lunes, mayo 24, 2010

La práctica política y la ciudadanía ausente

Por Guillermo Mejía

Por lo que se desprende de formas cotidianas de actuación en la política, sin importar donde se verifiquen, se refleja que somos en la región uno de los Estados en que vale poco o nada la condición ciudadana. Los vicios se experimentan en cualquier instancia, sea en la máxima representación gubernamental o en las relaciones domésticas.

Dos casos particulares pueden orientar la exposición. En primer lugar, el encontronazo que se ha dado en la clase política ante la renuncia del ministro de Agricultura, Manuel Sevilla, porque no quiso prestarse al clientelismo político con la entrega de semilla mejorada. Según la queja, desde Casa Presidencial se ordenó favorecer a bases de los partidos Gana y PCN a cambio de acuerdos legislativos.

En segundo lugar, la inmovilidad ciudadana frente a la ola delincuencial que nos abate desde hace mucho tiempo atrás. El sistema mediático machaca las 13 muertes que suceden cada día, mientras las autoridades respectivas ya no encuentran qué decir. La población vive presa de la situación por la cantidad de fechorías, máxime que carece de una base organizativa para enfrentar el flagelo.

Ambos casos han dado pie a muchas interpretaciones, mas en el fondo se constata la fragilidad del sistema político que no ha dado el salto para viabilizar que otra forma de política es posible, a la vez que la ciudadanía –que debería mostrarse a cabalidad- aún carece de horizonte político y, por ende, de formas de organización y de expresión sociales.

Las serias advertencias que suenan en el ambiente ante la penetración del narcotráfico y el crimen organizado en la sociedad salvadoreña son el acabose. Al “gobierno del cambio” que lidera el presidente Mauricio Funes no le están saliendo las cosas como dice el libreto, más allá de la forma de relacionarse con su partido Fmln que también debe muchas explicaciones al conglomerado.

El reciente esfuerzo político aparecido alrededor del grupo de poder que acompaña al presidente Funes –titulado Movimiento Ciudadano por el Cambio- ha dado mucho qué pensar en la sociedad salvadoreña. No es posible que un movimiento ciudadano sea conducido por un presidente, mucho menos que la organización, como parece ser, esté montada en Casa Presidencial.

Configurada en movimientos sociales, la ciudadanía no debe ser cooptada por la política oficial o partidaria, porque ese tipo de esfuerzos es otra cosa. Los movimientos deben tener luz propia, proyectos de cara a la gente, etc., muy lejos del servilismo a que se puedan prestar al seguir al pie de la letra la consigna de un partido o de un caudillo.

Mucho se ha dicho y se puede seguir expresando en cuanto a la alta cuota que pagó el movimiento social salvadoreño porque se plegó, en el marco del conflicto armado, a lo establecido por la dirigencia del entonces guerrillero Fmln. La ausencia de autonomía llegó al grado que ahora, cuando es más que necesaria su existencia, nos encontramos ante un movimiento que está desdibujado.

Si bien es cierto hay expresiones sociales desde los microrrelatos, por ejemplo medio ambiente, género y participación ciudadana, entre otros, es notoria la ausencia de representaciones ciudadanas de arrastre y combativas paridas desde los barrios y colonias populares, instituciones educativas, iglesias, centros de trabajo, etc., que lideren las demandas ciudadanas frente a instancias de poder.

No está de más señalar la preocupación por la ausencia de un sistema mediático alterno que diera cauce a esas demandas ciudadanas que brotaran de esas representaciones ciudadanas de arrastre. Con el sistema mediático dominante no es posible que se escuchen otras voces, pues lo más que esperan de la ciudadanía es que vaya a depositar el voto cuando corresponde. Falta camino por recorrer.

lunes, mayo 17, 2010

Los asesinos de Roque Dalton no descansan en paz

Por Guillermo Mejía

Una conmovedora carta de nuestro colega y hermano, Juan José Dalton, director del periódico digital Contrapunto, puso la tapa al pomo. Los asesinos de su padre, el poeta nacional Roque Dalton, hace 35 años, no descansan en paz, y la única oportunidad que tienen de cara al pueblo es que asuman valientemente su responsabilidad y pidan perdón.

Juanjo dice con mucho valor: “Quisimos entablar un diálogo con el actual gobierno desde que Jorge Meléndez (Jonás), involucrado en el asesinato de Roque Dalton, fue juramentado en junio. Todavía más, antes del triunfo advertimos la inconsecuencia de incluir a Meléndez en el gobierno. Nuestro reclamo lo hacíamos con el derecho que nos protege la justicia universal y las leyes locales, aunque a diario se violan en El Salvador.

