lunes, septiembre 26, 2011

Comunicación y entorno digital

Por Guillermo Mejía

La necesidad de reformular nuevos modelos de comunicación en la sociedad posmoderna, donde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) imprimen su huella en los diversos órdenes de la vida cotidiana, resulta elemental para explicar y comprender los cambios generados en la comunicación de masas y las experiencias de los sujetos sociales.

“Dicha revisión supone plantear una epistemología comunicacional que ayude a reubicar el papel de los polos del proceso de comunicación y que sustentada en ‘el otro’ más que en el ‘yo’, otorgue el papel de sujeto dialogante, pensante y participante al receptor, a modo de recuperar la naturaleza humana y dialógica de la comunicación”, afirma la profesora venezolana Migdalia Pineda.

La investigadora de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, señala la importancia de reflexionar desde un pensamiento holístico que sea capaz de establecer interconexiones entre teorías y pensamientos diversos, para conocer las experiencias de convivencia de medios, de emisores y las modalidades de comunicación e información en el entorno digital.

“Así como no hay experiencias únicas a través de las redes digitales sino que hay una diversidad y multiplicidad de contactos, relaciones e interconexiones, asimismo no puede haber un modelo único y exclusivo, pero tampoco teorías cerradas, que sean capaces de dar cuenta de todas las realidades y modalidades de comunicación e información que son factibles hoy en día”, asegura.

De esa forma, la profesora venezolana propone una serie de pistas teóricas para reformular un nuevo modelo de comunicación que tome en cuenta las diversas experiencias de comunicación e información que hace posible Internet y que abarcan, entre otras, viejos medios y nuevos medios de comunicación en red, mensajes de correo electrónico, foros y redes sociales.

Ese nuevo modelo de comunicación múltiple y diversificado ya no puede ser de comunicación de masas y unilateral sino que combina “rasgos de comunicación interpersonal, pero mediada a través de tecnologías digitales”; es decir, en un nuevo panorama tecnológico, con diversas formas de intercambio y sin una fuerte influencia unilateral de uno de los polos del proceso comunicativo.

De acuerdo con la profesora Migdalia Pineda, la nueva experiencia interactiva hace que los elementos del modelo de comunicación adquieran otras características:

-Unos emisores múltiples y simultáneos, con capacidad de emitir y recibir mensajes, informaciones y con potencialidades de EMR (Emisor-Medio-Receptor). Más personalizados que institucionalizados, con una mayor autonomía tanto en la emisión como en la recepción, y con una multiplicidad de interacciones empáticas y alto uso por parte de los jóvenes, quienes introducen una ruptura con los usos tradicionales de Internet al mostrarse más activos en el consumo y producción.

-Unos mensajes diversos, instantáneos, bidireccionales y más personalizados que generan contenidos en muchas direcciones (diálogos sincrónicos, asincrónicos, virtuales) y que pueden ser de distinta naturaleza: informaciones, diálogos comunicacionales, saberes y conocimiento compartidos, elaborados de forma hipertextual y multimedia. Los cuales podrán ser consumidos indiferentemente en el hogar, en el trabajo o en sitios de desplazamiento público.

-Unos medios con soportes tecnológicos diferentes (digitales, telemático, interactivos) y que articulan el hardware con el software, que exigen otras destrezas operativas para su funcionamiento y que se incorporan al mensaje de una forma más sutil e intuitiva. Medios que se interconectan entre ellos en una red virtual (la web), donde se integran imágenes, voz, texto en un espacio global, y que cada vez ganan más en ubicuidad al no estar sujetos a cableados fijos y depender más de tecnologías móviles como los teléfonos inteligentes, las computadoras portátiles y las memorias flash.

-Unos receptores-usuarios/ emisores diversos, múltiples que pueden ser conocidos o no entre ellos y con el emisor, más inclusivos y empáticos por una relación de cercanía sicológica, que experimentan diferentes opciones de recepción: de uno a muchos, de muchos a muchos y de muchos a uno. Pero cuyas prácticas de consumo suelen ser más individualizadas y privatizadas.

-Unos efectos variados y multilaterales, no unidireccionales, de influencia recíproca y compartida, bastante vinculados con experiencias relacionales y de cooperación y de comunicación y no sólo informacionales.

