lunes, junio 13, 2011

Las reflexiones de un líder pandillero sobre el reclutamiento militar

Por Guillermo Mejía

La propuesta de reclutar a unos 5.000 jóvenes, en edades entre 16 y 18 años, para evitar que se enrolen en las conocidas “maras” la vendió el presidente Mauricio Funes como una alternativa frente a la violencia social, pero los pandilleros la consideran como un error garrafal que podría alimentar sus filas y el crimen organizado.

Uno de los líderes de la Mara Salvatrucha (MS), conocido como “El Blue”, comentó a periodistas que “yo pienso que la idea del gobierno, de reclutar bichos, le va a traer un beneficio a la pandilla, porque los bichos, cuando retornen al barrio de donde son, donde viven en champas, van a ser más disciplinados, más obedientes, con un carácter más sólido y más decididos”.

Según el anuncio del mandatario, en el segundo aniversario de su gestión, los jóvenes que serán reclutados servirán en defensa civil y recibirán entrenamiento por seis meses, aunque no con armas. Se pretende que esa formación sirva para disciplinarlos, prepararlos para situaciones de riesgo y desastre, y quitarles futuros miembros a las “maras”.

Pero “El Blue”, que habló desde su dominio en la zona marginal Las Victorias, en San Salvador, aseguró que “los otros grandes que también andan en lo ilícito, como los narcotraficantes, Los Zetas, van a pensar en empezar a reclutar a estos bichos, así que la idea del reclutamiento pueda que esté bien, pero si no le dan seguimiento entonces todo es una mentira”.

Menudo problema. Una de las situaciones críticas que vuelven inviable a la sociedad salvadoreña precisamente es la inseguridad, potenciada por la impunidad reinante, la infiltración del crimen organizado y el narcotráfico en las esferas del Estado, que en cifras significa el asesinato de al menos 12 personas cada día.

El líder pandillero estimó que los jóvenes recibirán entrenamiento gratis y “lo único que tenemos que hacer nosotros es ‘escueliarlos’ bien, para que no se olviden de donde son”. Y, si bien las autoridades dicen que no recibirán armas, “les van a dar una disciplina militar con habilidades, esa oportunidad pues nosotros la vamos a aprovechar”.

“El Blue” explicó que a los jóvenes de su barrio les dirán: “Aquí van a venir los soldados y se los van a llevar obligadamente (…) les vamos a decir que no se ahueven, que mejor se vayan conscientemente, porque van a ir a aprender cosas que luego les van a servir”. Al final, resulta una mentira que luego los seguirán atendiendo, “porque el sistema no valora el trabajo de la gente”.

“Estos, del gobierno, mejor que lean El Poema Pedagógico, de Antón Makárenko, para que aprendan cómo sacar al lumpen de la miseria… si el sistema quisiera ayudar de verdad se deberían meter en los barrios para hablar con las directivas de las comunidades para preguntarles cómo pueden ayudar a los jóvenes”, agregó el jefe de la MS.

Antón Makárenko, pedagogo ruso (1888-1939), fue un especialista en el trabajo educativo con niños y jóvenes. Dirigió una colonia de huérfanos de guerra, llamada Gorki, experiencia que sirvió para que escribiera El Poema Pedagógico, obra de renombre que ha servido de fuente de consulta obligada para los educadores.

El líder pandillero desacreditó la idea de que con el entrenamiento los jóvenes serán arrebatados de la influencia de las “maras”, porque retornarán a sus comunidades donde “van a querer ayudar a sus familias, y para ayudar a sus familias van a necesitar dinero” y, ante la ausencia de planes del gobierno, “se van a incorporar a la pandilla para llevarle el sustento a la familia”.

“El Blue” estimó que con esa propuesta el gobierno estará propiciando una sociedad fascista, porque “van a generar una milicia en las comunidades. Imagínese que algunos de estos jóvenes salgan de los cuarteles con una mentalidad de combatirnos a nosotros, pero (saldrán) otros que se nos incorporen, entonces lo que vamos a tener son guerras en las comunidades”.

Jeannette Aguilar, directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la UCA, dijo sobre el reclutamiento que “es una medida que no ha sido discutida en el Gabinete de Seguridad, es una medida que se la han sacado de manera improvisada, justamente para dar la idea de que se está avanzando en iniciativas novedosas y creativas en materia de seguridad”.

Aclaró la académica que en el gobierno desconocen la dinámica actual de las pandillas, porque en estos momentos “los jóvenes que están en riesgo de ingresar a las pandillas, ya no son jóvenes de 16 a 18 años. En la última década, la edad de ingreso a las pandillas ha venido bajando (…) al grado que ahora el ingreso se da en edades de 8, 9, 10 años”.

A ese desconocimiento se agrega, de acuerdo con Aguilar, el hecho de que son jóvenes con conductas pre-delictivas y se les dará instrucción militar, aunque sin armas, lo cual “puede ser contraproducente en la medida en que muchos de estos jóvenes pueden estar vinculados a pandillas o a otro tipo de estructuras delincuenciales”.

En ese sentido, “lo que se va a estar haciendo es propiciar una mayor profesionalización de estos jóvenes que luego pueden salir a servir al crimen organizado o a las estructuras con las que ya están vinculados. Adicionalmente, ni en el pasado, ni en el presente, los cuarteles son los mejores lugares para educar a los jóvenes”.

En el corolario, surgen las interrogantes sobre la medida propuesta por el gobierno. Los pandilleros están más que claros en torno a lo que viene, el crimen organizado y el narcotráfico también están haciendo su trabajo, mientras existe preocupación en organismos no gubernamentales sobre los temores a una mayor militarización de la sociedad. El círculo vicioso no se rompe.











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