“Hay testigos en el entorno del Presidente de la República, Mauricio Funes, entre sus Secretarios y Asesores más cercanos, que pueden dar fe de nuestro reclamo, e incluso, nos manifestaron el derecho que nos asistía de ser escuchados.

“Quisimos sentarnos frente a frente con el Gobierno y no sólo para expresarles nuestro dolor, sino también que exploráramos salidas honorables, como debe ser en una democracia, aunque esto lógicamente no se trata de ninguna negociación política, sino de un acto de justicia y de respeto a la memoria de una personalidad relevante que fue martirizada.

“Nunca nos hicieron el más mínimo caso. Es aquel menosprecio a la memoria del Roque Dalton humano e integrante de una familia adolorida, que hemos recibido durante 35 años. En realidad, la reacción oficial fue una sorpresa nunca esperada.

“Nuestras reivindicaciones no han variado desde hace 35 años. Año con año hemos clamado lo mismo, y hemos sufrido desengaños por la capacidad de Joaquín Villalobos, especialmente, de intentar desmarcarse reiteradamente del crimen. Por otra parte, Jorge Meléndez, dice “saber todo, pero que lo dirá cuando él quiera”.

Luego Juanjo pone las demandas de él y su familia, demandas que son del pueblo salvadoreño:

“-Las circunstancias reales en que se dio la muerte de Roque Dalton y Armando Arteaga. Sabemos, por boca de los victimarios, que los asesinados fueron muchos más.
-Quiénes son los responsables intelectuales y materiales de la ejecución de Dalton y Arteaga.
-Cómo, cuándo y dónde los asesinaron.
-Dónde están sus restos, porque existen varias versiones sobre la sepultura.
-Si esta verdad es establecida, exigimos, por último, un humilde, sincero y valiente perdón.

“Tenemos desde hace 35 años el corazón desgarrado. Nuestras abuelas María García y Carmen Vda. de Cañas, murieron sin saber dónde estaba su hijo y yerno, respectivamente. Rezaron hincadas todas las noches para pedirle a Dios que aparecieran sus restos para que tuviéramos el consuelo de ir a enflorarlos. Mi madre llora a diario por sus dos Roques muertos: su esposo y su hijo. Como hermanos, Jorge y yo, también lloramos y no nos avergüenza hacerlo en público porque, como ocurrió en la misa ofrecida por el padre José María Tojeira, en Capilla de la UCA el pasado 10 de mayo, también lloran nuestros leales amigos y admiradores de Roque Dalton.

“Nuestro mensaje a la sociedad salvadoreña, pero en especial, a la izquierda social y política, es que tenemos que ser valientes para encarar la verdad: es lo moral y lo ético. No podemos aceptar enmascarar los crímenes y las injusticias. En nuestro mundo moderno hay dos símbolos de inhumanidad que por desgracia cruzaron nuestras fronteras y debemos hacer todo lo necesario para negarles la entrada, si es que quisieran volver: esos símbolos son Adolfo Hitler y José Stalin; la extrema-derecha que nos quitó a Monseñor Romero y la extrema-izquierda que nos quitó a Roque Dalton.

“También quiero ofrecerles unas palabras a los ex jefes, combatientes y masas del ERP. Ante ustedes, mil veces heroicos y sufridos hijos del pueblo salvadoreño, me arrodillo humildemente. Mi hermano Roquito cayó en la guerra, fue un guerrillero valiente como ustedes; hoy yace su cadáver confundido entre las piedras y los árboles de las montañas de Chalatenango; no tiene más flores que las siemprevivas silvestres de la campiña, pero allí está él reclamando justicia.

“Yo también fui guerrillero, con orgullo llevo en el pecho la única medalla que tengo de la guerra: es el hueco de una bala que casi me arranca el corazón. Mi Arcatao heroico fue testigo de las gestas de junio de 1981, cuando el conflicto recién comenzaba y el comandante Douglas me tenía que prestar su fusil hasta que me ganara el propio en los combates. Después de herido fui capturado; conozco las sádicas torturas, pero con ellas los esbirros no lograron arrancar ni mi verdadero nombre. Viví un exilio cruel que sólo fue soportable gracias al calor del pueblo cubano.

