domingo, septiembre 27, 2009

A la derrota de los golpistas en Honduras

Por Guillermo Mejía

Pasados tres meses del nefasto golpe militar que depuso al presidente Manuel Zelaya, es tiempo que la comunidad internacional, junto a la resistencia hondureña, logren sacar de sus guaridas a los gorilettis que pretenden arrastrarnos hacia un pasado oprobioso. La derecha salvadoreña y sus medios de propaganda también sacaron las uñas en medio de la crisis.

Inaudito, pero cierto, que en pleno siglo XXI salieran de sus jaulas los militares y la oligarquía catracha –en connivencia con la derecha continental, en especial la centroamericana- como respuesta a la búsqueda del tránsito de una democracia formal a otra participativa mediante recursos que la misma ley dispone.

La tozudez y la prepotencia del usurpador Roberto Michelletti no le permiten reconocer que lo peor de la maniobra militar fue el hecho de haber expulsado en pijamas a Zelaya con rumbo a San José, Costa Rica, en un avión que, según la denuncia, cargó combustible en la base gringa de Palmerola, situación que compromete –por ende- a Estados Unidos en el golpe.

Nadie ha reconocido, ni se espera que lo haga, al gobierno de facto. Tanto de la ONU como de la OEA y la Unión Europea se han escuchado llamados a que en Honduras se vuelva a la constitucionalidad, es más el irrespeto al marco legal por parte del gorilismo catracho implica que la sociedad amerita una reforma constitucional que asegure la profundización democrática.

Eso sí, hasta ahora las medidas contra los golpistas y sus secuaces no han pasado de ser formales. Honduras y los pueblos están demandando medidas más efectivas para restaurar la democracia en esa nación centroamericana. Hasta ahora, los golpistas se han hecho los “gatos bravos” pues nadie les ha tocado por donde más duele.

Es de reconocer la solidaridad y la esperanza mostradas al pueblo hondureño. El gesto que hizo el sábado 26 de septiembre el partido oficial Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln) en San Salvador fue una prueba del sentir de los salvadoreños con la crisis que envuelve a Honduras. El presidente Mauricio Funes ha hecho lo suyo por su parte, incluso en la ONU.

El presidente Zelaya agradeció a los salvadoreños por esa solidaridad. Incluso, días antes, hizo lo mismo porque en El Salvador, Guatemala y Nicaragua le ayudaron al retorno a Tegucigalpa en un viaje del cual no quiso entrar en detalles ante la campaña propagandística que lanzó la derecha salvadoreña y sus medios de propaganda.

Personajes como Hugo Barrera y Gloria Salguero, de Alianza Republicana Nacionalista (Arena), mostraron sus rabietas frente a las cámaras por la asistencia a Zelaya. Una vez más, la derecha salvadoreña asumió su interés porque los gorilettis sigan en el poder, mientras desconocen a Zelaya como el presidente constitucional de Honduras. Sacaron las uñas, otra vez.

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