martes, mayo 13, 2008

La izquierda salvadoreña y el salpique de las FARC

Por Guillermo Mejía

Para comenzar –y esta preocupación ya la expresaron muchos- sería sano que al candidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), Mauricio Funes, se le bajara la adrenalina y asumiera que una investigación realmente seria aclarara lo del caso colombiano.

Salir con patada al pecho, como lo hizo, negando la posible vinculación de “Ramiro”, José Luis Merino, en el supuesto tráfico de armas en Europa para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no ayuda a la transparencia de la izquierda salvadoreña, sino más bien significa un costo político serio.

Achacarle todo a la perversidad de la derecha en connivencia con la prensa internacional –y que eso salga de voz de Mauricio Funes en tono bravo- tampoco le ayuda al partido de oposición, mucho menos a la figura del candidato que se ha ganado palmo a palmo la confianza del electorado salvadoreño.

El peor legado que Funes le pueda heredar a su figura, al partido y a El Salvador sería caer en el juego político-ideológico de la derecha salvadoreña que –hoy por hoy- se encuentra dividida y hundida en el temor al constatar que ya sus veinte años en el Ejecutivo casi no son nada, porque el fraude lo cometieron hasta con su misma gente.

Que Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y su gobierno de turno (sumados los demás funcionarios en cada esquina) pretendan sacarle la raja más grande a esa oportunidad propagandística internacional, por supuesto que no se puede negar. Ahora es su turno. Que la izquierda no logre dimensionar el problema resultaría lo más grave.

Claro que aún es difícil llegar a establecer el criterio de verdad de la maniobra política internacional, eso hay que aceptarlo, pero tampoco es válido que la izquierda se salga por la tangente y, al igual que la derecha retrógrada con sus casos vengonzantes, pretenda negar de un tajo esa vinculación histórica del Fmln con otros movimientos, ahí está el caso de las FARC.

La conducta política de Mauricio Funes también estimaría, sería muy bien visto por sus seguidores máxime los que no están en la izquierda, que demande ir a las últimas consecuencias, para que no existan equívocos sobre el caso colombiano. Qué bueno que Funes le pida a Merino y a otros dirigentes del partido que le expliquen el problema con transparencia. El no necesita andar salvando a nadie, él necesita tener la mesa limpia y lista para las batallas decisivas. Caer en la trampa es lo que menos le conviene.

La otra cuestión de suma importancia para la izquierda nacional, para el país y para el mismo Funes es que el partido salga con la frente en alto y explique a los cuatro vientos el significado que tienen las FARC en el escenario internacional. Taparse la boca frente a ese movimiento que desdice de la lucha revolucionaria y la ha contaminado con el narcotráfico, el secuestro, el crimen de civiles, etc., no le ayuda al Fmln.

El mayor partido de oposición salvadoreño, muy al contrario, debería reivindicarse aclarando su adhesión al humanismo socialista, la democratización radical, la transparencia, la tolerancia, el ejercicio de la libertad, entre otras aspiraciones revolucionarias de todos los tiempos; es decir, pasar del trasnochado discurso seudoizquierdista que eliminó la individualidad del sujeto histórico en aras de la colectividad deshumanizada, mecanizada. Fracaso rotundo.

Las izquierdas de otros puntos del planeta, incluidas algunas que están muy cerca de nuestra región, ya han entendido el seudoizquierdismo y caminan hacia la rectificación de muchos de los vicios que hasta hace poco fueron vistos como necesarios, para el sostenimiento de sus sistemas políticos. También resultaría grave que en el Fmln no entiendan esos procesos.

Qué bueno sería que los colombianos resuelvan su problema bélico por vías civilizadas, aunque eso resulta muchas veces impensable dado la naturaleza del conflicto y quienes son los actores: la seudoizquierda narcotraficante y secuestradora, y los paramilitares de extrema derecha (incluido el gobierno), también criminales y narcotraficantes.

De Mauricio Funes y del Fmln urge inteligencia, coraje y transparencia. Los que participaron o participan con las FARC que asuman las consecuencias. La maniobra política está a la orden del día. ¿No lo entienden?

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