“A ustedes, ex militantes del ERP les digo: los asesinos de mi padre tienen nombre y apellido. Les agradezco en el alma a quienes han aportado datos para establecer la verdad y fortalecer las pruebas. Nuestro esfuerzo ayudará a lavar definitivamente la macha ingrata que Rivas Mira, Villalobos y Meléndez incrustaron en el alma del heroico ERP, al que con sus ideas mi padre también dio vida.

“Reitero con toda responsabilidad y derecho humanista que seguiremos como familia luchando por la verdad y la justicia. Sin embargo, también a partir de este 75 aniversario del natalicio de Roque Dalton, el 14 de mayo, fuimos a la Fiscalía General para poner a prueba el buen funcionamiento de la institucionalidad de El Salvador, brindándole la oportunidad de enmendar la falta de justicia y verdad de la cual hemos sido víctimas.

“A los victimarios de mi padre, les dijo: Si tuvieron hace 35 años la “valentía” de acabar con su vida y la de Arteaga, tengan hoy y en adelante, ante las leyes de El Salvador, el coraje y la dignidad de reconocer sus culpas, revelar la verdad y pedir perdón.

“A nosotros como familia se nos agotó la paciencia para seguir implorando en vano. Recalco: lo hemos hecho por 35 años (tres veces lo que duró la guerra civil). Lo que no se nos ha agotado es la voluntad de perdonar. El pueblo, desprovisto de su poeta, y Dios en el Cielo, también los van a perdonar, estoy seguro de ello. El derrame de amor de la poesía de mi padre terminará por llegar también hasta sus asesinos.

“Cuando aparezcan los restos de Roque Dalton y de Armando Arteaga, se los vamos a entregar a su amado pueblo. Entonces, el Estado y el pueblo entero deberán hacer lo necesario para colocarlos en un lugar donde acudamos todos y todas, sin excepción, al encuentro de aquel juglar que un día le cantó a su propia Poesía, como símbolo de pueblo, vida, lucha y profundo amor:

“Agradecido te saludo poesía
porque hoy al encontrarte
(en la vida y en los libros)
ya no eres sólo para el deslumbramiento
gran aderezo de la melancolía.

Hoy también puedes mejorarme
ayudarme a servir
en ésta larga y dura lucha del pueblo.

Ahora estás en tu lugar:
no eres ya la alternativa espléndida
que me apartaba de mi propio lugar

Y sigues siendo bella
compañera poesía
entre las bellas armas reales que brillan bajo el sol
entre mis manos o sobre mi espalda

Sigues brillando
junto a mi corazón que no te ha traicionado nunca
en las ciudades y los montes de mi país
de mi país que se levanta
desde la pequeñez y el olvido
para finalizar su vieja pre-historia
de dolor y de sangre.”

Todos te acompañamos en la demanda, Juanjo. Es apenas la punta del iceberg. Para la verdadera y auténtica reconciliación nacional hace falta conocer la verdad en busca de reivindicar a las víctimas de la locura de la guerra, sin sesgos, sin menosprecios, sin cobardía.

Los criminales de nuestro poeta nacional Roque Dalton no descansan en paz. La sombra de la poesía comprometida los agobia.

martes, mayo 11, 2010

El turno de Roque Dalton

Por Guillermo Mejía

Tuvo que ser la familia del poeta Roque Dalton, asesinado por sus ex camaradas hace 35 años, los que demandaran el conocimiento de la verdad y el perdón de sus victimarios, porque al igual que con miles de salvadoreños que perecieron en la vorágine fratricida desde el Estado no hubo la más mínima atención a su justicia.

Los hijos del poeta revolucionario, asesinado porque sus ex compañeros lo creyeron informante de la CIA gringa, fueron claros, hablaron sin tapujos. Uno de los señalados por el crimen, el ex comandante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Jorge Meléndez “Jonás”, está en la lista del primer gobierno de izquierda de El Salvador y los Dalton no aceptan tal aberración.

El gobierno de Mauricio Funes pidió perdón en nombre del Estado salvadoreño por los asesinatos del Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, y los seis padres jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA), gestos que fueron muy bien vistos en el país y en el exterior, pero ¿por qué no reconoció el craso error en el caso de Roque Dalton?

Bien dicho por el colega Juan José Dalton, uno de los hijos del poeta salvadoreño, el agravante del crimen de lesa humanidad fue que los criminales –uno de ellos el tristemente célebre ex comandante Joaquín Villalobos- fue que se cometió el Día de las Madres salvadoreñas. Fue el regalo que le obsequiaron a la madre de Roque Dalton y a su esposa. Qué nivel de humanismo.