-Y un contexto doble, por una parte, de carácter personal, situacional, física y socialmente hablando, y por la otra, el de la red, virtual, a distancia, globalizado.

“Las tecnologías han dejado de ser meros instrumentos para convertirse en estructuras que permitan unas otras sensibilidades, escrituras y lecturas de lo real”, estima la profesora Migdalia Pineda. A la larga, los sujetos sociales adquieren otro marco de valores estéticos, concepciones mentales, imaginarios sociales y simbólicos más alejados de lo físico y, por ende, virtuales.










lunes, septiembre 19, 2011

El encanto de las nuevas tecnologías

Por Guillermo Mejía

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, comúnmente conocidas como TIC, representan la columna vertebral de la sociedad contemporánea a través de la digitalización de todos los procesos, incluidas formas de interacción social, con lo que se vuelve un reto científico de primer orden su acercamiento y comprensión.

Tanto han afectado la vida cotidiana que su implementación –con las características propias de cada sociedad- ha producido cambios evidentes en los órdenes social, económico, político y cultural y, por ende, han trastocado las explicaciones académicas tradicionales que se instituyeron en teorías de la comunicación.

“Por mucho que la prospectiva se esfuerce por descubrir tendencias de hacia dónde puede ir el futuro, la fiabilidad de dichas predicciones es lábil. Por este motivo muchos de los fenómenos que se están produciendo en la actualidad no han sido todavía suficientemente analizados. Aunque en el mundo digital, un nuevo factor se añade a las dificultades investigadoras de las ciencias de la comunicación: la rapidez y, en ocasiones, la fugacidad de los fenómenos”.

De esa forma nos advierte el académico y autor español Miquel Rodrigo sobre el reto que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación representan para las teorías de la comunicación, sobre todo si partimos de las perspectivas teóricas heredadas de las escuelas funcionalista, interpretativa y crítica.

Rodrigo compara viejos medios y nuevos medios; es decir, la comunicación masiva frente a la comunicación digital interactiva. Y encuentra: una tecnología analógica y una tecnología digital; una difusión (uno-a-muchos) y una reticularidad (muchos-a-muchos); una secuencialidad y una hipertextualidad; un monomedia y una multimedia; una pasividad y una interactividad.

Con todo y los problemas que se presentan en el esfuerzo teórico desde las teorías de la comunicación, el acercamiento y comprensión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación puede caracterizarse de la siguiente forma:

En primer lugar, desde la perspectiva funcionalista se tiene una visión optimista sobre el significado de esas nuevas tecnologías en la sociedad actual: “Así la sociedad digital es presentada como una revolución comunicativa que abre un horizonte de posibilidades, aparentemente, ilimitadas”, afirma el profesor español.

Las nuevas tecnologías permiten que cada persona sea un transmisor en potencia, frente a los antiguos medios de comunicación unidireccionales; además, la interactividad permite obtener un feedback inmediato. Las TIC dan una mayor libertad de elección y de uso porque los productos están alcance del consumidor. En fin, los funcionalistas creen que se empodera al ciudadano.

En segundo lugar, desde la perspectiva interpretativa los estudios culturales distinguen a la tecnología en sí misma y los procesos sociales por los cuales las nuevas tecnologías son apropiadas por los usuarios y son institucionalizadas en la sociedad. El foco de atención son las interacciones sociales de las personas con las TIC en su contexto de vida cotidiana.

“Es decir, se trata de estudiar qué hacen las personas con las tecnologías, cómo son percibidas, apropiadas, utilizadas, qué relatos hacen sobre las mismas y como todo ello cambia según los contextos, las circunstancias, las ideologías, etc.”, estima Rodrigo. Un tema recurrente es la investigación sobre las construcciones identitarias y se plantea hasta qué punto inciden las TIC.

En tercer lugar, desde la perspectiva crítica se asume una visión pesimista sobre el significado de las nuevas tecnologías en cuanto discrepa con la propuesta tecnomercantil carente de proyecto social y se adhiere a la lucha por la conquista de un uso alternativo de las TIC, donde se debata la realidad social que se construye en el nuevo panorama.

