lunes, noviembre 02, 2009

La reestructuración de la Asamblea Legislativa

Por Guillermo Mejía

La reestructuración de la Asamblea Legislativa en cuanto a los horizontes partidarios de los diputados y la composición de la junta directiva ha levantado expectativas en muchos sectores. Los más optimistas –en la izquierda- creen que con ello se desmorona el poder de veto de Arena, mientras estos últimos creen que como bloque de derecha aún cuentan con poder.

En todo caso, es obvio que las amenazas proferidas por el presidente del Coena, Alfredo Cristiani, que tenían la fuerza suficiente para parar al Ejecutivo desde el Legislativo ya no son tales si se toma en cuenta la postura de algunos de los 12 diputados “rebeldes” que ahora integran el grupo parlamentario Gana que ya votó con la izquierda gobernante en contra de Arena.

Pero sí es sumamente importante recordar quiénes son esos diputados “rebeldes” comenzando por su líder, Guillermo Gallegos, una figura central de la Arena que salió derrotada en las elecciones del 15 de marzo y, por ende, a quienes los otros mandamases del partido, entre ellos Cristiani, cobraron la factura. Claro que los Saca también pagaron la cuenta.

Por otro lado, la aritmética que conviene a la izquierda gobernante pasa por contar con el favor de los diputados del Partido de Conciliación Nacional (PCN), sujetos políticos en quienes es sumamente difícil confiar y cuyo líder, Ciro Cruz Zepeda, pudo arribar a la presidencia del Legislativo mediante un acuerdo con Arena y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).

Ahora, el acuerdo para que se reestructurara la Asamblea Legislativa en general fue entre el FMLN, PCN, PDC y Gana, por eso resulta medio rara la postura adoptada por el diputado Rodolfo Parker que acusa a la ortodoxia efemelenista –con el apoyo chavista- de haber lanzado el zarpazo legislativo que incluyó que lo sacaran de la vice presidencia.

El Frente asegura que con el nuevo escenario legislativo puede resolver cuestiones de suma importancia, como créditos y presupuesto de la nación, entre otros, ya que el salbeque de Cristiani ya no tiene razón de ser. Esa postura coincide con lo que dice Gallegos y compañía que ellos “votarán por el bien del país” como nuevo grupo parlamentario.

En El Salvador, los comportamientos políticos –independientemente del lugar en que se den- distan mucho de lo que demanda el bien común. La gente realmente nunca es consultada como debe ser y los casos sobran: la dolarización, la privatización de la banca y las pensiones, la venta de los recursos del Estado, etcétera.

La izquierda también se parece a la derecha en cuanto al respeto que sus dirigentes le deben a sus bases. Ojo: El autoritarismo presente en la institucionalidad del país no es patrimonio de ninguna perspectiva ideológica en particular. Por de pronto, nos toca esperar que esta vez se de un avance en el proceso político nacional. Veamos, pues.

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