A Roque Dalton y su familia les asiste el derecho a conocer la verdad y demandar que se haga justicia, es más eso es un derecho y una demanda de todos los salvadoreños, del mundo entero. Ojalá que algún día en este país se haga justicia por todas las víctimas sin importar cuál fue su postura ideológica. En nombre de la justicia y la libertad se cometieron horrendos crímenes en nuestro pasado reciente.

Nadie tiene las manos limpias de la locura de la guerra. Por ejemplo, cuándo tendremos claridad en el asesinato del Coronel Benjamín Mejía y su esposa, achacado a los escuadrones de la muerte ultraderechistas, o cuándo se asumirán sin sobresaltos los múltiples asesinatos de militantes de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) por sus mismos ex compañeros en la región paracentral.

Como estos son miles de casos de salvadoreños que perecieron antes, durante y después del conflicto armado, al igual que miles las personas que quedaron desaparecidas, situaciones ante las cuales nadie se puede hacer del ojo pacho. Son los errores que tienen consecuencias, sin importar la triste frase del verdugo Joaquín Villalobos que lo achacó a “errores de juventud”.

Lástima que la ocasión coincidió con el turno del primer gobierno de izquierda en El Salvador, aunque hay quienes no asumen del todo que lo sea, y que también coincida con las serias acusaciones de trances políticos del gobierno con el PCN y el movimiento Gana, hechas por el ministro de Agricultura, Manuel Sevilla, que puso su renuncia para no prestarse a la corrupción. Vamos mal, entonces.

lunes, mayo 03, 2010

Primero de Mayo: ¿Y los cambios?

Por Guillermo Mejía

La muestra principal de las conmemoraciones del Primero de Mayo en las calles de San Salvador fue que la gente, especialmente del partido de gobierno Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), demandó cambios al presidente Mauricio Funes. Al grado que le recordaron que ellos lo llevaron a la silla y también lo pueden sacar.

La quema de un muñeco de trapo, con la cara del mandatario y un sombrero del Tío Sam, quizás fue el golpe más contundente de las manifestaciones, aunque al escuchar a los dirigentes, entre ellos José Luis Merino y Salvador Sánchez Cerén, el vicepresidente, la cosa resultó más tibia, en cuanto que más que malestares mostraron confianza. Incluso dijeron el cambio amerita participación de la gente.

Durante la semana anterior, el presidente Funes supo esquivar los golpes de sus aliados de izquierda. Señaló que la gente tiene derecho de reclamar y que debe acostumbrarse a demandar los cambios, aunque para él estos cambios ya sentaron sus bases en su gobierno. Como siempre, enumeró varios casos, entre ellos lo de los útiles y zapatos a escolares.

Sin embargo, Funes no se puede quitar el estigma por haberse opuesto a la eliminación de las cuotas telefónicas y su malestar porque el Fmln insiste en que tienen derecho a presentar una terna para la elección del titular del Registro Nacional de las Personas Naturales, algo que antes disfrutó Alianza Republicana Nacionalista (Arena). El estira y encoje con el Frente sigue.

Como hemos señalado en otros comentarios, el primer gobierno de izquierda del país tiene un futuro incierto por problemas sumamente graves que, aunque heredados, no puede pasar por alto. La violencia exacerbada, aderezada con el narcotráfico y el crimen organizado, y la crisis económica que mantiene en zozobra a la familia salvadoreña.

Solo en el caso de la violencia es preocupante que ya se están volviendo cosa común las masacres contra pobladores por grupos de elementos armados, algunos vestidos de negro como los policías y con armas de grueso calibre. En menos de una semana se han dado dos casos con la muerte de por lo menos 10 personas. Las autoridades no esclarecen nada, por el momento.

Para malestar de la izquierda, también hay que señalar la forma en que el gobierno conduce su política exterior, muy atrapada por los intereses norteamericanos en la región, al grado que El Salvador representa el principal país que busca insertar al gobierno de Porfirio “Pepe” Lobo de Honduras a la comunidad internacional. Un régimen que vino después del golpe del 28 de junio pasado.

Cuando se cumpla el primer año del “gobierno del cambio”, en junio entrante, habrá oportunidad para valorar lo que es y posiblemente será en los cuatro años que le restan. Por el momento, vale la pena decir que no las tiene muy fácil por lo antes expuesto y las demostraciones del Primero de Mayo se convirtieron en un examen parcial.