Rodrigo trae a cuenta algunos puntos respecto a la sociedad de la información: la era de la sociedad-red es, en realidad, la era de la subsunción real de la sociedad por el capital; el capital es global y el trabajo está fragmentado; la economía de redes no es una economía interdependiente; y la empresa-red y la producción flexible responden a las necesidades del capital.

Como cada perspectiva tiene su propia visión sobre las nuevas tecnologías, el académico español advierte: “Es difícil hacer un diagnóstico certero sobre cómo evolucionarán las teorías de la comunicación ante el reto de las TIC”, además el avance del conocimiento científico va detrás de los fenómenos que estudia y su institucionalización amerita un acuerdo entre científicos.










lunes, septiembre 12, 2011

La alfabetización mediática

Por Guillermo Mejía

El bombardeo cotidiano del sistema de comunicación colectiva, con una mezcla de productos informativos, opinativos, propagandísticos, publicitarios, entre otros, nos recuerda la importancia de la alfabetización mediática, ya que el ciudadano promedio se acerca a esa realidad construida en muchos casos sin las herramientas necesarias para su comprensión.

A partir de esa urgencia, desde la academia se insiste en la educación para la recepción, en otras palabras: “(…) hacer que los sujetos receptores, individuales y colectivos tomen distancia de los medios de comunicación y sus mensajes, que les permita ser más reflexivos, críticos y, por tanto, independientes y creativos” y asuman su papel activo en el proceso de comunicación.

La justificación anterior es de los especialistas mexicanos Mercedes Charles y Guillermo Orozco Gómez, expertos en el binomio comunicación y educación, quienes insisten en el conocimiento de la recepción más allá de catalogarla como “un proceso condicionado a una causalidad lineal, donde el sujeto receptor es el polo más frágil y pasivo dentro del ciclo comunicativo”.

Al contrario, la recepción “se considera como un proceso múltiple y contradictorio, donde entran en juego una variedad de mediaciones determinadas tanto por las relaciones sociales en las que está inserto el sujeto, como por su posición social, cultural e histórica”, afirman los investigadores de la comunicación.

Si antes los estudios sobre la materia comunicativa se centraron en el emisor-productor y el mensaje, en la última etapa del siglo XX se volcaron hacia el receptor que desde una perspectiva crítica se asume como un sujeto activo, determinado socioculturalmente, y capaz de crear, recrear y negociar los contenidos de los mensajes provenientes de los medios masivos.

En ese sentido, Charles y Orozco Gómez señalan que: “El receptor deja de ser considerado ‘víctima’ de los medios y se transforma en protagonista a través de la creación de nuevos significados y de la inserción de éstos en la cultura cotidiana en la que está inmerso”. Ahora, el reto es que la ciudadanía participe de la discusión.

Se han planteado diversas propuestas desde la recepción como: alfabetización para los medios, educación para los medios, recepción crítica, lectura crítica, recepción activa o recepción participativa. El fin, de acuerdo con los autores, es mediar el proceso de recepción poniendo al alcance de los ciudadanos la discusión que antes era solo de la academia.

Un caso coyuntural que ilustra la urgente alfabetización mediática de la sociedad salvadoreña es la reforma al Art. 191 del Código Penal, que en su tercer inciso castigaba la crítica periodística desfavorable, que cambió la cárcel por multas en faltas contra el honor y la buena imagen de los ciudadanos con lo que se privilegiaron derechos corporativos.

Es decir, la ciudadanía desarmada en términos legales frente a la impunidad periodística, tan frecuente en el país, como si fuera cierto que contamos con una prensa responsable, que hace su labor pensando en el bien común y promueve la discusión pública de los problemas que afligen al conglomerado.

Por eso en mi anterior comentario señalé que se necesita que el Estado retome su papel educativo con los ciudadanos, tanto a nivel formal como a nivel informal, con la educación cívica en el aparato educativo, así como en las comunidades, a la par de una vigilancia adecuada sobre la infinidad de basura que se envía desde los llamados medios de comunicación.

