martes, septiembre 15, 2009

Centroamérica a 188 años de la Independencia Patria


Por Guillermo Mejía

Lástima que desde el quiebre de la Federación Centroamericana en 1838 con lo que se sepultó el ideal del General Francisco Morazán –fusilado por traidores luego- los habitantes del istmo aún no rencontramos el camino. Los egoístas y mercantiles siguen controlando los destinos de la Patria grande.

Cada una de las provincias originales, sumadas Belice y Panamá, mostramos en la actualidad inviabilidad y, pese al sentimiento de unión que prevalece en muchas regiones, en la nuestra el común denominador es la desconfianza, la politiquería y el desdén por el sentimiento de hermandad que nos debería de conjuntar.

La máxima expresión de la apatía y el abandono es la actitud generalizada que hemos mostrado los centroamericanos ante el fatídico golpe de Estado en Honduras donde el presidente Manuel Zelaya fue expulsado por gorilas el pasado 28 de junio. Impensable una acción de ese tipo en el siglo XXI, pero real en Centroamérica.

El gas se acabó desde el principio. Los centroamericanos no pasamos a más pese a la gravedad de los sucesos y la amenaza que significan en una región caracterizada en el pasado reciente por los golpes militares y las guerras fratricidas que nos desunieron más y concluyeron con su estela de muerte y destrucción.

El futuro inmediato no es prometedor. Los sensibles problemas que se viven en cada nación hacen casi imposible que tengamos ese espíritu de unión que una vez mostraron nuestros antepasados. Es tal la ausencia de viabilidad en nuestra región que la gente mejor buscó y busca resolver su vida fuera del istmo.

Hay que agregarle a esa evasión obligada la precaria situación medio ambiental que atraviesa la región. En esta estación, el fenómeno del niño nos tiene en vilo con una sequía que, sumada a otros problemas, nos ocasiona serios inconvenientes a los centroamericanos, entre estos las amenazas de hambrunas.

Sin embargo, no nos cala. Estamos condenados a navegar por la vida a ver quién se salva pues los localismos absurdos nos impiden ver hacia el futuro. No es cierto que tengamos un proyecto centroamericano. Todo lo que se dice o hace –incluido la presencia de elefantes blancos como el Parlamento Centroamericano- es del diente al labio.

Tal vez las nuevas generaciones hacen realidad la gesta que fructificó el 15 de septiembre de 1821, pero que quedó trunca por la estupidez de los de siempre. Que al cumplirse 188 años de la liberación del yugo español los habitantes del centro del continente americano demos un salto patriótico viendo el futuro.

2 comentarios:

David dijo...

Busco su estudio, Medios y Democracia -- ya no esta disponible en raices.org.sv

Me podrias enviar al dholiday@gmail.com?

Saludos

Guillermo Mejia dijo...

David:
Ya te envie el documento a tu correo.

Saludos y seguimos en contacto,

Guillermo Mejia