‘Sí, señor Rojas’”, remembra el dirigente sindical sobre ese hecho de represión.
Más adelante, nos relata que, según otros sindicalistas presentes, los policías capturaron a los cuatro efectivos militares de civil, les ordenaron colocarse boca abajo sobre el piso y procedieron a ejecutarlos con sus armas a pesar de que los asesinados les insistían que no los mataran porque eran “de los mismos”. Supuestamente creyeron que eran sindicalistas armados.
Como esa, hay otras anécdotas de Guillermo Rojas, entre ellas su participación en la multitudinaria marcha del 22 de enero de 1980, que fue reprimida con fuego de metralla a la altura del Palacio Nacional, así como su incorporación a la ofensiva guerrillera del 11 de noviembre de 1989 que incluyó la noticia de que había muerto en combate –por suerte resultó ser falsa.
Al final del prólogo del libro, Rojas nos dice: “espero y deseo que algunas de las ideas y argumentos expuestos en los siguientes relatos acerca de mi experiencia sindical y política, sean de alguna utilidad a las nuevas generaciones de sindicalistas; a esas generaciones que han optado por cierto nada fácil y sí muy intrincado de la lucha reivindicativa y política de los trabajadores…”.
Exitos, Guillermo Rojas. Te apreciamos mucho en la familia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario