martes, julio 24, 2018

El Salvador: El imperio de las decisiones políticas cupulares

Por Guillermo Mejía

Por razones conocidas presenciamos el fiel comportamiento de las bases a los llamados de las cúpulas partidarias, para la elección –en esta oportunidad- de candidatas a la vice presidencia de los partidos políticos Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln) y de Concertación Nacional (PCN).

El partido de izquierda puso a Karina Sosa, conocida por su labor como diputada al frente de gestiones para la comunidad salvadoreña en el exterior, y el de derecha a Carmen Aída Lazo, académica con ninguna experiencia política partidaria, sino más bien ofertada por la coalición del PCN, Arena y el PDC, como representante de la sociedad civil en la fórmula del candidato Carlos Calleja.

Si bien la anterior Sala de lo Constitucional ordenó a los partidos políticos celebrar elecciones internas, para escoger a sus candidatos, es del común denominador pensar en que toda propuesta, pues, debe ser resultado de una confrontación entre diversos postulantes para que las bases ejerzan su derecho de elección; sin embargo, las cúpulas las cocinan y las llevan, según ellas, para su ratificación.

En medio de la violencia cotidiana con su estela de muerte, la incertidumbre por el manejo inadecuado de los asuntos públicos, entre estos el vacío legal ante la falta de elección de la nueva Sala de lo Constitucional, las elecciones partidarias se volvieron el punto jocoso de la jornada.

Para el caso, no pasaron desapercibidas en las redes sociales. Por ejemplo, la activista Bessy Ríos escribió: “Este día en las internas del FMLN y el PCN con candidatas únicas... se desbordan los nervios, no (se) sabe el resultado, elecciones reñidas...funciona la democracia ¿quién creen que gane en cada partido? Estoy que me trueno los dedos #QueNervios”.

El académico y exguerrillero Roberto Cañas contestó “#quenervios en espera resultados elecci(o)nes primarias del fmln y pcn” y que el “Fmln realiza votaciones. La elección la hizo la cupula hace días.” Y remató: “Elección fmln es llegar a un comedor y preguntar: ¿Qu(é) hay de almuerzo? Y le contesten: puede elegir entre gallina o gallina.”

Se configura de nuevo la ausencia de voluntad en las dirigencias de los partidos políticos por corresponder al derecho de sus bases partidarias a elegir a sus candidatos, lo mismo que ocurre cuando se habla de la elección de las mismas dirigencias a pesar que –por moda o conveniencia- tienen a flor de labio palabras como participación y trasparencia.

Paradójicamente, fue la anterior y controversial Sala de lo Constitucional la que corrigió diversidad de entuertos, como en este caso, aunque esos cambios más que de forma tienen que ser de contenido, ya que, de lo contrario, seguiremos experimentando la instrumentalización de los derechos políticos por parte de dirigentes partidarios que se mueven por intereses particulares.

Para bien, el periodista Cristian Villalta escribió: “Considerando la historia salvadoreña del siglo pasado, nuestra campeona debería ser una sociedad civil robusta, independiente no solo del Estado, sino de la mediocre sociedad política que padecemos. Pero por proceso histórico, por incompetencia de la izquierda y por la siniestra confabulación Saca-Funes de hace algunos años, construir una instancia que desde el campo de lo público persiga el bien común sin ánimo lucrativo ni político partidario ha sido imposible.”

Y concluyó: “Ese es el vacío que impide en este momento establecer una agenda nacional que no se vea contaminada por las veleidades de la partidocracia o la mezquindad de los grupos económicos dominantes, tradicionales o de nuevo cuño. Sin importar si esas facciones del negocio de la política son formidables propagandistas, egregios seguidores de Goebbels o tiernos retoños de la posmodernidad, en su conjunto son un atentado para el avance de nuestra democracia, a ciencia y paciencia de todos los ciudadanos.”

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