En ese esfuerzo cívico es que se instala la alfabetización mediática que en la escuela y las comunidades otorgue las herramientas de comprensión sobre los medios y sus productos, la forma en que se manejan, la filosofía de la que parten, hasta llegar a conocerlos técnicamente y hacer posible la construcción de relatos desde esa recepción activa.

La educación para la recepción es materia de estudio y práctica alrededor del mundo y en América Latina son muchos sus frutos más que todo en comunidades urbanas, comunidades suburbanas, comunidades campesinas a partir del trabajo de grupos de promoción popular para la educación y la cultura, dado la presencia de los medios en la vida cotidiana.










lunes, septiembre 05, 2011

Responsabilidad versus privilegios

Por Guillermo Mejía

Por la manera en como la Asamblea Legislativa cocina la reforma al Art. 191 del Código Penal, que en su tercer inciso castiga la crítica periodística desfavorable, se podría caer en la tentación de privilegiar los derechos corporativos sobre los de la ciudadanía que es víctima de seudo productos periodísticos que lesionan su moral.

Desde los tratados de ética periodística, se establece que sobre el derecho de información y el derecho a emitir opiniones está el de la vida privada, la buena imagen y el honor, en suma el respeto a la dignidad humana, caso contrario se debe responder ante los tribunales correspondientes.

El Art. 6 de la Constitución reza: “Toda persona puede expresar y difundir libremente sus pensamientos siempre que no subvierta el orden público, ni lesione la moral, el honor, ni la vida privada de los demás. El ejercicio de este derecho no estará sujeto a previo examen, censura ni caución; pero los que haciendo uso de él, infrinjan la ley, responderán por el delito que cometan”.

Por lo tanto, no hay que buscarle tres pies al gato. La politiquería de la mayoría de fracciones representadas en la Asamblea Legislativa, junto al pensamiento patronal e ideológico de las empresas periodísticas que pretenden vendernos la ilusión que vivimos un ensueño democrático, nos trae a cuenta que uno de los males del periodismo es la impunidad.

En otras palabras, pretenden vendernos la idea que en este país automáticamente la prensa es responsable, se autorregula con eficiencia pensando en el bien común y está abierta a la variedad de discursos o relatos que emanan de la ciudadanía, algo inexistente en pleno Siglo XXI y tras un esfuerzo político que paró la guerra intestina en 1992.

Los periodistas consecuentes y la ciudadanía que aspira a vivir en una auténtica democracia, donde el sistema de medios de comunicación colectiva realmente esté al servicio de la gente, deben rechazar que se instauren “legalmente” privilegios para lo que violen la ley, como el cambiar penas por multas económicas. No es alentador, al contrario resulta pernicioso.

La sociedad salvadoreña necesita con urgencia que el Estado retome su papel educativo con los ciudadanos, tanto a nivel formal como a nivel informal, por ejemplo: la educación cívica en el aparato educativo, así como en las comunidades, a la par de una vigilancia adecuada sobre la infinidad de basura que se envía desde los llamados medios de comunicación.

La resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el tercer inciso del Art. 191 por violentar los Arts. 2 y 6 de la Carta Magna se apegó a los derechos ciudadanos y se espera que los legisladores tomen conciencia y no violen lo que dice la ley primaria.

Si los diputados evaden su responsabilidad a simple vista se favorece al periodismo; es decir, al libre ejercicio de información y opinión, pero con excepciones de ese tipo no estamos construyendo una sociedad democrática que siente sus bases sobre las actuaciones responsables y donde se priorice el diálogo social como instrumento para resolver los problemas.

Más seguro para los periodistas en particular y la sociedad en general es que los trabajadores de la información y la comunicación sean protegidos por una ley especial del periodista que, entre otras cosas, procure el ejercicio de la libertad con responsabilidad, clarifique las fronteras entre periodismo y publicidad o propaganda, y establezca la cláusula de conciencia.

Ya no demos malos ejemplos a la sociedad, como ocurrió en días recientes en el caso de los militares que se refugiaron en el ex cuartel de la Guardia Nacional al ser requeridos por la justicia española por el asesinato de los padres jesuitas y sus dos colaboradoras. En ningún código está que los militares gozan de esos privilegios, aunque en esto el gobierno se hizo el oídos sordos.