domingo, diciembre 13, 2009

La impostergable reforma fiscal

Por Guillermo Mejía

A empujones la reforma fiscal va. Ya se aprobaron cuatro de las disposiciones que contiene la propuesta gubernamental a fin de democratizar los costos de la reconstrucción física y moral de la sociedad salvadoreña, aunque las mentes obtusas y mercantiles dificultan el proceso que no puede postergarse.

Los últimos 20 años –de gobiernos de derecha- los fondos públicos fueron saqueados y parte de la institucionalidad fue vendida al mejor postor. Nunca se había experimentado tal nivel de ladronismo en corto tiempo y da grima que se diga que más de 200 millones de lo que le correspondía fueron utilizados tan solo por el ex presidente Elías Antonio Saca. Para algunos, la cifra es superior.

Pero no habíamos pasado la página cuando la Corte de Cuentas de la República advertía que todo lo actuado por el mandatario fue conforme a ley. Si de cambios urgentes hablamos en el país, ese ente contralor debería ser de los primeros en sanear dado el triste papel que ha jugado. Es la institución que ha tapado los hoyos del descaro.

La otra cara vergonzante en la actual coyuntura de la reforma fiscal es el lloriqueo incesante y la manipulación expresa de gremiales y empresarios porque tendrían que pagar algunos centavos más. La máxima expresión de esa manipulación es la forma en que los cerveceros dicen medias verdades sobre esa industria monopólica.

Y, como siempre, la presencia de la campaña mediática de la derecha que en coro se levanta en contra de la reforma fiscal, donde periodistas, editores y articulistas ponen el grito en el cielo. Comportamiento que fue al revés cuando los gobiernos anteriores impusieron a sangre y fuego cualquier idea que tuvieron en mente. El silencio cómplice estuvo a la orden del día.

¿Dónde estaban esos tinterillos cuando se negociaron los bancos, la telefonía, las pensiones, entre otros jugosos recaudos que la derecha empresarial se repartió? Pero dialécticamente está bien que ahora al primer gobierno de izquierda se le pidan cuentas a fin de que cualquier otro que llegue de aquí en adelante no vuelva a repetir las tropelías de la derecha.

Pero la reforma fiscal va. Ante los desafíos que tiene que afrontar el gobierno del presidente Mauricio Funes sería muy oportuno que la sociedad civil organizada y los políticos consecuentes se manifiesten en torno a la urgente necesidad de sentar las bases reales de la democratización y eso pasa por demandar el pago de impuestos. Digámosle no a los gorrones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Guillermo Mejia Saludos¡ Quiza no me recuerdes, pero yo si, pues fui uno de los que soñe con concluir con mi carrera de periodismo y no lo logre. Y en esas idas y venidas, carreras y traspies, entrecruzabamos los pasillos de "Periodismo" en la Ues; vos como docente y yo como aprendiz y empirico comunicador. (Conste que no es una queja). Bueno, Fijate que quiero molestarte. Crees posible me des el correo de Guillermo Ivan Castro y de Raul Gutierrez, quiero saludarles y poder cruzar un par de garabatos.
Para no alargar, les digo que les leo de cuando en vez, pues aunque no ejerza lo que siempre me gusto, siempre voy detras de ustedes los que si lo hacen.
Atte.
Guillermo Rivera
Email:lexicomia@gmail.com
A ver si me correspondes pronto. hasta luego.

Guillermo Mejia dijo...

Claro que me acuerdo de vos, compañero. Te escribo enseguida a tu correo, para enviarte las direcciones.

Saludos,

Guillermo Mejia