martes, diciembre 04, 2018

Los riesgos de ejercer la política como transacción económica

Por Guillermo Mejía

En la actual coyuntura electoral de cara a las presidenciales del próximo año, existe el peligro que las fuerzas contendientes asuman compromisos de poder alejados de visiones de la filosofía política y vulgarmente se decanten por pactos bajo la mesa a fin de asegurarse protección mutua, autodefensa y protección de intereses particulares.

Es la advertencia que hace el periodista norteamericano Douglas Farah, asesor y consultor en seguridad nacional en Estados Unidos, en declaraciones a La Prensa Gráfica, donde una vez más habló sobre la presencia de las mafias, el narcotráfico, el crimen organizado, que han convertido a El Salvador en un “Estado criminalizado”.

“Lo que estamos viendo, no solo en El Salvador sino en toda la región es que ya la política es una transacción económica: quién está en el Congreso, quién va a ser fiscal, quién va a ser presidente, quiénes van a ser los candidatos son resultados de pactos que no son en el fondo políticos o ideológicos, sino pactos de protección mutua, de autodefensa y de protección de intereses más grandes que los propios partidos”, afirmó Farah.

Según él, hay razones para pensar que el modelo funciona, por ejemplo, se dio en la transición del ex presidente Tony Saca al ex presidente Mauricio Funes, es decir de Arena al Fmln: “Ahí se puede ver que se pueden hacer pactos para mantener las estructuras criminales sólidas de administración en administración”, señaló.

“Dentro de ese paquete hay muchas alianzas económicas entre gente del Frente, entre areneros, los del PCN y de todo mundo que están metidos en negocios conjuntos que buscan alianzas para perpetuar ciertas estructuras que no dependen de la ideología de la administración, sino de la voluntad de ciertos individuos de mantener esas estructuras funcionando”, advirtió.

“Para una democracia es peligrosísimo. Estamos ya en un proceso, desde hace un rato ya, donde la democracia está muy amenazada”, afirmó Farah, que en la pasada guerra civil salvadoreña fue corresponsal para el periódico The Washington Post y la agencia internacional de noticias UPI.

Por otro lado, el experto internacional se refirió a que las cosas se le facilitan al crimen organizado porque El Salvador está dolarizado y hay falta de control del gobierno de turno en temas bancarios: lo más fácil si uno quiere lavar dinero es tener los dólares, meterlos en dólares, sacarlos en dólares y moverlos offshore en dólares.

“Y eso es algo que ofrece El Salvador”, dijo Farah. “Con una preocupación mayor hemos visto que el presidente vetó la ley sobre la Unidad de Investigación Financiera, donde no hay mínimo interés del gobierno de Salvador Sánchez Cerén de realmente controlar esos flujos. Cuando se van cortando diferentes accesos a grupos a nivel internacional, la mafia rusa, algunos grupos mexicanos buscan los lugares más fáciles donde mover su dinero. Y El Salvador, lamentablemente, está dentro de ese grupo”, agregó.

En cuanto al proceso electoral salvadoreño, Farah afirmó que la mayoría de la gente entiende que lo que ve no es todo lo real. “Eso va en desgaste de los partidos tradicionales y el nacimiento de grupos como ha hecho Nayib Bukele, diciendo ‘yo soy distinto, no soy de la clase política’. Tanto Arena como el Frente, el PCN o la democracia cristiana están totalmente desgastados, nadie cree en ellos, salvo su base sólida de 20 por ciento cada uno”, sentenció.

“La gente está harta y está buscando soluciones. En este momento en donde todo es transaccional, se corre un peligro real de comprar y vender votos, sin pensar realmente en la democracia y sin que la gente pueda decir algo de su propio futuro”, advirtió Farah.

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